sábado, 22 de diciembre de 2012

Ciudad Universitaria, Patrimonio Cultural y el valor de cambio



Es un orgullo para la UNAM y para la arquitectura moderna de nuestro país que Ciudad Universitaria sea reconocida como uno de los aportes más significativos a la cultura de la humanidad, por poseer profundos valores de excepcionalidad universal de la cultura de México.
Mensaje de Rectoría emitido el día 29 de junio del 2007 tras la declaratoria del campus central de Ciudad Universitaria de la UNAM como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

En una tarde de junio de 2007, recuerdo, dentro de la clausura de un taller de verano realizado en la Galería José Luis Benlliure, el director de la facultad Jorge Tamés extraordinariamente al programa hace pública una noticia, recién comunicada desde Nueva Zelanda por Felipe Leal: el Campus Central de CU ha sido declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. Al día siguiente la noticia circuló de manera consistente por tv, medios impresos y electrónicos y todos acudiendo a aquellos motivos que determinaron la declaratoria por parte de la UNESCO:

“La categoría de Patrimonio Cultural de la Humanidad se le otorgó a CU al demostrar -de manera sobresaliente- la consolidación de la arquitectura moderna en América Latina, con acentos locales, además, de que se ejemplificó el desarrollo de la ingeniería aplicada a la construcción, así como la -extraordinaria- planificación urbana, con base en el paradigma del urbanismo y el funcionalismo modernos con reminiscencias de la arquitectura prehispánica”.

Pero, qué significaba en el ya distante 2007? Qué implicaría para CU y su constante muchedumbre la declaratoria? La UNESCO se propone promover, en papel y desde París, la identificación, la protección y la preservación del patrimonio cultural y natural de todo el mundo considerado especialmente valioso para la humanidad. Invitando a aquellos países y sus gobiernos emprender los trabajos necesarios para alcanzar tal fin. Por lo tanto, eran esperables ciertas modificaciones en la interacción con los inmuebles, espacios y demás elementos que sustentaron la nueva condición de CU. A más de cinco años de la declaratoria no ha existido modificación alguna, por lo menos tangible, que representara incentivos dentro de la comunidad universitaria en la valoración de CU con miras a su cuidado y preservación. Defender el patrimonio en México, cualquiera, es en principio asumir una empresa personal, respetable, de carácter excepcional regularmente, esto por la naturaleza ineficiente de aquellas instituciones creadas ex-profeso para la atención de lo patrimonial. Pero hay que reconocer, que dentro de este sesgo la defensa, y protección del patrimonio cultural, material e inmaterial en nuestro país constituye, para muchos, una de las más rentables empresas; brinda la posibilidad de figurar como aquella autoridad que aconseja, orienta -o dictamina- lo que es patrimonio, que no lo es y que es necesario cuidar de la destrucción o malversión. Ser autoridad o líder de opinión en cuestiones histórico-patrimoniales dentro de un país con una vasta riqueza histórica-material como la de México no solamente es capitalizable en el sentido de la trascendencia de la salvaguarda de esa riqueza y la definición política de aquellas orientaciones que extiendan y vinculen esos valores a la sociedad, no. Ser autoridad en el plano de la historiografía y, a menudo paladín de la protección del patrimonio supone o define consideraciones de otro orden, de valor de cambio. Es decir, lo que planteó el saqueo en ciertas épocas, como un verdugo del patrimonio cultural en el mundo hoy día la especulación, manipulación o politización en lo patrimonial resulta ser la mayor veta de explotación o motivo de vejaciones y curiosamente es esta ejecutada, en buena medida, por muchos especialistas formados y dedicados a la cuestión historiográfica o patrimonial. Estoy consciente de los fines y distinciones, a nivel semántico, entre el hecho historiográfico y el de la preservación y conservación del patrimonio histórico, material e inmaterial. Pero a menudo en México son instancias próximas, incluso dependientes o de necesaria asociación, por ello mi insistencia en manejarlas al mismo nivel.

Me resulta sorprendente que siendo CU Patrimonio Cultural de la Humanidad y, además, sede de instituciones como la FA, IIE o el CIEPFA e incluidos en todas ellas “personajes de primera línea” en lo que respecta al estudio, promoción y preservación del patrimonio construido, no realicen pronunciamiento alguno sobre las acciones que actualmente se ejecutan dentro del campus original. Aquellas emanadas de la construcción de locales, en concreto armado y en todas las facultades del casco viejo, para albergar subestaciones eléctricas, las cuales brindarán soporte al nuevo tendido subterráneo de 23 KV del campus central. No me considero un puritano o devoto de la conservación, ni mucho menos un profundo estudioso y partidario de lo patrimonial, de hecho considero, desde la generalidad, que lo patrimonial es una denominación que a menudo poco facilita la interacción personas-edificio, personas-personas cuando los inmuebles tienen únicamente valor histórico patrimonial escenográfico, rememorativo. Cuando el edificio -conjunto de ellos para CU- mantienen la vigencia –y uso- en el fomento a la interacción social, albergando o posibilitando, además de cierto valor artístico, valor instrumental o de uso original al proyecto, estamos hablando de un patrimonio arquitectónico en el cual concurren mayores elementos para una valoración contemporánea positiva en el empleo de sus espacios para la interacción social. Puede sugerirse exagerado el el anterior planteamiento, pero hace apenas unos años, recordemos, el revuelo mediático por la posible demolición del “Super Servicio Lomas”, un edificio que desde su concepción original en los años 40´s, carecía de vigencia funcional en la actualidad, se presentaba rígido en lo que respecta a su espacialidad y posible uso, edificio que curiosamente no estando catalogado, para ese entonces, como monumento artístico de la nación se exigia su respeto y, además, que es quizá lo de mayor importancia para ejemplificar y sustentar la alusión al valor de cambio: la defensa del super servicio lomas fue el campo de batalla entre dos instancias de gobierno en la Ciudad de México (PAN y PRD) y sustento de una campaña para figurar y generar capital político (Gabriela Cuevas).

Por lo tanto, lo que sucede actualmente en CU es una tarea que deberían atender puntualmente aquellos que se dedican y viven de lo patrimonial dentro de la arquitectura: FA, IIE, CIEPFA, DOCOMOMO, ICOMOS entre otros, ya sea analizando el caso, poniéndolo a discusión, dentro de una multiplicidad de plataformas que ofrece la UNAM y con ello poder definir parámetros útiles en el manejo de la arquitectura patrimonial de CU y orientar a las autoridades universitarias para su preservación y cuidado.


Subestación "CELE"

Subestación "Ingeniería"

Subestación "Economía"

Subestación "Derecho"

Subestación "Filosofía y Letras"


Subestación "Ingeniería II"

martes, 18 de diciembre de 2012

banca y valla

La Autoridad del Espacio Público hace gala de sus atribuciones semánticas; banca en la recientemente "inaugurada" Alameda Central












martes, 11 de diciembre de 2012

Entre libros y devastaciones; dos imágenes



Biblioteca Holland House: En plena segunda guerra mundial Londres fue objeto, en menor escala que otras ciudades europeas, de constantes bombardeos por parte de la Lutwaffe. La fotografía tomada del interior de la biblioteca del conde Ilchester, de afamada reputación y, comúnmente llamada Holland House, captura una atmosfera de devastación y confirma lo vulnerable que es, incluso, la cultura. La escena describe contundentemente tres situaciones; La primera y de facto evidente, la destrucción y fuerza de la guerra. La segunda que se trata, naturalmente, de una biblioteca. Y la tercera, que aún dentro de la ruina la esperanza por la cultura y la humanidad persiste.

La ciudad de los libros y la imagen: Dentro de un contexto social en el que impera la marginación, la violencia, la ignorancia, la generación sistemática y ventajosa de identidades desde los medios de comunicación hegemónicos y, en el cual la cultura es vehículo lucrativo de una elite no culta ni mucho menos humanizada, el concepto de biblioteca en México opera en el límite de la desgracia y, no solamente por que México sea un país que no lee. La ciudad de los libros y la imagen, acción pensada -o improvisada- como parte del proyecto cultural del sexenio pasado describe quizá el cuidado de la clase política dominante por mantener la enajenación negando el ofreciendo de condiciones reales de formación cultural, cívica o ética a la sociedad. La fotografía presenta parte del “combate” en los trabajos que aún se realizan dentro del antes citado proyecto cultural y, el cual fue días atrás oficialmente inaugurado.

jueves, 6 de diciembre de 2012

El día que muera Teodoro González de León



Teodoro González de León, el arquitecto que mejor ha recreado en piedra, metal y vidrio los espacios administrativos de un país desde la mirada progresista de su gobierno, falleció anoche a los 118 años. El portavoz del Hospital Médica Sur en la Cd. de México declaró que el longevo artista, diseñador de C.U. y un centenar más de obras públicas, aquel que en su juventud fuera ayudante por una breve temporada de Le Corbusier, había muerto a causa de un colapso cardiovascular el día de hoy, a las 09:45 hrs.

