sábado, 22 de diciembre de 2012

Ciudad Universitaria, Patrimonio Cultural y el valor de cambio



Es un orgullo para la UNAM y para la arquitectura moderna de nuestro país que Ciudad Universitaria sea reconocida como uno de los aportes más significativos a la cultura de la humanidad, por poseer profundos valores de excepcionalidad universal de la cultura de México.
Mensaje de Rectoría emitido el día 29 de junio del 2007 tras la declaratoria del campus central de Ciudad Universitaria de la UNAM como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

En una tarde de junio de 2007, recuerdo, dentro de la clausura de un taller de verano realizado en la Galería José Luis Benlliure, el director de la facultad Jorge Tamés extraordinariamente al programa hace pública una noticia, recién comunicada desde Nueva Zelanda por Felipe Leal: el Campus Central de CU ha sido declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. Al día siguiente la noticia circuló de manera consistente por tv, medios impresos y electrónicos y todos acudiendo a aquellos motivos que determinaron la declaratoria por parte de la UNESCO:

“La categoría de Patrimonio Cultural de la Humanidad se le otorgó a CU al demostrar -de manera sobresaliente- la consolidación de la arquitectura moderna en América Latina, con acentos locales, además, de que se ejemplificó el desarrollo de la ingeniería aplicada a la construcción, así como la -extraordinaria- planificación urbana, con base en el paradigma del urbanismo y el funcionalismo modernos con reminiscencias de la arquitectura prehispánica”.

Pero, qué significaba en el ya distante 2007? Qué implicaría para CU y su constante muchedumbre la declaratoria? La UNESCO se propone promover, en papel y desde París, la identificación, la protección y la preservación del patrimonio cultural y natural de todo el mundo considerado especialmente valioso para la humanidad. Invitando a aquellos países y sus gobiernos emprender los trabajos necesarios para alcanzar tal fin. Por lo tanto, eran esperables ciertas modificaciones en la interacción con los inmuebles, espacios y demás elementos que sustentaron la nueva condición de CU. A más de cinco años de la declaratoria no ha existido modificación alguna, por lo menos tangible, que representara incentivos dentro de la comunidad universitaria en la valoración de CU con miras a su cuidado y preservación. Defender el patrimonio en México, cualquiera, es en principio asumir una empresa personal, respetable, de carácter excepcional regularmente, esto por la naturaleza ineficiente de aquellas instituciones creadas ex-profeso para la atención de lo patrimonial. Pero hay que reconocer, que dentro de este sesgo la defensa, y protección del patrimonio cultural, material e inmaterial en nuestro país constituye, para muchos, una de las más rentables empresas; brinda la posibilidad de figurar como aquella autoridad que aconseja, orienta -o dictamina- lo que es patrimonio, que no lo es y que es necesario cuidar de la destrucción o malversión. Ser autoridad o líder de opinión en cuestiones histórico-patrimoniales dentro de un país con una vasta riqueza histórica-material como la de México no solamente es capitalizable en el sentido de la trascendencia de la salvaguarda de esa riqueza y la definición política de aquellas orientaciones que extiendan y vinculen esos valores a la sociedad, no. Ser autoridad en el plano de la historiografía y, a menudo paladín de la protección del patrimonio supone o define consideraciones de otro orden, de valor de cambio. Es decir, lo que planteó el saqueo en ciertas épocas, como un verdugo del patrimonio cultural en el mundo hoy día la especulación, manipulación o politización en lo patrimonial resulta ser la mayor veta de explotación o motivo de vejaciones y curiosamente es esta ejecutada, en buena medida, por muchos especialistas formados y dedicados a la cuestión historiográfica o patrimonial. Estoy consciente de los fines y distinciones, a nivel semántico, entre el hecho historiográfico y el de la preservación y conservación del patrimonio histórico, material e inmaterial. Pero a menudo en México son instancias próximas, incluso dependientes o de necesaria asociación, por ello mi insistencia en manejarlas al mismo nivel.

Me resulta sorprendente que siendo CU Patrimonio Cultural de la Humanidad y, además, sede de instituciones como la FA, IIE o el CIEPFA e incluidos en todas ellas “personajes de primera línea” en lo que respecta al estudio, promoción y preservación del patrimonio construido, no realicen pronunciamiento alguno sobre las acciones que actualmente se ejecutan dentro del campus original. Aquellas emanadas de la construcción de locales, en concreto armado y en todas las facultades del casco viejo, para albergar subestaciones eléctricas, las cuales brindarán soporte al nuevo tendido subterráneo de 23 KV del campus central. No me considero un puritano o devoto de la conservación, ni mucho menos un profundo estudioso y partidario de lo patrimonial, de hecho considero, desde la generalidad, que lo patrimonial es una denominación que a menudo poco facilita la interacción personas-edificio, personas-personas cuando los inmuebles tienen únicamente valor histórico patrimonial escenográfico, rememorativo. Cuando el edificio -conjunto de ellos para CU- mantienen la vigencia –y uso- en el fomento a la interacción social, albergando o posibilitando, además de cierto valor artístico, valor instrumental o de uso original al proyecto, estamos hablando de un patrimonio arquitectónico en el cual concurren mayores elementos para una valoración contemporánea positiva en el empleo de sus espacios para la interacción social. Puede sugerirse exagerado el el anterior planteamiento, pero hace apenas unos años, recordemos, el revuelo mediático por la posible demolición del “Super Servicio Lomas”, un edificio que desde su concepción original en los años 40´s, carecía de vigencia funcional en la actualidad, se presentaba rígido en lo que respecta a su espacialidad y posible uso, edificio que curiosamente no estando catalogado, para ese entonces, como monumento artístico de la nación se exigia su respeto y, además, que es quizá lo de mayor importancia para ejemplificar y sustentar la alusión al valor de cambio: la defensa del super servicio lomas fue el campo de batalla entre dos instancias de gobierno en la Ciudad de México (PAN y PRD) y sustento de una campaña para figurar y generar capital político (Gabriela Cuevas).

Por lo tanto, lo que sucede actualmente en CU es una tarea que deberían atender puntualmente aquellos que se dedican y viven de lo patrimonial dentro de la arquitectura: FA, IIE, CIEPFA, DOCOMOMO, ICOMOS entre otros, ya sea analizando el caso, poniéndolo a discusión, dentro de una multiplicidad de plataformas que ofrece la UNAM y con ello poder definir parámetros útiles en el manejo de la arquitectura patrimonial de CU y orientar a las autoridades universitarias para su preservación y cuidado.


Subestación "CELE"

Subestación "Ingeniería"

Subestación "Economía"

Subestación "Derecho"

Subestación "Filosofía y Letras"


Subestación "Ingeniería II"

martes, 18 de diciembre de 2012

banca y valla

La Autoridad del Espacio Público hace gala de sus atribuciones semánticas; banca en la recientemente "inaugurada" Alameda Central












martes, 11 de diciembre de 2012

Entre libros y devastaciones; dos imágenes



Biblioteca Holland House: En plena segunda guerra mundial Londres fue objeto, en menor escala que otras ciudades europeas, de constantes bombardeos por parte de la Lutwaffe. La fotografía tomada del interior de la biblioteca del conde Ilchester, de afamada reputación y, comúnmente llamada Holland House, captura una atmosfera de devastación y confirma lo vulnerable que es, incluso, la cultura. La escena describe contundentemente tres situaciones; La primera y de facto evidente, la destrucción y fuerza de la guerra. La segunda que se trata, naturalmente, de una biblioteca. Y la tercera, que aún dentro de la ruina la esperanza por la cultura y la humanidad persiste.