19:30 hrs, Palacio de Bellas Artes:

Frente a diversos funcionarios públicos de la cultura y las artes de México un selecto grupo de arquitectos expresan, en distintos grados, signos profundos de consternación sustanciales para figurar, para sobrevivir o para trascender profesional y políticamente, se trata de un momento dramático pero definitorio. Manifiestan desde diversas perspectivas o experiencias la inquebrantable lealtad y reconocimiento a los ideales y enseñanzas de Teodoro González de León, el último gran caudillo de la modernidad arquitectónica en México:

“Teodoro González de León representa a uno de los más prolíficos arquitectos de toda una generación en México y el mundo, quien buscó desde su genialidad e inagotable espíritu transformador situar a la práctica arquitectónica de todo un país en la vía de la conciliación social desde su historia, su arte, su tiempo y sobre todo con su devenir”

“Con la muerte de Teodoro González de León concluye un largo e ininterrumpido periodo de ejercicio profesional de la arquitectura que siempre busco trascender los espacios a través de contundentes formas y variables en sus orientaciones significantes, acordes con aquella sociedad que trataba de representar”

Mientras tanto, la conversación en ciertos círculos dentro de la sala se traslada hacia otros temas sustancialmente más interesantes y productivos. Algunos arquitectos, muy discretamente, hablarán de los cambios que la dirección tanto de CONACULTA como la SEDESOL en últimas fechas han experimentado, de algunos de los programas federales o estatales estrella, o de los dos grandes concursos internacionales de diseño que el gobierno mexicano prepara tanto para la nueva sede de la Cámara de Diputados, como para la monumental remodelación y ampliación de Xochimilco. Se comentará igualmente pero con mayor discreción sobre números y cifras, partidas presupuestales.

Otros arquitectos, menos diestros en las relaciones con el poder político y la especulación laboral centrarán sus observaciones en el extraño y sorprendente fenómeno social que en últimas fechas sacude al país con vigor y ha generado una multiplicidad de opiniones y miradas del extranjero: La incontrolada y descomunal oleada de invasiones populares en diversas ciudades del país, de las cuales algunos afirman supera los tres millones. Fenómeno mismo que, en boca de algunos funcionarios de primera línea así como de comunicadores de los medios dominantes, pone en riesgo el estado de derecho y, en consecuencia la estabilidad política, social y económica de México.

Al exterior del Palacio, una turba de jóvenes estudiantes de arquitectura, conmocionados por la noticia, disfrutan de las múltiples imágenes proyectadas sobre la fachada del inmueble, alusivas naturalmente a las obras más representativas de Teodoro González de León.

lunes, 3 de diciembre de 2012

laberinto - archivo L

El presente proyecto de blog dejará de llamarse Laberinto, en lo sucesivo será presentado como blog archivo L. Tal decisión es correspondiente con el ánimo de asegurar e identificar plenamente sus contenidos.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Azerbaiyán - Israel / Chapultepec - Alameda

Podemos afirmar que entre ambos casos hay distinciones, aun cuando se aboquen en principio al mismo objetivo, la de participar con recursos privados en el financiamiento de los trabajos de renovación de espacios públicos. En lo inmediato o tangible sabemos que no ha sido colocada la efigie de Ariel Sharon en la Alameda, así mismo conocemos el gusto del actual gobierno de Azerbaiyán en diseminar esculturas de Heydar Aliyev por doquier. Pero en esencia, se trata de casos distintos? El gobierno que encabezó Heydar Aliyev y bajo acusaciones de totalitarismo y sometimiento contra la población de Azerbaiyán fueron los fundamentales motivos para iniciar desde portales y redes sociales la discusión y reclamo al GDF por su “insensibilidad” en aceptar la colocación de la estatua de Aliyev. Por otro lado el caso del Estado de Israel, como potencia ocupante dentro del conflicto bélico en medio oriente, tiene la responsabilidad fundamental de proteger a la población civil palestina bajo su control y garantizar su dignidad y su bienestar. La constante invasión del ejercito judio a territorios palestinos y la destrucción de sus viviendas y medios de subsistencia no es consistente con esa responsabilidad ni con los ideales humanitarios internacionales.

Y, en realidad, no existen motivos para crear una comisión especial Israel-Alameda, similar a la creada para analizar el caso Azerbaiyán-Chapultepec? ¿Por qué la remodelación de la Alameda Central y el mecanismo de de financiamiento empleado no ha resonado en los medios? ¿Por qué, de la participación económica por parte del Estado de Israel en la remodelación de la Alameda Central pocos se han pronunciado? ¿Hay línea editorial, conflicto de intereses? No me interesa ahora ni descalificar ni alentar aquellos esquemas empleados por el GDF y la SEDUVI con los cuales ha afrontado la “regeneración” de específicos espacios públicos ubicados en sectores turísticos de la Ciudad de México, Pero es prudente destacar -o confirmar- la manipulación en el manejo de información y la generación de contenidos y opiniones de manera unilateral e insensata, la cual ya ha alcanzado la escala de contenidos generados y manejados desde internet.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Palestina: la resistencia legitima por una vivienda y por un lugar propio donde asentarla


“Toda persona en el mundo tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios”.

Lo anterior como parte de La Declaración Universal de Derechos Humanos, promulgada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, reconocida por la mayoría de los países integrantes e igualmente suscrita por otras naciones a través de tratados internacionales.

Por lo tanto, el derecho a la vivienda es un derecho universal. Está reconocido a nivel internacional, es un derecho reconocido para todas las personas. A pesar de este derecho, la población palestina sistemáticamente es objeto de vejaciones por parte de las políticas de Israel, violando el derecho a la vivienda de los palestinos. La reciente privatización, desregulación y comercialización de bienes públicos israelíes dieron como resultado políticas urbanas que hacen cada vez más difícil a los palestinos de bajos ingresos el acceso a una vivienda. Las autoridades israelíes tienen un historial impresionante de proveer vivienda adecuada a olas de inmigrantes y refugiados judíos, sin embargo esas políticas menosprecian a las necesidades de la población palestina que están socialmente en desventaja, en un acoso y asedio constante por parte del ejercito judío. El número de permisos de edificación concedidos es desproporcionadamente menor respecto a las necesidades reales de alojamiento, lo que obliga a muchos palestinos a construir sin obtener la autorización. Como consecuencia, una cantidad considerable de viviendas palestinas son consideradas ilegales y sus residentes son amenazados con el desalojo y posterior demolición de sus hogares.

A principios de año, en enero, una Comisión Humanitaria Internacional de Naciones Unidas enviada a los territorios Palestinos para valorar las condiciones sociales en las que se encuentra el país árabe solicitó a Israel detener la demolición de viviendas por considerar esto una violación la integridad social de los palestinos y por ser ésta una agresión que estimula el odio y resentimiento hacia los judíos. El informe realizado por la Comisión, encabezada y presentada por el alto comisionado de la ONU para asuntos sociales Maxwell Gaylard indica:

"Israel, como potencia ocupante, tiene la responsabilidad fundamental de proteger a la población civil palestina bajo su control y garantizar su dignidad y su bienestar (...) La destrucción de sus viviendas y medios de subsistencia no es consistente con esa responsabilidad ni con los ideales humanitarios".

"La actual política y práctica de demoliciones causa un sufrimiento humano extenso y debe llegar a su fin. Los palestinos requieren urgentemente el acceso a una sistema de planificación justo y no discriminatorio que satisfaga sus necesidades de crecimiento y desarrollo".

Hace poco más de un año, en una mesa redonda organizada dentro de la Facultad de Arquitectura la Embajadora de la Autoridad Palestina en México, Randa Al Nabulsi, los Arquitectos Enrique Ortíz, presidente de HIC-América Latina, José Salceda y Bahram Ghadimi profesores de la Facultad, presentaron información sobre la situación actual así como algunos antecedentes históricos de los asentamientos israelíes en territorios palestinos ocupados, tratando de dimensionar el impacto de los asentamientos sobre el espacio habitacional y público dentro del pueblo palestino, igualmente de la problemática de vivienda de la población palestina dentro del territorio del Estado de Israel.

Tanto la mesa redonda como la presente entrada fueron realizadas no por causa de abstracta y distante solidaridad, mi formación profesional de arquitecto, pero ante todo mi condición de ciudadano hace implícita la responsabilidad de asumir el reconocimiento y la defensa del derecho humano universal de acceso a la vivienda, y por extensión el derecho a tener un lugar propio, digno y seguro donde podamos asentar esas viviendas. El caso que hoy nos motiva es palestina y su derecho legitimo a la vivienda, pero la agenda en ese sentido es considerable, vasta y cercana. En nuestro país es necesario igualmente exigir la aplicación y goce del derecho de acceso a la vivienda digna y, los arquitectos, deben ser uno de los promotores más interesados en esa exigencia.

jueves, 8 de noviembre de 2012

“Cineteca Nacional del Siglo XXI”


Días atrás se anuncio por diversos medios la fecha de inauguración de los trabajos de remodelación de la Cineteca Nacional, fecha fijada al día de hoy 8 de noviembre. Sabemos, porque las mismas autoridades de CONACULTA lo han manifestado, que el evento de inauguración de esta tarde es un simulacro, ya que el verdadero será para fines de noviembre, el 28.

Hace poco más de un año, en julio del 2011, la directora del CONACULTA Consuelo Sáizar en rueda de prensa mostró el proyecto “Cineteca Nacional del Siglo XXI” el cual colocaría al recinto, según Sáizar, como “el espacio cinematográfico más vanguardista y completo de Iberoamérica”. La presentación pública del proyecto de remodelación generó críticas en ciertos sectores por los mecanismos poco sensibles, poco democráticos y poco objetivos empleados por la titular del CONACULTA, referidos fundamentalmente a la asignación directa en el desarrollo arquitectónico del proyecto, el cual fue encargado a Michel Rojkind, así como el costo total del mismo, cercano a los 400 millones de pesos (en junio del 2011), generando extrañeza en el IMCINE, organismo dependiente del CONACULTA el cual fue objeto a una reducción de su presupuesto anual en el 2011, pasando de 372 millones asignados en el 2010 a 313 millones en el 2011. Víctor Ugalde, titular de la Sociedad Mexicana de Directores de Obras Audiovisuales declaró en meses pasados que el presupuesto al cine mexicano es insuficiente y necesita ser ampliado con urgencia, que la industria no puede funcionar con los 313 millones de pesos destinados el año pasado al IMCINE. "No continuemos con una política fiscal equivocada con la educación, la ciencia, el arte y la cinematografía nacional. México debe tener un futuro más grande", expresó Ugalde.

Por otro lado, el proyecto de remodelación incluye cuatro nuevas salas, aparte de las seis existentes, área de usos múltiples, laboratorio de restauración digital, oficinas, áreas verdes y ampliación de su estacionamiento entre otros trabajos. La “remodelación” de la Cineteca Nacional ha costado, en los nueve meses de trabajos (febrero-noviembre) la sorprendente cantidad de 540 millones de pesos, el doble del presupuesto anual del IMCINE en 2011, y 150 millones de pesos extras al costo total original de la remodelación anunciado hace apenas un año, es decir, un presupuesto mensual de 60 millones, un precio elevado para una remodelación (recordemos que la Estela Bicentenario costó poco más de 1,100 millones de pesos y que la Biblioteca Vasconcelos cerca de 950 millones de pesos). No me interesa ahora abundar en la naturaleza arquitectónica del proyecto de remodelación de la Cineteca Nacional, en saber si este asume con fortuna o no los requerimientos técnicos que detonaron la necesidad en su intervención, aún sabiendo que esa consideración será la dominante dentro de la discusión que se pueda dar sobre el proyecto en próximas fechas. Mi apatía por valorar las cualidades arquitectónicas no es motivada por advertir poco importante el proyecto, pero mi argumentación, considero, no carece de objetividad, esto por entender que el proyecto de remodelación a nivel formal y funcional representa algo secundario en relación a aquello de lo que es resultante, algo más grande y que nos trasciende: una práctica de la arquitectura mercenaria, oportunista y onerosa, un ejercicio de poder y recursos públicos discordante, en abierto desinterés por la crisis democrática, de representatividad política, de falta de transparencia en la administración y cuidado de recursos públicos, de irresponsabilidad con aquellas instituciones que debería salvaguardar y asegurar su funcionamiento, IMCINE por ejemplo.

Nuestra condición actual de sociedad exige una práctica de la arquitectura al nivel de las trasformaciones que necesitamos emprender, con miras a aquel horizonte ideal de sociedad que muchos buscamos. Necesitamos exigir la validez del esquema de sociedad democrática representativa por medio de su aplicación plena, por un ejercicio profesional de la arquitectura determinado por mecanismos transparentes, representativos y objetivamente funcionales, con una visión de futuro lógico y eficiente. Requerimos el desarrollo de mecanismos democráticos, incluyentes y objetivos que inviten a los ciudadanos a una instancia más en la cual puedan participar ejerciendo su condición de ciudadanía, que apoyados en ellos sea posible determinar y asignar aquellos proyectos que nuestras instituciones sociales requieren y poder contar así con los primeros indicios de una ruta de sociedad -y ciudades- más incluyentes, democráticas y satisfactorias. Las paradojas son muchas y, de las cuales, la arquitectura por su naturaleza las hace siempre evidentes.

¿Para qué construir monumentos cuando nada tenemos que festejar? ¿Para qué construir bibliotecas si somos un país que no educa? ¿Para qué rediseñar cines cuando su industria fílmica opera bajo los mínimos? La inversión que un país en crisis como el nuestro debe de realizar es en aquellos aspectos que, desde una visión responsable y comprometida pueda asegurar el buen funcionamiento de sus instituciones y asegurar la educación y formación de su sociedad.

Numeralia, Cineteca Nacional del Siglo XXI: Proyecto ejecutado en 9 meses aproximadamente y con un costo de 540 millones de pesos. Se incrementaron a los 24,430 m2 originales 4,467 m2, dando un total de área remodelada y construida de 28 mil 897 m2, de los cuales 7,110 m2 están destinados a áreas verdes y foros de usos múltiples al aire libre con un aforo de 700 espectadores. Ese espacio se obtuvo del anterior estacionamiento que ocupaba 42.47% de las instalaciones de la Cineteca. Es decir, el estacionamiento del proyecto de remodelación cuenta con seis niveles, con una capacidad de 528 automóviles, 25% más que hace un año. Las seis salas sumarán una capacidad de oferta de 2 mil 50 butacas, que en conjunto con las cuatro nuevas harán un total de 3 mil 50. La superficie de las bóvedas fue incrementada de mil 588 a 2 mil 288 m2 para el resguardo de 50 mil películas. La galería y el laboratorio de restauración digital tendrán una superficie de 525 metros cuadrados y el espacio de oficinas se renovará y se reducirá de mil 916 a mil 862 metros cuadrados. Asimismo, los locales comerciales aumentarán de cinco a once.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Más ciudadanos, menos arquitectos


El proyecto actual de sociedad dentro de un país como México debe de definirse según las carencias y naturaleza de las instituciones del estado sobre las que supone actuar, o sobre las instituciones que necesita refundar o crear. Las instituciones siendo generadas por mecanismos complejos histórico-sociales específicos comúnmente están asociadas en su creación y determinación a grupos de poder y, las cuales, tienen por objetivo regular el comportamiento de un grupo de individuos, se trata por medio de la creación de instituciones y en términos generales hacer real el proyecto de una sociedad. En México una vez consolidada en la práctica la idea de estado nación después de un proceso histórico convulso en el siglo IXX y con sus posteriores reformas emprendidas en el proceso de la Revolución Mexicana, se instauran una serie de instituciones que brindan soporte y legitimidad a la idea de país, las cuales en su mayoría operan y nos rigen en la actualidad.