La ciudad de los libros y la imagen: Dentro de un contexto social en el que impera la marginación, la violencia, la ignorancia, la generación sistemática y ventajosa de identidades desde los medios de comunicación hegemónicos y, en el cual la cultura es vehículo lucrativo de una elite no culta ni mucho menos humanizada, el concepto de biblioteca en México opera en el límite de la desgracia y, no solamente por que México sea un país que no lee. La ciudad de los libros y la imagen, acción pensada -o improvisada- como parte del proyecto cultural del sexenio pasado describe quizá el cuidado de la clase política dominante por mantener la enajenación negando el ofreciendo de condiciones reales de formación cultural, cívica o ética a la sociedad. La fotografía presenta parte del “combate” en los trabajos que aún se realizan dentro del antes citado proyecto cultural y, el cual fue días atrás oficialmente inaugurado.

jueves, 6 de diciembre de 2012

El día que muera Teodoro González de León



Teodoro González de León, el arquitecto que mejor ha recreado en piedra, metal y vidrio los espacios administrativos de un país desde la mirada progresista de su gobierno, falleció anoche a los 118 años. El portavoz del Hospital Médica Sur en la Cd. de México declaró que el longevo artista, diseñador de C.U. y un centenar más de obras públicas, aquel que en su juventud fuera ayudante por una breve temporada de Le Corbusier, había muerto a causa de un colapso cardiovascular el día de hoy, a las 09:45 hrs.

19:30 hrs, Palacio de Bellas Artes:

Frente a diversos funcionarios públicos de la cultura y las artes de México un selecto grupo de arquitectos expresan, en distintos grados, signos profundos de consternación sustanciales para figurar, para sobrevivir o para trascender profesional y políticamente, se trata de un momento dramático pero definitorio. Manifiestan desde diversas perspectivas o experiencias la inquebrantable lealtad y reconocimiento a los ideales y enseñanzas de Teodoro González de León, el último gran caudillo de la modernidad arquitectónica en México:

“Teodoro González de León representa a uno de los más prolíficos arquitectos de toda una generación en México y el mundo, quien buscó desde su genialidad e inagotable espíritu transformador situar a la práctica arquitectónica de todo un país en la vía de la conciliación social desde su historia, su arte, su tiempo y sobre todo con su devenir”

“Con la muerte de Teodoro González de León concluye un largo e ininterrumpido periodo de ejercicio profesional de la arquitectura que siempre busco trascender los espacios a través de contundentes formas y variables en sus orientaciones significantes, acordes con aquella sociedad que trataba de representar”

Mientras tanto, la conversación en ciertos círculos dentro de la sala se traslada hacia otros temas sustancialmente más interesantes y productivos. Algunos arquitectos, muy discretamente, hablarán de los cambios que la dirección tanto de CONACULTA como la SEDESOL en últimas fechas han experimentado, de algunos de los programas federales o estatales estrella, o de los dos grandes concursos internacionales de diseño que el gobierno mexicano prepara tanto para la nueva sede de la Cámara de Diputados, como para la monumental remodelación y ampliación de Xochimilco. Se comentará igualmente pero con mayor discreción sobre números y cifras, partidas presupuestales.

Otros arquitectos, menos diestros en las relaciones con el poder político y la especulación laboral centrarán sus observaciones en el extraño y sorprendente fenómeno social que en últimas fechas sacude al país con vigor y ha generado una multiplicidad de opiniones y miradas del extranjero: La incontrolada y descomunal oleada de invasiones populares en diversas ciudades del país, de las cuales algunos afirman supera los tres millones. Fenómeno mismo que, en boca de algunos funcionarios de primera línea así como de comunicadores de los medios dominantes, pone en riesgo el estado de derecho y, en consecuencia la estabilidad política, social y económica de México.

Al exterior del Palacio, una turba de jóvenes estudiantes de arquitectura, conmocionados por la noticia, disfrutan de las múltiples imágenes proyectadas sobre la fachada del inmueble, alusivas naturalmente a las obras más representativas de Teodoro González de León.

lunes, 3 de diciembre de 2012

laberinto - archivo L

El presente proyecto de blog dejará de llamarse Laberinto, en lo sucesivo será presentado como blog archivo L. Tal decisión es correspondiente con el ánimo de asegurar e identificar plenamente sus contenidos.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Azerbaiyán - Israel / Chapultepec - Alameda

Podemos afirmar que entre ambos casos hay distinciones, aun cuando se aboquen en principio al mismo objetivo, la de participar con recursos privados en el financiamiento de los trabajos de renovación de espacios públicos. En lo inmediato o tangible sabemos que no ha sido colocada la efigie de Ariel Sharon en la Alameda, así mismo conocemos el gusto del actual gobierno de Azerbaiyán en diseminar esculturas de Heydar Aliyev por doquier. Pero en esencia, se trata de casos distintos? El gobierno que encabezó Heydar Aliyev y bajo acusaciones de totalitarismo y sometimiento contra la población de Azerbaiyán fueron los fundamentales motivos para iniciar desde portales y redes sociales la discusión y reclamo al GDF por su “insensibilidad” en aceptar la colocación de la estatua de Aliyev. Por otro lado el caso del Estado de Israel, como potencia ocupante dentro del conflicto bélico en medio oriente, tiene la responsabilidad fundamental de proteger a la población civil palestina bajo su control y garantizar su dignidad y su bienestar. La constante invasión del ejercito judio a territorios palestinos y la destrucción de sus viviendas y medios de subsistencia no es consistente con esa responsabilidad ni con los ideales humanitarios internacionales.

Y, en realidad, no existen motivos para crear una comisión especial Israel-Alameda, similar a la creada para analizar el caso Azerbaiyán-Chapultepec? ¿Por qué la remodelación de la Alameda Central y el mecanismo de de financiamiento empleado no ha resonado en los medios? ¿Por qué, de la participación económica por parte del Estado de Israel en la remodelación de la Alameda Central pocos se han pronunciado? ¿Hay línea editorial, conflicto de intereses? No me interesa ahora ni descalificar ni alentar aquellos esquemas empleados por el GDF y la SEDUVI con los cuales ha afrontado la “regeneración” de específicos espacios públicos ubicados en sectores turísticos de la Ciudad de México, Pero es prudente destacar -o confirmar- la manipulación en el manejo de información y la generación de contenidos y opiniones de manera unilateral e insensata, la cual ya ha alcanzado la escala de contenidos generados y manejados desde internet.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Palestina: la resistencia legitima por una vivienda y por un lugar propio donde asentarla


“Toda persona en el mundo tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios”.

Lo anterior como parte de La Declaración Universal de Derechos Humanos, promulgada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, reconocida por la mayoría de los países integrantes e igualmente suscrita por otras naciones a través de tratados internacionales.