Entendiendo que gran parte de nuestras problemáticas como sociedad radican en su entramado institucional no puedo omitir el señalamiento, conocido por todos, que las instituciones en México son fallidas o presentan altos niveles de descrédito, no podemos dejar de mirar hacia cualquiera de ellas sin pensar en su naturaleza deplorable o ineficiente. Las instituciones sociales son un auxiliar valioso para entender muchos comportamientos sociales, políticos, económicos, culturales etc. de determinado país o sociedad por lo tanto la arquitectura desarrollada en México como la de cualquier país buscaría representar por medio de elementos físicos a una institución que rige y se ofrece a un grupo de personas.

El término institución naturalmente no tiene por qué ser un lugar o instancia física, las obras de arquitectura deben acudir a la figura de institución social no para suplantar sus funciones, si para representarlas o esquematizarlas. Todas las personas, o la mayoría vivimos en esquemas institucionales, la arquitectura, en términos generales no es otra cosa que la sistematización de relaciones sociales y actividades dentro de determinado espacio, vehículo objetivo entre dos entidades subjetivas, la institución y la sociedad, pero en nuestro país hemos incurrido en el grave error de tergiversar la idea, valor y función de institución por arquitectura.

“La arquitectura como un medio de transformación social” es uno de los enunciados fundamentales de la propaganda del movimiento moderno en arquitectura y aun cuando este se encuentra muy alejado de la realidad práctica e histórica sorprendentemente hoy día continúan sus ecos en derivaciones discursivas arquitectónicas contemporáneas y difundida hasta la saciedad tanto en centros de enseñanza o formación de arquitectos, como en oficinas o despachos de arquitectura y, siendo respaldada fuertemente por medios de difusión de la cultura arquitectónica. En la actualidad ni las ciencias exactas, el esoterismo o la religión arremeten con tal desproporción y orgullo como el de ciertos supuestos de la arquitectura en lo que respecta la idea de transformar la vida de las sociedades por medio de mecanismos simplistas, a menudo subjetivos.

No necesitamos obras arquitectónicas que transformen las ciudades, habrá que aceptarlo, esa opción a nivel técnico, social, económico y político no es posible, cuando ese criterio ha sido implementado los resultados son pasmosos. No requerimos arquitectos que asuman responsabilidades que no son de su competencia, esto únicamente es viable y con resultados inapropiados por la vía de políticas públicas irresponsables y corruptas, por perspectivas empresariales y de mercado voraces así como por la manipulación y manutención sistemática de la ignorancia. La ciudad, sus espacios, elementos construidos y aquellas relaciones sociales que le dan soporte no son competencia únicamente de arquitectos, urbanistas, políticos o empresas, se trata de un proceso social de poblamiento urbano en extremo complejo, un fenómeno genuinamente supeditado a aquellas instituciones que deben darle soporte. Si no las hay o no operan tarea aparte es incidir, por medio del ejercicio ciudadano de participación y exigencia. Por lo tanto, nuestra tarea como arquitectos dentro del particular contexto social mexicano no debe ser otra que la de fomentar una formación cívica. Necesitamos ciudadanos que sepan decidir sobre los proyectos que sus ciudades necesitan. Mientras mayor sea la formación ciudadana en el sentido cívico, ético y democrático mayores condiciones se tendrán para vivir mejor nuestras ciudades, para alcanzar mayores y mejores niveles de relación social, para su construcción e imbricación física y social, para contar con obras arquitectónicas de calidad y que estas respondan a específicos planteamientos, problemas, retos o necesidades.

Nuestro problema de instituciones fallidas de democracia, de civilidad, de calidad de vida, de cultura, de educación, de economía, de participación ciudadana, de relaciones sociales, incluida la violencia, no serán resueltos nunca por medio de relucientes, fulgurantes y mediatizadas obras de arquitectura. Muchos de los proyectos de arquitectura realizados en nuestro país bajo el amparo, patrocinio y solicitud de la instancia pública, dirigidos a incentivar a sus instituciones están destinados a una suerte común, la del fracaso, esto por desatender los componentes sustanciales que le deberían dar sentido y significado. Si las instituciones, cualquiera, dentro de nuestro país no operan o presentan severas inconsistencias en sus alcances y fines irremediablemente no existirán condiciones para esperar que aquellos vehículos físicos o construidos -arquitectura- puedan hacerlo, o más aún suplir desde la arquitectura las funciones de las instituciones y además realizarlas eficientemente. Y es en ello donde radica la imposibilidad real o total de cualquier intento por transformar la ciudad desde la idea abstracta de “buena arquitectura o buenos diseños”.

Es decir, no pueden existir instituciones y sus soportes físicos-construidos en el país si no existen los ciudadanos que le den soporte real a su funcionamiento, que participen decidiendo, no pueden operar en el sentido esencial obras de arquitectura sin el consentimiento de aquellos a quienes representa y ofrece dentro de un esquema de sociedad. Lo demás acudirá simplemente al plano de excepciones.

lunes, 29 de octubre de 2012

Empoderar a la ciudad

Meses atrás en plena efervescencia electoral la agenda pública de las “propuestas” presidenciales se centró a ultranza en la lucha por el poder político, en abstracto, es decir buscar el poder político bajo la premisa de obtenerlo para los fines e intereses personales o sectarios que se quiera, el poder por el poder. Ante este escenario y como un intento por incluirse dentro de la dinámica electoral múltiples sectores de la sociedad mexicana decidieron participar en el proceso electoral teniendo a las manifestaciones públicas como su más aclamado referente y, naturalmente, a los espacios públicos como el entorno posibilitador más indicado para realizarlo, la institución humana por excelencia. Marchando por calles, congregándose en plazas y explanadas se constató y reconoció una cualidad de ciudadano, para muchos nunca experimentada para otros quizá perdida: el empoderamiento, pero este, hay que reconocerlo, no fue político o social, simplemente emocional, una serie de experiencias catárticas que ayudaron a desfogar múltiples posiciones y sentires. Las manifestaciones y exigencias sociales definieron sus objetivos, optando por los más inmediatos, ignoro si los más convenientes. Se trató de una exigencia legítima pero en extremo costosa y agobiante, la de competir, contrarrestar y repudiar día y noche tanto en calles, redes sociales, asambleas, mítines y otros escenarios los mecanismos de los poderes mediáticos del país y sus alcances, los cuales fraguaban hasta la saciedad la candidatura vencedora de EPN. Esta situación motivó, como sabemos, una participación ciudadana nutrida dentro de la cual la de los jóvenes fue enfática. Fuimos testigos, muchos partícipes, de acciones en niveles no vistos en años recientes tanto en la Cd. de México como en otras ciudades del país. Al final, el proceso electoral mexicano se realizó en términos históricamente comunes: Compra y coacción del voto en amplia escala, a la luz de los reflectores y, sin mayor novedad que la de un nuevo presidente electo.

¿Hay beneficios o daños colaterales dentro de estas experiencias? Por qué no fue posible trasladar la naturaleza y exigencia de la presión social establecida por las movilizaciones a otros campos de nuestro vivir cotidiano como por ejemplo, en el acceso a la vivienda, sus características y mecanismos de implantación física, urbana, económica y social, en la naturaleza reprochable de ciertas políticas públicas de desarrollo de ciudad, en los mecanismos de privatización de los espacios públicos, en la falta de prácticas democráticas dentro de la asignación y desarrollo de proyectos y obras de carácter público. La motivación de acudir a las calles y externar, bajo esquemas causales específicos, una serie de exigencias en busca de ser atendidas y resueltas es quizá el medio más eficiente y además el más antiguo con el que cuenta una sociedad para hacer válidos sus esfuerzos en transformar o modificar la manera en que es representada y administrada políticamente. La Ciudad de México merece que la pensemos, la discutamos, la exijamos. Que bajo aquellos mecanismos, comunes en su implementación dentro de la ciudad para los fines de exigir o solicitar, los mismos, los utilicemos para definir que es aquello de la ciudad que necesitamos modificar, mejorar, discutir o decidir entre todos. ¿Por qué, bajo la misma exigencia de construir democracia no exigimos una mejor ciudad? La inclusión en la agenda pública del tema sobre la ciudad y la forma de habitarla es un debate impostergable en su atención.