Por lo tanto, el derecho a la vivienda es un derecho universal. Está reconocido a nivel internacional, es un derecho reconocido para todas las personas. A pesar de este derecho, la población palestina sistemáticamente es objeto de vejaciones por parte de las políticas de Israel, violando el derecho a la vivienda de los palestinos. La reciente privatización, desregulación y comercialización de bienes públicos israelíes dieron como resultado políticas urbanas que hacen cada vez más difícil a los palestinos de bajos ingresos el acceso a una vivienda. Las autoridades israelíes tienen un historial impresionante de proveer vivienda adecuada a olas de inmigrantes y refugiados judíos, sin embargo esas políticas menosprecian a las necesidades de la población palestina que están socialmente en desventaja, en un acoso y asedio constante por parte del ejercito judío. El número de permisos de edificación concedidos es desproporcionadamente menor respecto a las necesidades reales de alojamiento, lo que obliga a muchos palestinos a construir sin obtener la autorización. Como consecuencia, una cantidad considerable de viviendas palestinas son consideradas ilegales y sus residentes son amenazados con el desalojo y posterior demolición de sus hogares.

A principios de año, en enero, una Comisión Humanitaria Internacional de Naciones Unidas enviada a los territorios Palestinos para valorar las condiciones sociales en las que se encuentra el país árabe solicitó a Israel detener la demolición de viviendas por considerar esto una violación la integridad social de los palestinos y por ser ésta una agresión que estimula el odio y resentimiento hacia los judíos. El informe realizado por la Comisión, encabezada y presentada por el alto comisionado de la ONU para asuntos sociales Maxwell Gaylard indica:

"Israel, como potencia ocupante, tiene la responsabilidad fundamental de proteger a la población civil palestina bajo su control y garantizar su dignidad y su bienestar (...) La destrucción de sus viviendas y medios de subsistencia no es consistente con esa responsabilidad ni con los ideales humanitarios".

"La actual política y práctica de demoliciones causa un sufrimiento humano extenso y debe llegar a su fin. Los palestinos requieren urgentemente el acceso a una sistema de planificación justo y no discriminatorio que satisfaga sus necesidades de crecimiento y desarrollo".

Hace poco más de un año, en una mesa redonda organizada dentro de la Facultad de Arquitectura la Embajadora de la Autoridad Palestina en México, Randa Al Nabulsi, los Arquitectos Enrique Ortíz, presidente de HIC-América Latina, José Salceda y Bahram Ghadimi profesores de la Facultad, presentaron información sobre la situación actual así como algunos antecedentes históricos de los asentamientos israelíes en territorios palestinos ocupados, tratando de dimensionar el impacto de los asentamientos sobre el espacio habitacional y público dentro del pueblo palestino, igualmente de la problemática de vivienda de la población palestina dentro del territorio del Estado de Israel.

Tanto la mesa redonda como la presente entrada fueron realizadas no por causa de abstracta y distante solidaridad, mi formación profesional de arquitecto, pero ante todo mi condición de ciudadano hace implícita la responsabilidad de asumir el reconocimiento y la defensa del derecho humano universal de acceso a la vivienda, y por extensión el derecho a tener un lugar propio, digno y seguro donde podamos asentar esas viviendas. El caso que hoy nos motiva es palestina y su derecho legitimo a la vivienda, pero la agenda en ese sentido es considerable, vasta y cercana. En nuestro país es necesario igualmente exigir la aplicación y goce del derecho de acceso a la vivienda digna y, los arquitectos, deben ser uno de los promotores más interesados en esa exigencia.

jueves, 8 de noviembre de 2012

“Cineteca Nacional del Siglo XXI”


Días atrás se anuncio por diversos medios la fecha de inauguración de los trabajos de remodelación de la Cineteca Nacional, fecha fijada al día de hoy 8 de noviembre. Sabemos, porque las mismas autoridades de CONACULTA lo han manifestado, que el evento de inauguración de esta tarde es un simulacro, ya que el verdadero será para fines de noviembre, el 28.

Hace poco más de un año, en julio del 2011, la directora del CONACULTA Consuelo Sáizar en rueda de prensa mostró el proyecto “Cineteca Nacional del Siglo XXI” el cual colocaría al recinto, según Sáizar, como “el espacio cinematográfico más vanguardista y completo de Iberoamérica”. La presentación pública del proyecto de remodelación generó críticas en ciertos sectores por los mecanismos poco sensibles, poco democráticos y poco objetivos empleados por la titular del CONACULTA, referidos fundamentalmente a la asignación directa en el desarrollo arquitectónico del proyecto, el cual fue encargado a Michel Rojkind, así como el costo total del mismo, cercano a los 400 millones de pesos (en junio del 2011), generando extrañeza en el IMCINE, organismo dependiente del CONACULTA el cual fue objeto a una reducción de su presupuesto anual en el 2011, pasando de 372 millones asignados en el 2010 a 313 millones en el 2011. Víctor Ugalde, titular de la Sociedad Mexicana de Directores de Obras Audiovisuales declaró en meses pasados que el presupuesto al cine mexicano es insuficiente y necesita ser ampliado con urgencia, que la industria no puede funcionar con los 313 millones de pesos destinados el año pasado al IMCINE. "No continuemos con una política fiscal equivocada con la educación, la ciencia, el arte y la cinematografía nacional. México debe tener un futuro más grande", expresó Ugalde.

Por otro lado, el proyecto de remodelación incluye cuatro nuevas salas, aparte de las seis existentes, área de usos múltiples, laboratorio de restauración digital, oficinas, áreas verdes y ampliación de su estacionamiento entre otros trabajos. La “remodelación” de la Cineteca Nacional ha costado, en los nueve meses de trabajos (febrero-noviembre) la sorprendente cantidad de 540 millones de pesos, el doble del presupuesto anual del IMCINE en 2011, y 150 millones de pesos extras al costo total original de la remodelación anunciado hace apenas un año, es decir, un presupuesto mensual de 60 millones, un precio elevado para una remodelación (recordemos que la Estela Bicentenario costó poco más de 1,100 millones de pesos y que la Biblioteca Vasconcelos cerca de 950 millones de pesos). No me interesa ahora abundar en la naturaleza arquitectónica del proyecto de remodelación de la Cineteca Nacional, en saber si este asume con fortuna o no los requerimientos técnicos que detonaron la necesidad en su intervención, aún sabiendo que esa consideración será la dominante dentro de la discusión que se pueda dar sobre el proyecto en próximas fechas. Mi apatía por valorar las cualidades arquitectónicas no es motivada por advertir poco importante el proyecto, pero mi argumentación, considero, no carece de objetividad, esto por entender que el proyecto de remodelación a nivel formal y funcional representa algo secundario en relación a aquello de lo que es resultante, algo más grande y que nos trasciende: una práctica de la arquitectura mercenaria, oportunista y onerosa, un ejercicio de poder y recursos públicos discordante, en abierto desinterés por la crisis democrática, de representatividad política, de falta de transparencia en la administración y cuidado de recursos públicos, de irresponsabilidad con aquellas instituciones que debería salvaguardar y asegurar su funcionamiento, IMCINE por ejemplo.

Nuestra condición actual de sociedad exige una práctica de la arquitectura al nivel de las trasformaciones que necesitamos emprender, con miras a aquel horizonte ideal de sociedad que muchos buscamos. Necesitamos exigir la validez del esquema de sociedad democrática representativa por medio de su aplicación plena, por un ejercicio profesional de la arquitectura determinado por mecanismos transparentes, representativos y objetivamente funcionales, con una visión de futuro lógico y eficiente. Requerimos el desarrollo de mecanismos democráticos, incluyentes y objetivos que inviten a los ciudadanos a una instancia más en la cual puedan participar ejerciendo su condición de ciudadanía, que apoyados en ellos sea posible determinar y asignar aquellos proyectos que nuestras instituciones sociales requieren y poder contar así con los primeros indicios de una ruta de sociedad -y ciudades- más incluyentes, democráticas y satisfactorias. Las paradojas son muchas y, de las cuales, la arquitectura por su naturaleza las hace siempre evidentes.

¿Para qué construir monumentos cuando nada tenemos que festejar? ¿Para qué construir bibliotecas si somos un país que no educa? ¿Para qué rediseñar cines cuando su industria fílmica opera bajo los mínimos? La inversión que un país en crisis como el nuestro debe de realizar es en aquellos aspectos que, desde una visión responsable y comprometida pueda asegurar el buen funcionamiento de sus instituciones y asegurar la educación y formación de su sociedad.

Numeralia, Cineteca Nacional del Siglo XXI: Proyecto ejecutado en 9 meses aproximadamente y con un costo de 540 millones de pesos. Se incrementaron a los 24,430 m2 originales 4,467 m2, dando un total de área remodelada y construida de 28 mil 897 m2, de los cuales 7,110 m2 están destinados a áreas verdes y foros de usos múltiples al aire libre con un aforo de 700 espectadores. Ese espacio se obtuvo del anterior estacionamiento que ocupaba 42.47% de las instalaciones de la Cineteca. Es decir, el estacionamiento del proyecto de remodelación cuenta con seis niveles, con una capacidad de 528 automóviles, 25% más que hace un año. Las seis salas sumarán una capacidad de oferta de 2 mil 50 butacas, que en conjunto con las cuatro nuevas harán un total de 3 mil 50. La superficie de las bóvedas fue incrementada de mil 588 a 2 mil 288 m2 para el resguardo de 50 mil películas. La galería y el laboratorio de restauración digital tendrán una superficie de 525 metros cuadrados y el espacio de oficinas se renovará y se reducirá de mil 916 a mil 862 metros cuadrados. Asimismo, los locales comerciales aumentarán de cinco a once.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Más ciudadanos, menos arquitectos


El proyecto actual de sociedad dentro de un país como México debe de definirse según las carencias y naturaleza de las instituciones del estado sobre las que supone actuar, o sobre las instituciones que necesita refundar o crear. Las instituciones siendo generadas por mecanismos complejos histórico-sociales específicos comúnmente están asociadas en su creación y determinación a grupos de poder y, las cuales, tienen por objetivo regular el comportamiento de un grupo de individuos, se trata por medio de la creación de instituciones y en términos generales hacer real el proyecto de una sociedad. En México una vez consolidada en la práctica la idea de estado nación después de un proceso histórico convulso en el siglo IXX y con sus posteriores reformas emprendidas en el proceso de la Revolución Mexicana, se instauran una serie de instituciones que brindan soporte y legitimidad a la idea de país, las cuales en su mayoría operan y nos rigen en la actualidad.

Entendiendo que gran parte de nuestras problemáticas como sociedad radican en su entramado institucional no puedo omitir el señalamiento, conocido por todos, que las instituciones en México son fallidas o presentan altos niveles de descrédito, no podemos dejar de mirar hacia cualquiera de ellas sin pensar en su naturaleza deplorable o ineficiente. Las instituciones sociales son un auxiliar valioso para entender muchos comportamientos sociales, políticos, económicos, culturales etc. de determinado país o sociedad por lo tanto la arquitectura desarrollada en México como la de cualquier país buscaría representar por medio de elementos físicos a una institución que rige y se ofrece a un grupo de personas.

El término institución naturalmente no tiene por qué ser un lugar o instancia física, las obras de arquitectura deben acudir a la figura de institución social no para suplantar sus funciones, si para representarlas o esquematizarlas. Todas las personas, o la mayoría vivimos en esquemas institucionales, la arquitectura, en términos generales no es otra cosa que la sistematización de relaciones sociales y actividades dentro de determinado espacio, vehículo objetivo entre dos entidades subjetivas, la institución y la sociedad, pero en nuestro país hemos incurrido en el grave error de tergiversar la idea, valor y función de institución por arquitectura.

“La arquitectura como un medio de transformación social” es uno de los enunciados fundamentales de la propaganda del movimiento moderno en arquitectura y aun cuando este se encuentra muy alejado de la realidad práctica e histórica sorprendentemente hoy día continúan sus ecos en derivaciones discursivas arquitectónicas contemporáneas y difundida hasta la saciedad tanto en centros de enseñanza o formación de arquitectos, como en oficinas o despachos de arquitectura y, siendo respaldada fuertemente por medios de difusión de la cultura arquitectónica. En la actualidad ni las ciencias exactas, el esoterismo o la religión arremeten con tal desproporción y orgullo como el de ciertos supuestos de la arquitectura en lo que respecta la idea de transformar la vida de las sociedades por medio de mecanismos simplistas, a menudo subjetivos.

No necesitamos obras arquitectónicas que transformen las ciudades, habrá que aceptarlo, esa opción a nivel técnico, social, económico y político no es posible, cuando ese criterio ha sido implementado los resultados son pasmosos. No requerimos arquitectos que asuman responsabilidades que no son de su competencia, esto únicamente es viable y con resultados inapropiados por la vía de políticas públicas irresponsables y corruptas, por perspectivas empresariales y de mercado voraces así como por la manipulación y manutención sistemática de la ignorancia. La ciudad, sus espacios, elementos construidos y aquellas relaciones sociales que le dan soporte no son competencia únicamente de arquitectos, urbanistas, políticos o empresas, se trata de un proceso social de poblamiento urbano en extremo complejo, un fenómeno genuinamente supeditado a aquellas instituciones que deben darle soporte. Si no las hay o no operan tarea aparte es incidir, por medio del ejercicio ciudadano de participación y exigencia. Por lo tanto, nuestra tarea como arquitectos dentro del particular contexto social mexicano no debe ser otra que la de fomentar una formación cívica. Necesitamos ciudadanos que sepan decidir sobre los proyectos que sus ciudades necesitan. Mientras mayor sea la formación ciudadana en el sentido cívico, ético y democrático mayores condiciones se tendrán para vivir mejor nuestras ciudades, para alcanzar mayores y mejores niveles de relación social, para su construcción e imbricación física y social, para contar con obras arquitectónicas de calidad y que estas respondan a específicos planteamientos, problemas, retos o necesidades.

Nuestro problema de instituciones fallidas de democracia, de civilidad, de calidad de vida, de cultura, de educación, de economía, de participación ciudadana, de relaciones sociales, incluida la violencia, no serán resueltos nunca por medio de relucientes, fulgurantes y mediatizadas obras de arquitectura. Muchos de los proyectos de arquitectura realizados en nuestro país bajo el amparo, patrocinio y solicitud de la instancia pública, dirigidos a incentivar a sus instituciones están destinados a una suerte común, la del fracaso, esto por desatender los componentes sustanciales que le deberían dar sentido y significado. Si las instituciones, cualquiera, dentro de nuestro país no operan o presentan severas inconsistencias en sus alcances y fines irremediablemente no existirán condiciones para esperar que aquellos vehículos físicos o construidos -arquitectura- puedan hacerlo, o más aún suplir desde la arquitectura las funciones de las instituciones y además realizarlas eficientemente. Y es en ello donde radica la imposibilidad real o total de cualquier intento por transformar la ciudad desde la idea abstracta de “buena arquitectura o buenos diseños”.