sábado, 27 de octubre de 2012

Tres años; Cubículo Estudiantil FA

A tres años de haber iniciado el proyecto de cubículo estudiantil de la facultad de arquitectura CUBO y, teniendo como antecedentes inmediatos una serie de situaciones particulares para su conformación tanto académicas, estudiantiles, gremiales y sociales, es en cierta forma meritorio reconocer aquellos esfuerzos, muchos personales dirigidos a desarrollar plataformas de trabajo y colaboración estudiantil, en la promoción de la cultura arquitectónica, eventos con distintos sectores sociales, disciplinas y/o causas, así como el interés, más emotivo que certero de forjar agendas comunes dentro de la comunidad estudiantil de la Facultad de Arquitectura y que estas pudieran tener un cause real dentro del Consejo Técnico de la Facultad. Pero si hoy estamos en capacidad de afirmar algo en relación al CUBO, su operar, objetivos y metas es en el sentido del fracaso. El proyecto CUBO no ha alcanzado los niveles de participación y mediación estudiantil prevista hace tres años, mucho menos ha logrado incidir de manera consistente en la formación profesional, política o ciudadana de aquellos estudiantes participes del CUBO, misma formación que la Facultad de Arquitectura no ofrece a la comunidad certera e integralmente. Múltiples proyectos se han pretendido desarrollar e implementar desde la plataforma que el CUBO ofrece, la mediocridad, aceptemoslo, ha sido una suerte común para la mayoría, pocos, muy pocos han redituado en sus fines. La participación estudiantil dentro de las actividades del CUBO no han sido capaces de trasladarse a otros grupos o sectores de la comunidad de estudiantes, y más aún, un grupo reducido de alumnos se han visto en la obligación, a manera de gesto autoritario o decisión estratégica, de mantener su presencia y opinión dentro del mismo. Las preguntas sobre el operar del espacio en el futuro inmediato corresponden, como toda institución social, a quienes en ella decidan colaborar pero acorde a una idea de relevo generacional y apertura de posibilidades de desarrollo y propuestas de trabajo con la comunidad de estudiantes de la FA. 




viernes, 19 de octubre de 2012

Reforma Laboral / Arquitectura

En las últimas semanas la posibilidad de ser aprobada la iniciativa de reforma laboral es alta y real. El PAN y PRI buscarán dar luz verde en los próximos días pese a la oposición de diversas organizaciones sociales y las tribus partidarias de la izquierda. La reforma laboral, argumentan sus promotores políticos y empresariales, ofrecerá mecanismos más flexibles de contratación, situación que apuntalará el crecimiento económico y reducirá las altas tasas de desempleo, igualmente modificará positivamente las capacidades productivas empresariales, incentivando las oportunidades de empleo y el incremento de la inversión extranjera. A nivel conceptual la Iniciativa de Reforma Laboral plantea: legalización del outsoursing, flexibilidad laboral, transparencia de sindicatos, recorte de derecho a huelga, pago por hora y ampliación de contratos de prueba. En lo general, la iniciativa modifica la relación obrero-patronal y busca facilitar la contratación con:

+ Contratos a prueba por 30 días.
+ Contratos de capacitación de 90 días.
+ Contratos por tiempo indeterminado.
+ Jornada semanal flexible.
+ Días de descanso flexibles.

La Iniciativa de Reforma Laboral supone brindar mayores condiciones para facilitar la contratación, pero igualmente amplia las condiciones de despido y permite el libre e indiscriminado outsourcing (subcontratación). Por lo tanto y desde una perspectiva general, la Iniciativa de Reforma Laboral no busca modificar en lo sustancial esquemas vejatorios de relaciones laborales actualmente en ejercicio, por nosotros conocidos. Sin lugar a dudas es necesaria la creación e implementación de reformas en lo laboral, pero ¿cuál es el tipo de reformas que necesitamos, las cuales siendo sensibles y congruentes resuelvan nuestras condiciones y perspectivas de empleo?. La actual Iniciativa de Reforma Laboral constituye la legitimación en grandes rasgos de varios de los esquemas laborales y de ejercicio profesional sin garantías y de carácter abusivo que actualmente operan en nuestro país. ¿Tienes dudas de lo que comento? Es simple confirmarlo dentro de nuestra instancia disciplinar, la arquitectura: Preguntarle a tu amigo, compañero de clase o generación, al recién egresado o al arquitecto con experiencia que tipo de relación laboral vive o experimenta, ya sea en la iniciativa pública o mayormente en la privada. Si hay una profesión que viva dentro de esquemas laborales sin mayores prestaciones o seguridad es, sin duda la arquitectura. Por horas, por láminas, por avances, por entregables, desde tu casa, pocas horas a la semana, flexibilidad, etc…¡

Y, ¿Es necesario pronunciarnos como arquitectos? Es ideal, por lo menos buscar enterarnos, discutir y reflexionar sobre la Iniciativa de Reforma Laboral y las posibles repercusiones dentro de nuestro ejercicio profesional, pero el desinterés ha reinado dentro de aquellas instancias que podrían o deberían ofrecer opiniones más de fondo y peso como las facultades y escuelas de arquitectura y las instancias gremiales de arquitectos. Mientras tanto, continuaremos pensando en aquellas modificaciones o propuestas de transformación trascendental de las relaciones sociales de nuestras ciudades y país por medio de la proposición de espacios habitables congruentes y relucientes, pero siendo incapaces de definir aquellas instancias mínimo-ideales para trabajar.

martes, 16 de octubre de 2012

sos / facebook / twitter

Hemos incurrido en la creencia de situar el poder de penetración de las Redes Sociales como aliado, o más aún, gestor para el cambio, incluso cualquier cambio, como un canal que permita la posible solución a los problemas no solo locales, mundiales. La alusión a Red Social hoy día puede ser objeto de una continua trivialización, pero esta presupone a nivel conceptual la persistencia de aquel fundamental principio que la anima o determina: la vinculación con otros, manteniendo o no afinidad. Quizá esto último, por simple que parezca, es lo que ha detonado el empleo expansivo de las Redes Sociales desde plataformas digitales. Estás exponen de manera esquemática la inclinación social de los hombres a vincularse y generar lazos sociales los cuales representan el germen de las instituciones humanas, aquellas que hacen sociedad y ciudad. Meses atrás, en vísperas a la elección de julio festejamos aquel alcance e inmediatez sin precedentes de las Redes Sociales, las cuales con su capacidad supuesta de trasladar a un sector social en la línea real del acceso a la información no determinada o matizada por el duopolio televisivo y, de poder articular organización o acciones de manera ágil e inmediata se auguraba una suerte distinta en el proceso electoral mexicano, definiendo como paralelo, más simbólico que funcional aquellas épicas “revoluciones” gestadas en el Norte de África por juventudes multitudinarias, sedientas de transformar y "twitear". Al final, el proceso electoral mexicano se realizó en términos históricamente comunes: Compra y coacción del voto en amplia escala, a la luz de los reflectores y, sin mayor novedad que la de un nuevo presidente electo con una formación profesional, humana, moral, social y cultural sorprendentemente de locura, de infarto, completamente deplorable.

¿Y hay dentro de esto, alguna lección? Por duro que parezca si, una clara: La formación política y el activismo social no trasciende ni mucho menos se alcanza por medio de twitt´s o like´s. No niego bajo ningún sentido la plataforma de vinculación ofrecida por las redes sociales, pero si estamos en capacidad ahora de confirmar algo es la incapacidad para organizarnos por medio de ellas. Éstas, en abstracto, no son capaces de suplir bajo ninguna circunstancia aquello fundamental que exigimos a través de las mismas; respeto, cambio, lucha, organización, educación, pensamiento de últimas consecuencias. Es naturalmente un supuesto, sé que las redes sociales, contrario al común entendido, no fueron diseñadas para intentar modificar prácticas sociales injustas o reprochables, pero el empleo de las redes sociales en un país como el nuestro puede suponer algo más. Quizá entraña como resultado inmediato algo muy distinto a aquello que decidió tajantemente reprochar o modificar dentro del periodo electoral, la instancia más importante en la que las redes sociales han figurado dentro de nuestro país: Constituirse como un mecanismo para observar en tiempo real aquello que somos y nos representa pero sin capacidad de réplica o actuación, sin diferencias sustanciales al operar de la televisión en los últimos 70 años. La situación país de impunidad e indolencia que en puerta advertimos, es desoladora y puede ser peor. Evitemos que desde nuestras burbujas "seguras y cómodas" de fb y twitter reprochar aquello que no somos capaces de afrontar de manera real en nuestra casa, escuela, trabajo o ciudad.

martes, 2 de octubre de 2012

El Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco

El Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco: Disputas históricas y políticas: En la década de 1950, con la recién inaugurada construcción del Centro Urbano Presidente Alemán (1949), la Unidad Habitacional Santa Fe (1957) y la creación de Ciudad Universitaria (1952), se consolida en México la etapa de aplicación proyectual del Movimiento Moderno en arquitectura, marcando la transición definitiva hacia una nueva concepción del habitar colectivo y la planificación urbana integral.