Es decir, no pueden existir instituciones y sus soportes físicos-construidos en el país si no existen los ciudadanos que le den soporte real a su funcionamiento, que participen decidiendo, no pueden operar en el sentido esencial obras de arquitectura sin el consentimiento de aquellos a quienes representa y ofrece dentro de un esquema de sociedad. Lo demás acudirá simplemente al plano de excepciones.

lunes, 29 de octubre de 2012

Empoderar a la ciudad

Meses atrás en plena efervescencia electoral la agenda pública de las “propuestas” presidenciales se centró a ultranza en la lucha por el poder político, en abstracto, es decir buscar el poder político bajo la premisa de obtenerlo para los fines e intereses personales o sectarios que se quiera, el poder por el poder. Ante este escenario y como un intento por incluirse dentro de la dinámica electoral múltiples sectores de la sociedad mexicana decidieron participar en el proceso electoral teniendo a las manifestaciones públicas como su más aclamado referente y, naturalmente, a los espacios públicos como el entorno posibilitador más indicado para realizarlo, la institución humana por excelencia. Marchando por calles, congregándose en plazas y explanadas se constató y reconoció una cualidad de ciudadano, para muchos nunca experimentada para otros quizá perdida: el empoderamiento, pero este, hay que reconocerlo, no fue político o social, simplemente emocional, una serie de experiencias catárticas que ayudaron a desfogar múltiples posiciones y sentires. Las manifestaciones y exigencias sociales definieron sus objetivos, optando por los más inmediatos, ignoro si los más convenientes. Se trató de una exigencia legítima pero en extremo costosa y agobiante, la de competir, contrarrestar y repudiar día y noche tanto en calles, redes sociales, asambleas, mítines y otros escenarios los mecanismos de los poderes mediáticos del país y sus alcances, los cuales fraguaban hasta la saciedad la candidatura vencedora de EPN. Esta situación motivó, como sabemos, una participación ciudadana nutrida dentro de la cual la de los jóvenes fue enfática. Fuimos testigos, muchos partícipes, de acciones en niveles no vistos en años recientes tanto en la Cd. de México como en otras ciudades del país. Al final, el proceso electoral mexicano se realizó en términos históricamente comunes: Compra y coacción del voto en amplia escala, a la luz de los reflectores y, sin mayor novedad que la de un nuevo presidente electo.

¿Hay beneficios o daños colaterales dentro de estas experiencias? Por qué no fue posible trasladar la naturaleza y exigencia de la presión social establecida por las movilizaciones a otros campos de nuestro vivir cotidiano como por ejemplo, en el acceso a la vivienda, sus características y mecanismos de implantación física, urbana, económica y social, en la naturaleza reprochable de ciertas políticas públicas de desarrollo de ciudad, en los mecanismos de privatización de los espacios públicos, en la falta de prácticas democráticas dentro de la asignación y desarrollo de proyectos y obras de carácter público. La motivación de acudir a las calles y externar, bajo esquemas causales específicos, una serie de exigencias en busca de ser atendidas y resueltas es quizá el medio más eficiente y además el más antiguo con el que cuenta una sociedad para hacer válidos sus esfuerzos en transformar o modificar la manera en que es representada y administrada políticamente. La Ciudad de México merece que la pensemos, la discutamos, la exijamos. Que bajo aquellos mecanismos, comunes en su implementación dentro de la ciudad para los fines de exigir o solicitar, los mismos, los utilicemos para definir que es aquello de la ciudad que necesitamos modificar, mejorar, discutir o decidir entre todos. ¿Por qué, bajo la misma exigencia de construir democracia no exigimos una mejor ciudad? La inclusión en la agenda pública del tema sobre la ciudad y la forma de habitarla es un debate impostergable en su atención.

sábado, 27 de octubre de 2012

Tres años; Cubículo Estudiantil FA

A tres años de haber iniciado el proyecto de cubículo estudiantil de la facultad de arquitectura CUBO y, teniendo como antecedentes inmediatos una serie de situaciones particulares para su conformación tanto académicas, estudiantiles, gremiales y sociales, es en cierta forma meritorio reconocer aquellos esfuerzos, muchos personales dirigidos a desarrollar plataformas de trabajo y colaboración estudiantil, en la promoción de la cultura arquitectónica, eventos con distintos sectores sociales, disciplinas y/o causas, así como el interés, más emotivo que certero de forjar agendas comunes dentro de la comunidad estudiantil de la Facultad de Arquitectura y que estas pudieran tener un cause real dentro del Consejo Técnico de la Facultad. Pero si hoy estamos en capacidad de afirmar algo en relación al CUBO, su operar, objetivos y metas es en el sentido del fracaso. El proyecto CUBO no ha alcanzado los niveles de participación y mediación estudiantil prevista hace tres años, mucho menos ha logrado incidir de manera consistente en la formación profesional, política o ciudadana de aquellos estudiantes participes del CUBO, misma formación que la Facultad de Arquitectura no ofrece a la comunidad certera e integralmente. Múltiples proyectos se han pretendido desarrollar e implementar desde la plataforma que el CUBO ofrece, la mediocridad, aceptemoslo, ha sido una suerte común para la mayoría, pocos, muy pocos han redituado en sus fines. La participación estudiantil dentro de las actividades del CUBO no han sido capaces de trasladarse a otros grupos o sectores de la comunidad de estudiantes, y más aún, un grupo reducido de alumnos se han visto en la obligación, a manera de gesto autoritario o decisión estratégica, de mantener su presencia y opinión dentro del mismo. Las preguntas sobre el operar del espacio en el futuro inmediato corresponden, como toda institución social, a quienes en ella decidan colaborar pero acorde a una idea de relevo generacional y apertura de posibilidades de desarrollo y propuestas de trabajo con la comunidad de estudiantes de la FA. 




viernes, 19 de octubre de 2012

Reforma Laboral / Arquitectura

En las últimas semanas la posibilidad de ser aprobada la iniciativa de reforma laboral es alta y real. El PAN y PRI buscarán dar luz verde en los próximos días pese a la oposición de diversas organizaciones sociales y las tribus partidarias de la izquierda. La reforma laboral, argumentan sus promotores políticos y empresariales, ofrecerá mecanismos más flexibles de contratación, situación que apuntalará el crecimiento económico y reducirá las altas tasas de desempleo, igualmente modificará positivamente las capacidades productivas empresariales, incentivando las oportunidades de empleo y el incremento de la inversión extranjera. A nivel conceptual la Iniciativa de Reforma Laboral plantea: legalización del outsoursing, flexibilidad laboral, transparencia de sindicatos, recorte de derecho a huelga, pago por hora y ampliación de contratos de prueba. En lo general, la iniciativa modifica la relación obrero-patronal y busca facilitar la contratación con:

+ Contratos a prueba por 30 días.
+ Contratos de capacitación de 90 días.
+ Contratos por tiempo indeterminado.
+ Jornada semanal flexible.
+ Días de descanso flexibles.

La Iniciativa de Reforma Laboral supone brindar mayores condiciones para facilitar la contratación, pero igualmente amplia las condiciones de despido y permite el libre e indiscriminado outsourcing (subcontratación). Por lo tanto y desde una perspectiva general, la Iniciativa de Reforma Laboral no busca modificar en lo sustancial esquemas vejatorios de relaciones laborales actualmente en ejercicio, por nosotros conocidos. Sin lugar a dudas es necesaria la creación e implementación de reformas en lo laboral, pero ¿cuál es el tipo de reformas que necesitamos, las cuales siendo sensibles y congruentes resuelvan nuestras condiciones y perspectivas de empleo?. La actual Iniciativa de Reforma Laboral constituye la legitimación en grandes rasgos de varios de los esquemas laborales y de ejercicio profesional sin garantías y de carácter abusivo que actualmente operan en nuestro país. ¿Tienes dudas de lo que comento? Es simple confirmarlo dentro de nuestra instancia disciplinar, la arquitectura: Preguntarle a tu amigo, compañero de clase o generación, al recién egresado o al arquitecto con experiencia que tipo de relación laboral vive o experimenta, ya sea en la iniciativa pública o mayormente en la privada. Si hay una profesión que viva dentro de esquemas laborales sin mayores prestaciones o seguridad es, sin duda la arquitectura. Por horas, por láminas, por avances, por entregables, desde tu casa, pocas horas a la semana, flexibilidad, etc…¡

Y, ¿Es necesario pronunciarnos como arquitectos? Es ideal, por lo menos buscar enterarnos, discutir y reflexionar sobre la Iniciativa de Reforma Laboral y las posibles repercusiones dentro de nuestro ejercicio profesional, pero el desinterés ha reinado dentro de aquellas instancias que podrían o deberían ofrecer opiniones más de fondo y peso como las facultades y escuelas de arquitectura y las instancias gremiales de arquitectos. Mientras tanto, continuaremos pensando en aquellas modificaciones o propuestas de transformación trascendental de las relaciones sociales de nuestras ciudades y país por medio de la proposición de espacios habitables congruentes y relucientes, pero siendo incapaces de definir aquellas instancias mínimo-ideales para trabajar.

martes, 16 de octubre de 2012

sos / facebook / twitter

Hemos incurrido en la creencia de situar el poder de penetración de las Redes Sociales como aliado, o más aún, gestor para el cambio, incluso cualquier cambio, como un canal que permita la posible solución a los problemas no solo locales, mundiales. La alusión a Red Social hoy día puede ser objeto de una continua trivialización, pero esta presupone a nivel conceptual la persistencia de aquel fundamental principio que la anima o determina: la vinculación con otros, manteniendo o no afinidad. Quizá esto último, por simple que parezca, es lo que ha detonado el empleo expansivo de las Redes Sociales desde plataformas digitales. Estás exponen de manera esquemática la inclinación social de los hombres a vincularse y generar lazos sociales los cuales representan el germen de las instituciones humanas, aquellas que hacen sociedad y ciudad. Meses atrás, en vísperas a la elección de julio festejamos aquel alcance e inmediatez sin precedentes de las Redes Sociales, las cuales con su capacidad supuesta de trasladar a un sector social en la línea real del acceso a la información no determinada o matizada por el duopolio televisivo y, de poder articular organización o acciones de manera ágil e inmediata se auguraba una suerte distinta en el proceso electoral mexicano, definiendo como paralelo, más simbólico que funcional aquellas épicas “revoluciones” gestadas en el Norte de África por juventudes multitudinarias, sedientas de transformar y "twitear". Al final, el proceso electoral mexicano se realizó en términos históricamente comunes: Compra y coacción del voto en amplia escala, a la luz de los reflectores y, sin mayor novedad que la de un nuevo presidente electo con una formación profesional, humana, moral, social y cultural sorprendentemente de locura, de infarto, completamente deplorable.

¿Y hay dentro de esto, alguna lección? Por duro que parezca si, una clara: La formación política y el activismo social no trasciende ni mucho menos se alcanza por medio de twitt´s o like´s. No niego bajo ningún sentido la plataforma de vinculación ofrecida por las redes sociales, pero si estamos en capacidad ahora de confirmar algo es la incapacidad para organizarnos por medio de ellas. Éstas, en abstracto, no son capaces de suplir bajo ninguna circunstancia aquello fundamental que exigimos a través de las mismas; respeto, cambio, lucha, organización, educación, pensamiento de últimas consecuencias. Es naturalmente un supuesto, sé que las redes sociales, contrario al común entendido, no fueron diseñadas para intentar modificar prácticas sociales injustas o reprochables, pero el empleo de las redes sociales en un país como el nuestro puede suponer algo más. Quizá entraña como resultado inmediato algo muy distinto a aquello que decidió tajantemente reprochar o modificar dentro del periodo electoral, la instancia más importante en la que las redes sociales han figurado dentro de nuestro país: Constituirse como un mecanismo para observar en tiempo real aquello que somos y nos representa pero sin capacidad de réplica o actuación, sin diferencias sustanciales al operar de la televisión en los últimos 70 años. La situación país de impunidad e indolencia que en puerta advertimos, es desoladora y puede ser peor. Evitemos que desde nuestras burbujas "seguras y cómodas" de fb y twitter reprochar aquello que no somos capaces de afrontar de manera real en nuestra casa, escuela, trabajo o ciudad.

martes, 2 de octubre de 2012

El Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco


En los años 50´s, con el recién construido Centro Urbano Presidente Alemán, la Unidad Habitacional Santa Fe y la creación de la Ciudad Universitaria se consolida en nuestro país la etapa de aplicación proyectual del Movimiento Moderno en Arquitectura.

En esa década, los años transcurridos desde el triunfo de la Revolución Mexicana son cercanos a treinta, las necesidades identitarias en algunas expresiones sociales se matizan o abandonan, incluido en ello aquel racionalismo radical delineado en los años treintas por Juan O´Gorman y Juan Legarreta a cambio de una práctica de la arquitectura situada en el desconocimiento de su entorno construido o simbólico, social o cultural. Así mismo, las exigencias crecientes del estado mexicano para inercialmente situarse en el pedestal de un país moderno, periférico, occidental inciden en grandes esfuerzos para realizar obras arquitectónicas, urbanas y de ingeniería-infraestructura a una escala y ritmo sin precedentes a nivel Latinoamérica. De tal forma todas las instituciones de gobierno operan bajo ese ideal de país; El de “construir”, al precio que fuera, la modernidad mexicana. Para tales fines el gobierno hace uso, más como mecanismo propagandístico que funcional, de esa recién instaurada perspectiva proyectual de la arquitectura moderna, cuyo propósito máximo es la creación de un nuevo lugar, tanto físico como simbólico, donde la vida moderna pueda justamente tener lugar, situando a sus autores, los arquitectos, en la cercanía del poder político. En ese sentido, Mario Pani representó para la clase gobernante mexicana una suerte de gurú de la modernidad, teniendo en su haber, en la mitad de los 50´s referentes arquitectónicos realizados desde los postulados del movimiento moderno. Para ese entonces la Ciudad de México se encuentra en plena restructuración bajo el periodo administrativo de Ernesto Uruchurtu, -la versión mexicana del Barón de Haussmann- y dentro de las muchas reformas y proyectos a realizarse se contempla la construcción de un centro urbano-habitacional de grandes dimensiones sembrado dentro de la estructura urbana actual de la ciudad, el cual, estando pensado para la clase media en ascenso, trabajadores gubernamentales en su mayoría y siendo promovido por el ISSSTE, financiado por el Banco de México contaría con todos los soportes y servicios; transportación, educación, alimentación, recreación etc.