En esos años, transcurridas casi tres décadas desde el triunfo de la Revolución Mexicana, las necesidades identitarias presentes en algunas expresiones sociales se matizan o abandonan. Incluido en este proceso se encuentra aquel racionalismo radical delineado en los años treinta por Juan O'Gorman y Juan Legarreta, el cual cede paso a una práctica arquitectónica cada vez más desvinculada de su entorno construido, simbólico, social y cultural. Paralelamente, las exigencias crecientes del Estado mexicano para posicionarse de manera inercial en el pedestal de país moderno, periférico y occidental, inciden en grandes esfuerzos por realizar obras arquitectónicas, urbanas y de infraestructura a una escala y ritmo sin precedentes en Latinoamérica.

De esta forma, todas las instituciones de gobierno operan bajo ese ideal de país: el de "construir", al precio que fuera, la modernidad mexicana. Para tales fines, el gobierno hace uso —más como mecanismo propagandístico que funcional— de esa recién instaurada perspectiva proyectual de la arquitectura moderna, cuyo propósito máximo es la creación de un nuevo lugar, tanto físico como simbólico, donde la vida moderna pueda efectivamente tener lugar, situando a sus autores, los arquitectos, en la cercanía inmediata del poder político.

Mario Pani y la consolidación del urbanismo moderno mexicano: En este contexto, Mario Pani Darqui (1911-1993) representó para la clase gobernante mexicana una suerte de gurú de la modernidad. Para mediados de los años cincuenta, Pani contaba ya con referentes arquitectónicos realizados desde los postulados del Movimiento Moderno: el Conservatorio Nacional de Música (1946), el Centro Urbano Presidente Alemán (1949) —primer multifamiliar moderno de México con 1,080 departamentos— y múltiples proyectos que lo consolidaron como el arquitecto-urbanista más influyente del período posrevolucionario.

Para ese entonces, la Ciudad de México se encuentra en plena reestructuración bajo el período administrativo de Ernesto P. Uruchurtu (1952-1966) —la versión mexicana del Barón Haussmann— quien implementa una política urbana de "orden y progreso" que transforma radicalmente la fisonomía capitalina. Dentro de las numerosas reformas y proyectos a realizarse se contempla la construcción de un centro urbano-habitacional de grandes dimensiones insertado dentro de la estructura urbana existente de la ciudad. Este megaproyecto, pensado para la clase media en ascenso —trabajadores gubernamentales en su mayoría— y promovido por el ISSSTE, financiado por el Banco de México, contaría con todos los soportes y servicios necesarios: transporte, educación, alimentación, recreación, salud y comercio.

Concepción y planificación del megaproyecto: La realización del megaproyecto del centro urbano fue encomendada a Mario Pani, quien junto con un grupo de colaboradores y asociados —entre ellos el ingeniero Raúl Cacho— desarrolla una propuesta que incluye en su totalidad varias fases de construcción y un desarrollo urbano expansivo y altamente transformador dentro de la trama urbana de la Ciudad de México de los años cincuenta.

El actual Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco corresponde, aún con su imponente escala y magnitud, únicamente a la primera fase de un proyecto de dimensiones considerablemente mayores, frustrado por la incapacidad económica del gobierno mexicano para financiarlo. El proyecto completo suponía una gran sutura urbana de la ciudad, extendiéndose hasta la antigua estación de ferrocarriles de San Lázaro —terrenos que hoy ocupan el recinto de la Cámara de Diputados y el edificio del Poder Judicial de la Federación en la delegación Venustiano Carranza—, configurando un corredor habitacional de aproximadamente 6 kilómetros de longitud.

El sitio establecido como perímetro para el desarrollo del Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco fue una zona altamente marginada perteneciente al Sindicato Nacional de Ferrocarrileros, localizada naturalmente en Tlatelolco. La expropiación de estos terrenos, habitados por familias ferrocarrileras en condiciones precarias, representó uno de los primeros grandes desplazamientos urbanos modernos en México, generando tensiones sociales que prefiguraban las contradicciones inherentes al proyecto.

Características técnicas y arquitectónicas del conjunto: El megaproyecto contempló la construcción, dentro de un predio de aproximadamente 960,000 m², de más de 11,916 departamentos distribuidos en tres tipologías o versiones arquitectónicas: edificios de cuatro niveles (tipo "pasillo"), de ocho y trece niveles (tipo "dúplex" y apartamentos convencionales), incluyendo cuartos de servicio y locales comerciales en sus "plantas bajas libres" según los principios lecorbusianos de los pilotis.

Un total de 102 edificios conforman el conjunto, agrupados en tres supermanzanas y articulados por ejes viales norte-sur y oriente-poniente que responden a una retícula ortogonal modernista. Esta configuración urbanística buscaba romper con el tradicional trazado en damero colonial, proponiendo en su lugar una ciudad funcional basada en la separación de flujos vehiculares y peatonales, la creación de grandes espacios verdes comunitarios y la zonificación por usos.

Los edificios, además de los dedicados exclusivamente a vivienda, contemplaban estructuras específicas para estacionamientos cubiertos (con capacidad para aproximadamente 2,500 vehículos), escuelas primarias y secundarias, guarderías infantiles, hospital del ISSSTE, centros deportivos con albercas y canchas, cines, teatros, edificios administrativos, oficinas de correos, mercados y una iglesia. Esta infraestructura pretendía materializar el concepto de la Unité d'Habitation de Le Corbusier y las propuestas de las supermanzanas contempladas en la Carta de Atenas (1933), convirtiendo al conjunto en una "ciudad dentro de la ciudad", autosuficiente y autónoma.

Sistema estructural y soluciones técnicas: Desde el punto de vista estructural, el conjunto representa un laboratorio de experimentación con el concreto armado y los sistemas de prefabricación. Los edificios fueron diseñados con estructuras de marcos rígidos de concreto reforzado, utilizando losas reticulares y sistemas de cimentación por pilotes y cajones de compensación adaptados a las complejas condiciones del subsuelo lacustre de la Ciudad de México —zona II y III según la clasificación geotécnica actual—.

La repetición modular de los departamentos permitió la estandarización de elementos constructivos y la implementación de sistemas de prefabricación parcial, adelantándose a las técnicas industrializadas que se desarrollarían más ampliamente en las décadas siguientes. Las fachadas, predominantemente resueltas con celosías de concreto, ventanales corridos y acabados en pasta, reflejan el vocabulario formal del Estilo Internacional adaptado al clima y contexto mexicano.

Construcción e inauguración: Las obras de construcción del conjunto iniciaron en 1958 a cargo de Ingenieros Civiles Asociados (ICA), siendo terminadas completamente en 1964 e inauguradas el 21 de noviembre del mismo año por el entonces presidente Adolfo López Mateos. La construcción del conjunto requirió la demolición total del tejido urbano preexistente, incluyendo viviendas, vecindades y la infraestructura ferroviaria que caracterizaba la zona, borrando prácticamente cualquier vestigio de la vida comunitaria anterior.

Mario Pani, en un número especial de su revista Arquitectura-México dedicado al Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco, lo describió paradójicamente como "la creación de una comunidad fuerte", argumentando que constituía una mini-ciudad en la que las diferentes clases sociales podían convivir juntas en armonía. Esta visión, profundamente optimista y tecnocrática, ignoraba las complejas dinámicas sociales, económicas y políticas que determinarían el futuro del conjunto.

La carga simbólica del sitio: Tlatelolco como palimpsesto de tragedias: Hoy día, cualquier referencia al Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco —comúnmente llamado simplemente "Tlatelolco"— no remite precisamente a la exposición o conocimiento de sus funciones, cualidades estéticas, culturales, históricas, políticas o urbano-arquitectónicas que desempeña o suscitó. Nos remite, indistintamente, a la idea de desgracia y desventura. Bastaría con consultar tanto a quienes viven en el Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco en particular, como a los habitantes de la Ciudad de México en general, para advertir la estampa de infortunio que cobija el complejo urbano. Revisemos brevemente aquellos acontecimientos que permean la intelección del mismo.