La realización del mega proyecto de centro urbano fue encomendado a Mario Pani, quien con un grupo de colaboradores y asociados realizan la propuesta, la cual incluía en su totalidad varias fases de construcción y desarrollo urbano expansivo y altamente agresivo dentro de la trama de la Ciudad de México de los 50´s. El actual Centro Urbano Nonoalco-Tlatelolco corresponde, aún con su imponente escala y magnitud, con la primera fase de un proyecto de mayores dimensiones frustrado por la incapacidad económica para financiarlo por parte del Gobierno Mexicano. El proyecto completo suponía una gran sutura urbana a la ciudad, llegando hasta la antigua estación de ferrocarriles de San Lázaro, actuales terrenos que hoy ocupa el recinto de la Cámara de Diputados y el edificio del Poder Judicial de la Nación en la Del. Venustiano Carranza. El sitio que se estableció como perímetro para el desarrollo del Centro Urbano Nonoalco-Tlatelolco fue el de una zona altamente marginada perteneciente al Sindicato Nacional de Ferrocarrileros, naturalmente en Tlatelolco. El mega proyecto contempló la construcción dentro de un predio de casi 100,000 m2, más de 11,000 departamentos repartidos en tres tipologías o versiones; de cuatro niveles, de ocho y catorce incluyendo en ellos cuartos de servicio y locales comerciales en sus “plantas libres”. Un total de 102 edificios conforman el conjunto agrupados en tres súper-manzanas y estando articulados por ejes norte sur. Los edificios, además de los dedicados a vivienda, contemplaban específicos para estacionamientos, escuelas, hospitales, centros deportivos, de recreación y edificios administrativos. Las obras de construcción del conjunto inician en 1958 a cargo de la constructora ICA, siendo terminado completamente en 1964 e inaugurado el 21 de noviembre del mismo año por el entonces presidente Adolfo López Mateos. Mario Pani en un número especial de su revista Arquitectura-México dedicado al Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco lo describió paradójicamente como "La creación de una comunidad fuerte", debido según el, a que era una mini-ciudad en la que las diferentes clases sociales podían convivir juntas, en armonía. Hoy día, la referencia cualquiera al Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco, comúnmente llamado “Tlatelolco” no remite precisamente a la exposición o conocimiento de sus funciones o cualidades estéticas, culturales, históricas, políticas o urbano-arquitectónicas que desempeña o suscitó, nos remite indistintamente, aún con lo exagerado que pueda parecer, a la idea de desgracia y desventura. Bastaría con ponderar, a manera de confirmación de lo comentado, ya sea con aquellos que viven en el Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco en particular y, con los habitantes de la Ciudad de México en general para advertir la estampa de desdicha que cobija el complejo urbano. Revisemos brevemente aquellos acontecimientos que permean en la intelección del mismo.

Méxihco-Tlatelolco:
Como sabemos, el 13 de Agosto de 1521, Hernán Cortés ordenó la ofensiva final en contra del reducto mexica-tlatelolca encontrado en la ciudad de México-Tlatelolco, ciudad gemela de México-Tenochtitlan. Un ejército de más de 150,000 hombres, la mayoría de ellos naturales de pueblos y grupos aledaños, conocidos de los mexicas y, estando comandados por los ibéricos arrasaron con la ciudad prendiéndole fuego y aniquilando a los defensores. Autores anónimos de Tlatelolco escribieron en 1528 la relación de la Conquista. El documento, escrito en náhuatl, se encuentra resguardado en la biblioteca Nacional de París, el cual el año pasado fue digitalizado por una comisión de investigadores mexicanos. El panorama de Tlatelolco, descrito en esa obra, refleja una ciudad devastada, cuantificando más de 40,000 mexicas-tlatelolcas muertos. En 1527, el principal templo mexica encontrado en el Méxihco-Tlatelolco fue desaparecido y, en su lugar, con sus mismas piedras y con las mismas manos que lo construyeron los españoles levantaron el primer templo cristiano de la zona; el Convento de Santiago Tlatelolco.

Una placa gubernamental en la Plaza de las Tres Culturas apunta lo siguiente:

“No fue ni triunfo ni derrota, fue el doloroso nacimiento del pueblo mestizo que es el México de hoy."

Masacre estudiantil del 68:
Días antes de inaugurados los Juegos Olímpicos en la capital del país, Tlatelolco reviviría derramamiento de sangre. La matanza ocurrida el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas fue una represión militar organizada directamente por el gobierno mexicano contra grupos estudiantiles que en fechas anteriores a la masacre se manifestaron públicamente por las calles de la ciudad exigiendo, entre otras cosas, respeto a la autonomía universitaria y la liberación de los estudiantes de la Prepa 1 - San Ildefonso detenidos por el ejercito. La Secretaría de Gobernación a cargo de Luis Echeverría, respondió contundentemente enviando al ejército y toda su estructura policíaca-porril para poner fin al prolongado conflicto. La cantidad de estudiantes asesinados no ha sido posible esclarecerla, algunos estimados apuntan a más de 300, pero las fuentes gubernamentales reportan entre 40 y 50.

Sismo del 85:
El 19 de septiembre de 1985, a las 7:19 de la mañana la Ciudad de México sufrió un sismo de 8.1 grados. El edificio Nuevo León del Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco se colapsó, asesinado en el acto entre 200 y 300 personas. 11 edificios más del conjunto presentaron severos daños en su estructura, lo que propicio la decisión de derribarlos posteriormente, 4 más necesitaron trabajos de reducción de su altura original y en el resto de edificios se realizaron trabajos de reforzamiento estructural. El derrumbe del edificio Nuevo León es atribuido, entre otras cosas, a la serie de deficiencias encontradas en su construcción y mantenimiento; entre 1979 y 1980 se apreció una inclinación del inmueble asociándolo a fallas en la cimentación la cual, no era capaz de contrarrestar el tipo de subsuelo blando donde se plantaba. Igualmente, según peritajes post-sísmicos del 85 tanto nacionales como internacionales la corrupción y desinterés por parte de las instancias gubernamentales encargadas de su reparación propicio parte de la desgracia. En la actualidad el Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco continúa irremediablemente la senda de la degradación; la falta de mantenimiento superficial y profundo en edificios, andadores, explanadas, áreas verdes-jardines, la falta de accesibilidad nunca planteada y menos resuelta acrecentada hoy con una población de la tercera edad en ascenso, la carencia de luminarias en el sistema de alumbrado público, ineficientes servicios de recolección de basura, el crecimiento o expansión del ambulantaje, la inseguridad, el pandillerismo, la venta de drogas y un largo etc. Muy excepcional caso representa la creación del Centro Cultural Tlatelolco por la UNAM a raíz de la donación de las antiguas instalaciones de la SRE. Lo demás solo plantea una atmosfera de desconcierto y administrada resignación, esperando acaso, el nuevo acontecimiento que termine por acrecentar o alimentar la historia acostumbrada del sitio. Las preguntas paralelas a la idea o noción del Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco son vastas y complejas, siendo históricas, políticas, emocionales, simbólicas, religiosas o, incluso, urbano-arquitectónicas:

¿El conjunto Noanalco Tlatelolco es suma del estrepitoso fracaso de la modernidad, incluida la arquitectónica, en México? ¿Por qué uno de los espacios públicos más conspicuos de la modernidad arquitectónica en México resultó ser el espacio ideal para una masacre de estudiantes? ¿Son necesarios más motivos para aludir y confirmar lo nocivo del Movimiento Moderno en Arquitectura en asociación con gobiernos abiertamente aspirantes al totalitarismo, corrupción?