Méxihco-Tlatelolco: la conquista y el nacimiento violento del mestizaje: Como sabemos, el 13 de agosto de 1521, Hernán Cortés ordenó la ofensiva final contra el reducto mexica-tlatelolca localizado en la ciudad de México-Tlatelolco, ciudad gemela de México-Tenochtitlan y centro comercial más importante de Mesoamérica. Un ejército de más de 150,000 hombres —la mayoría de ellos naturales de pueblos y grupos aledaños, antiguos conocidos y enemigos de los mexicas— comandados por los ibéricos, arrasó con la ciudad prendiéndole fuego y aniquilando a sus defensores.

Autores anónimos de Tlatelolco escribieron en 1528 la relación de la conquista conocida como los Anales de Tlatelolco. El documento, escrito en náhuatl, se encuentra resguardado en la Biblioteca Nacional de París y fue digitalizado el año pasado por una comisión de investigadores mexicanos. El panorama de Tlatelolco descrito en esa obra refleja una ciudad devastada, cuantificando más de 40,000 mexicas-tlatelolcas muertos. En 1527, el principal templo mexica encontrado en México-Tlatelolco fue demolido y, en su lugar, con sus mismas piedras y con las mismas manos que lo construyeron, los españoles levantaron el primer templo cristiano de la zona: el Convento de Santiago Tlatelolco, sede del Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, primera institución de educación superior en América.

Una placa gubernamental colocada en la Plaza de las Tres Culturas —diseñada por Mario Pani y el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez como espacio de convergencia simbólica entre el pasado prehispánico, colonial y moderno— apunta lo siguiente:

"No fue ni triunfo ni derrota, fue el doloroso nacimiento del pueblo mestizo que es el México de hoy."

Esta interpretación oficial, sin embargo, ha sido ampliamente cuestionada por historiadores y activistas indígenas, quienes la consideran una narrativa que suaviza y romantiza un genocidio histórico.

La masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968: Días antes de inaugurados los Juegos Olímpicos en la capital del país, Tlatelolco reviviría un derramamiento de sangre que marcaría indeleblemente la historia mexicana contemporánea. La matanza ocurrida el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas fue una represión militar organizada directamente por el gobierno mexicano contra grupos estudiantiles que, en fechas anteriores, se manifestaron públicamente por las calles de la ciudad exigiendo, entre otras demandas, respeto a la autonomía universitaria, la liberación de presos políticos, la destitución del jefe de policía, la desaparición del cuerpo de granaderos y la libertad de los estudiantes de la Preparatoria 1 (San Ildefonso) detenidos por el ejército.

La Secretaría de Gobernación, a cargo de Luis Echeverría Álvarez —quien posteriormente sería presidente de México—, respondió contundentemente enviando al ejército y toda su estructura policíaca-paramilitar, incluyendo al grupo de choque conocido como el "Batallón Olimpia", para poner fin violentamente al prolongado conflicto estudiantil. La cantidad exacta de estudiantes, trabajadores y civiles asesinados no ha sido posible esclarecerla. Algunos estimados apuntan a más de 300 víctimas, mientras que las fuentes gubernamentales reportaron inicialmente entre 20 y 40, cifra que la investigación histórica posterior ha desmentido categóricamente.

La arquitectura moderna del conjunto jugó un papel paradójico durante la masacre: los edificios circundantes se convirtieron en trampas mortales cuando francotiradores apostados en sus azoteas dispararon contra la multitud congregada en la plaza. La plaza misma —concebida como espacio de encuentro cívico y celebración comunitaria— se transformó en escenario de horror. Este acontecimiento plantea interrogantes fundamentales sobre la responsabilidad de la arquitectura y el urbanismo moderno cuando son instrumentalizados por regímenes autoritarios.

El sismo del 19 de septiembre de 1985: el colapso técnico y moral: El 19 de septiembre de 1985, a las 7:19 de la mañana, la Ciudad de México sufrió un sismo de magnitud 8.1 en la escala de Richter con epicentro en las costas de Michoacán. El edificio Nuevo León del Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco —uno de los más altos del conjunto con 13 niveles— se colapsó completamente, asesinando instantáneamente entre 200 y 300 personas. Once edificios más del conjunto presentaron severos daños estructurales, lo que propició la decisión de demolerlos posteriormente. Cuatro edificios adicionales necesitaron trabajos de reducción de su altura original, y en el resto se realizaron trabajos de reforzamiento estructural.

El derrumbe del edificio Nuevo León es atribuido, entre múltiples factores, a la serie de deficiencias encontradas en su construcción, mantenimiento y supervisión. Entre 1979 y 1980 se apreció una inclinación progresiva del inmueble, asociándola a fallas en la cimentación que no era capaz de contrarrestar adecuadamente las características del subsuelo blando lacustre donde se plantaba. Los pilotes utilizados resultaron insuficientes en longitud y capacidad de carga, y el sistema de compensación no respondió adecuadamente a los asentamientos diferenciales que presentaba la zona.

Igualmente, según peritajes post-sísmicos realizados tanto por especialistas nacionales como internacionales, la corrupción, el uso de materiales de calidad inferior a la especificada en proyecto, el desinterés sistemático por parte de las instancias gubernamentales encargadas de su mantenimiento y supervisión, así como modificaciones estructurales no autorizadas realizadas por algunos habitantes, propiciaron parte de la tragedia. El desastre del edificio Nuevo León se convirtió en el símbolo del fracaso de la utopía moderna y de la corrupción institucional que caracterizó al sistema político mexicano.

Degradación contemporánea: la arquitectura y urbanismo modernos y sus aspiraciones: En la actualidad, el Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco continúa irremediablemente la senda de la degradación física, social y urbana. La falta de mantenimiento superficial y profundo en edificios, andadores, explanadas y áreas verdes-jardines; la ausencia de accesibilidad universal —nunca planteada originalmente y menos resuelta— acrecentada hoy con una población de la tercera edad en ascenso; la carencia de luminarias funcionales en el sistema de alumbrado público; los ineficientes servicios de recolección de basura; el crecimiento del comercio ambulante; la inseguridad; el pandillerismo; la venta de drogas; y un largo etcétera de problemáticas urbanas contemporáneas conforman la realidad cotidiana del conjunto.

Desde el punto de vista arquitectónico-urbano, el conjunto presenta problemáticas típicas de los grandes desarrollos modernistas: escala deshumanizada, espacios públicos residuales sin apropiación comunitaria, falta de permeabilidad urbana, segregación funcional extrema, ausencia de diversidad de usos y actividades, dificultades de orientación espacial debido a la repetición formal de los edificios, y deterioro acelerado de las infraestructuras comunes que nadie considera propias —la tragedia de los comunes aplicada al urbanismo moderno—.

Un caso excepcional dentro de este panorama de abandono representa la creación del Centro Cultural Universitario Tlatelolco por la UNAM en 2007, a raíz de la donación de las antiguas instalaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Este complejo cultural, que incluye el Memorial del 68, la Colección Stavenhagen y diversos espacios expositivos, representa un intento institucional por resignificar el espacio y rescatar la memoria histórica. Sin embargo, este esfuerzo aislado no ha logrado revertir la tendencia general de deterioro del conjunto.

Lo demás plantea únicamente una atmósfera de desconcierto y resignación administrada, esperando acaso el nuevo acontecimiento que termine por acrecentar o alimentar la historia trágica acostumbrada del sitio.

Interrogantes críticas sobre modernidad, arquitectura y poder: Las preguntas paralelas a la idea o noción del Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco son vastas, complejas y permanecen vigentes, siendo históricas, políticas, emocionales, simbólicas, religiosas, técnicas y urbano-arquitectónicas:

¿El Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco representa la suma del estrepitoso fracaso de la modernidad —incluida la arquitectónica— en México? ¿Por qué uno de los espacios públicos más conspicuos de la modernidad arquitectónica mexicana resultó ser el espacio ideal para una masacre de estudiantes? ¿Son necesarios más motivos para aludir y confirmar lo nocivo de las alianzas entre el Movimiento Moderno en arquitectura y gobiernos abiertamente aspirantes al totalitarismo y estructuralmente corruptos?
¿Puede la arquitectura moderna, con sus pretensiones universalistas y su fe tecnocrática, ignorar impunemente el contexto histórico, social y simbólico de los lugares donde se implanta? ¿Qué responsabilidad tienen los arquitectos y urbanistas cuando sus obras son instrumentalizadas por el poder para ejercer control, represión o propaganda? ¿Es posible redimir espacios arquitectónicos marcados por tragedias múltiples, o están condenados a cargar eternamente con el peso de su historia?

Tlatelolco como síntoma y símbolo: El Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco no es simplemente un fracaso arquitectónico o urbanístico; es un síntoma profundo de las contradicciones de la modernización mexicana: autoritarismo político disfrazado de progreso, desplazamiento social presentado como renovación urbana, utopías arquitectónicas desvinculadas de realidades socioculturales, y la instrumentalización de la arquitectura moderna como herramienta de control y propaganda estatal.

Técnicamente, el conjunto representa tanto los logros como las limitaciones de la arquitectura moderna en México: la capacidad de construir a gran escala con sistemas industrializados, pero también la fragilidad estructural derivada de la corrupción; la ambición de crear ciudades autosuficientes, pero la incapacidad de generar comunidades verdaderamente cohesionadas; la pretensión de universalidad formal, pero el desconocimiento de las particularidades del lugar.

Tlatelolco permanece como un palimpsesto urbano donde se superponen capas de violencia, utopía, fracaso y resiliencia. Su arquitectura moderna, lejos de liberarse de la historia, se encuentra irremediablemente atrapada en ella, convirtiéndose en testigo pétreo de las tragedias que el sitio ha presenciado a lo largo de cinco siglos.

Fotografías de Armando Salas Portugal del CUN-T en 1964.
Revista ARQUITECTURA / MÉXICO 

Mitin y asedio en el 2 de octubre de 1968.
Archivo fotográfico UNAM.


Afectación del sismo de 1985 en el CUN-T.
Archivo fotográfico la Jornada.





domingo, 23 de septiembre de 2012

Tres ejemplos de violencia

La violencia es la cualidad de violento o la acción y efecto de violentar o violentarse, siendo una modalidad de interacción social que se manifiesta en aquellas conductas que de forma deliberada provocan o amenazan con hacer un daño o sometimiento de índole variada a algo o alguien en específico y de tal manera limitando o alterando su naturaleza física, simbólica, de utilidad o potencialidades presentes o futuras. Se trata de un concepto complejo que admite diversas matizaciones dependiendo de la perspectiva desde la cual se considere; en este sentido, su aplicación a la realidad depende en ocasiones de apreciaciones subjetivas. El elemento esencial en la violencia es la modificación matizada o abrupta de un funcionamiento, mecanismo o el daño, tanto físico como psicológico. Lo violento, por su parte, es aquello que está fuera de su natural estado, situación o modo; que se ejecuta con fuerza, ímpetu o brusquedad, o que se hace contra el gusto o la voluntad de uno mismo. La violencia, por lo tanto, es un comportamiento deliberado que puede provocar alteraciones físicas o psíquicas a donde sea dirigida, buscando imponer u obtener algo por la fuerza. Es importante señalar que el concepto de violencia varía según la cultura y la época. Por lo tanto es previsible la existencia de manifestaciones violentas que estando acotadas por contextos sociales complejos son aprobadas por la ley, por el estado, por la cultura o por una multiplicidad de instancias sociales. La violencia como mecanismo de relaciones e interacción social, parte sustancial del ser humano no es sólo algo universal, ni debe ser referida únicamente a la coyuntura actual de nuestro contexto social inmediato, el mexicano, es más que eso. La intención que aquí se plantea es asociar ideas desde conceptos que entrañen connotaciones violentas, problematizarlo pero sin el sesgo unidireccional que actualmente se le imprime.

1
Capricho italiano no. 24

En el sentido estricto la violencia puede ser un antecedente inmediato al virtuosismo musical, vinculándolo en una escala dentro del ejercicio del poder, de la manipulación ventajosa, alcanzada por una formación, instrucción o condición particular, por contar con habilidades técnicas extraordinarias. El "Capricho nº 24 en la menor" es el último de los veinticuatro caprichos que escribió Niccolò Paganini y corresponde a una de las piezas para violín solo más aclamadas. La obra, formada por variaciones breves, ágiles y vitales es considerada como una de las piezas técnicamente más complejas escritas para el instrumento. Para poder ejecutarla se requiere del total dominio de específicas técnicas, muchas establecidas o instauradas por el mismo Paganini las cuales ponen en crisis la técnica, hasta ese entonces establecida en el empleo del violín. Siendo el violín un instrumento en extremo frágil, de una manufactura minuciosa, exhaustivamente sensible, la ejecución del Capricho nº 24, en este caso realizada por Alexander Markov reta las prestaciones y capacidad mecánica del instrumento mismo, acercándolo a niveles de expresividad sin precedentes, de violencia matizada o suministrada bajo un interés puntual: la interpretación magistral de la obra.



2
Neue Nationalgalerie


El espacio habitable dentro de la arquitectura moderna está sustentado por su eficiencia estructural; Es complicado enunciar en breves palabras la gran obsesión de Mies sin hacerla parecer como un síntoma patológico o asociarla en lo banal. La obra que testifica -y en un sentido extremo- esta apabullante idea expresada por mucho en una lógica constructiva es la Neue Nationalgalerie desplegada funcional-espacial y técnicamente en el extremo más simplificado de un edificio, o más aún, un espacio acotado o determinado por símbolos, ninguno de ellos nuevos pero enfatizados en su función con una extrema sencillez. La base geométrica de la composición en planta de la Neue Nationalgalerie es un cuadrado contundente y de grandes dimensiones. El techo, una plataforma reticular de acero construida en el suelo y siendo esta elevada por medio de grúas hidráulicas y cuyo cuerpo de 65 m x 65 m x 1.8 m se sostiene en apenas 2 columnas cruciformes de 8.4 m de altura por lado, se extiende en volado en cada una de sus esquinas, dándole a la composición una sensación de levedad y marcada horizontalidad, de un eficiente equilibrio entre lo frágil de la carpintería y lo estable o robusto de la estructura. Es decir, la Neue Nationalgalerie dedicado a la exposición de arte del siglo XX, es un elemento anómalo, un acto violento en el sentido de la lógica de los esquemas constructivos empleados para su sustentación y lo es igualmente por la articulación del espacio de exhibición que el edificio plantea, a mi juzgar, ya que no le conozco solo a través de imágenes y referencias, vasto pero de inmediata intelección.







1. Secuencia de elevación de la cubierta de la Neue-Nationalgalerie por medio de 8 elevadores hidráulicos, 2 por cada lado. En la imagen, la estructura de la cubierta reposando en la plataforma del piso la cual tiene instalados los mecanismos para la elevación. Son visibles las columnas las cuales se encuentras acostadas e integradas a los elevadores.
2. Inicio de elevación de la cubierta.
3. Plataforma de cubierta elevada; las columnas cruciformes ya han sido colocadas.
4. Mies y Scharoun atentos al espectáculo de la elevación mecánica de la cubierta. H. Scharoun autor de la Filarmónica de Berlín y la Biblioteca Nacional, las cuales, encontrándose en la misma zona cultural que la Neue Nationalgalerie puede suponer el motivo de su presencia en singular acto.
5. Neue Nationalgalerie en su inauguración,1968.

3
Jean Michel Basquiat

Basquiat falleció el 12 de agosto de 1988 a causa de una sobredosis de heroína. Tenía 27 años. Su figura se vió siempre envuelta entre el estrellato y la polémica. Su falta de preparación académica o su desastrosa dependencia con las drogas, le supuso algunas críticas en ese Nueva York tan interesado en todo lo novedoso y extraño. Basquiat, siendo uno de los artistas más mediatizados o mitificados de los últimos 30 años, se presenta como un artista aglutinador de ese Nueva York marginal y multiétnico (Basquiat de padre haitiano y madre puerto riqueña). Hablamos del artista contemporáneo más joven en competir en subastas con picassos o van goghs. Por su parte, el historiador Irving Sandler sostiene: “Basquiat, quien desde 1980 hasta su muerte alcanzó un éxito y notoriedad nada comunes, al igual que unos años antes había hecho su mentor Andy Warhol, se convirtió en prototipo del genio romántico, atractivo, rebelde y salvaje y, a la vez, en el profesional ansioso de celebridad y dinero, en la última de las estrellas del universo rutilante de Andy Warhol”. Estilísticamente, la obra artística de Basquiat es mucho más complicada de explicar que lo que un análisis superficial puede hacer pensar, y está inspirada en múltiples referencias entre ellas Pollock, Picaso, el Jazz, la cultura africana primitiva o el consumo desmedido de heroína, asociaciones forzadas, violentas pero con mucha fortuna en la crítica y en las subastas. 


1. Profit I
080812