Fotografías de Armando Salas Portugal del CUN-T en 1964.
Revista ARQUITECTURA / MÉXICO 



Mitin y asedio en el 2 de octubre de 1968.
Archivo fotográfico UNAM.



Afectación del sismo de 1985 en el CUN-T.
Archivo fotográfico la Jornada.


domingo, 23 de septiembre de 2012

Tres ejemplos de violencia

La violencia es la cualidad de violento o la acción y efecto de violentar o violentarse, siendo una modalidad de interacción social que se manifiesta en aquellas conductas que de forma deliberada provocan o amenazan con hacer un daño o sometimiento de índole variada a algo o alguien en específico y de tal manera limitando o alterando su naturaleza física, simbólica, de utilidad o potencialidades presentes o futuras. Se trata de un concepto complejo que admite diversas matizaciones dependiendo de la perspectiva desde la cual se considere; en este sentido, su aplicación a la realidad depende en ocasiones de apreciaciones subjetivas. El elemento esencial en la violencia es la modificación matizada o abrupta de un funcionamiento, mecanismo o el daño, tanto físico como psicológico. Lo violento, por su parte, es aquello que está fuera de su natural estado, situación o modo; que se ejecuta con fuerza, ímpetu o brusquedad, o que se hace contra el gusto o la voluntad de uno mismo. La violencia, por lo tanto, es un comportamiento deliberado que puede provocar alteraciones físicas o psíquicas a donde sea dirigida, buscando imponer u obtener algo por la fuerza. Es importante señalar que el concepto de violencia varía según la cultura y la época. Por lo tanto es previsible la existencia de manifestaciones violentas que estando acotadas por contextos sociales complejos son aprobadas por la ley, por el estado, por la cultura o por una multiplicidad de instancias sociales. La violencia como mecanismo de relaciones e interacción social, parte sustancial del ser humano no es sólo algo universal, ni debe ser referida únicamente a la coyuntura actual de nuestro contexto social inmediato, el mexicano, es más que eso. La intención que aquí se plantea es asociar ideas desde conceptos que entrañen connotaciones violentas, problematizarlo pero sin el sesgo unidireccional que actualmente se le imprime.

1
Capricho italiano no. 24

En el sentido estricto la violencia puede ser un antecedente inmediato al virtuosismo musical, vinculándolo en una escala dentro del ejercicio del poder, de la manipulación ventajosa, alcanzada por una formación, instrucción o condición particular, por contar con habilidades técnicas extraordinarias. El "Capricho nº 24 en la menor" es el último de los veinticuatro caprichos que escribió Niccolò Paganini y corresponde a una de las piezas para violín solo más aclamadas. La obra, formada por variaciones breves, ágiles y vitales es considerada como una de las piezas técnicamente más complejas escritas para el instrumento. Para poder ejecutarla se requiere del total dominio de específicas técnicas, muchas establecidas o instauradas por el mismo Paganini las cuales ponen en crisis la técnica, hasta ese entonces establecida en el empleo del violín. Siendo el violín un instrumento en extremo frágil, de una manufactura minuciosa, exhaustivamente sensible, la ejecución del Capricho nº 24, en este caso realizada por Alexander Markov reta las prestaciones y capacidad mecánica del instrumento mismo, acercándolo a niveles de expresividad sin precedentes, de violencia matizada o suministrada bajo un interés puntual: la interpretación magistral de la obra.



2
Neue Nationalgalerie


El espacio habitable dentro de la arquitectura moderna está sustentado por su eficiencia estructural; Es complicado enunciar en breves palabras la gran obsesión de Mies sin hacerla parecer como un síntoma patológico o asociarla en lo banal. La obra que testifica -y en un sentido extremo- esta apabullante idea expresada por mucho en una lógica constructiva es la Neue Nationalgalerie desplegada funcional-espacial y técnicamente en el extremo más simplificado de un edificio, o más aún, un espacio acotado o determinado por símbolos, ninguno de ellos nuevos pero enfatizados en su función con una extrema sencillez. La base geométrica de la composición en planta de la Neue Nationalgalerie es un cuadrado contundente y de grandes dimensiones. El techo, una plataforma reticular de acero construida en el suelo y siendo esta elevada por medio de grúas hidráulicas y cuyo cuerpo de 65 m x 65 m x 1.8 m se sostiene en apenas 2 columnas cruciformes de 8.4 m de altura por lado, se extiende en volado en cada una de sus esquinas, dándole a la composición una sensación de levedad y marcada horizontalidad, de un eficiente equilibrio entre lo frágil de la carpintería y lo estable o robusto de la estructura. Es decir, la Neue Nationalgalerie dedicado a la exposición de arte del siglo XX, es un elemento anómalo, un acto violento en el sentido de la lógica de los esquemas constructivos empleados para su sustentación y lo es igualmente por la articulación del espacio de exhibición que el edificio plantea, a mi juzgar, ya que no le conozco solo a través de imágenes y referencias, vasto pero de inmediata intelección.







1. Secuencia de elevación de la cubierta de la Neue-Nationalgalerie por medio de 8 elevadores hidráulicos, 2 por cada lado. En la imagen, la estructura de la cubierta reposando en la plataforma del piso la cual tiene instalados los mecanismos para la elevación. Son visibles las columnas las cuales se encuentras acostadas e integradas a los elevadores.
2. Inicio de elevación de la cubierta.
3. Plataforma de cubierta elevada; las columnas cruciformes ya han sido colocadas.
4. Mies y Scharoun atentos al espectáculo de la elevación mecánica de la cubierta. H. Scharoun autor de la Filarmónica de Berlín y la Biblioteca Nacional, las cuales, encontrándose en la misma zona cultural que la Neue Nationalgalerie puede suponer el motivo de su presencia en singular acto.
5. Neue Nationalgalerie en su inauguración,1968.

3
Jean Michel Basquiat

Basquiat falleció el 12 de agosto de 1988 a causa de una sobredosis de heroína. Tenía 27 años. Su figura se vió siempre envuelta entre el estrellato y la polémica. Su falta de preparación académica o su desastrosa dependencia con las drogas, le supuso algunas críticas en ese Nueva York tan interesado en todo lo novedoso y extraño. Basquiat, siendo uno de los artistas más mediatizados o mitificados de los últimos 30 años, se presenta como un artista aglutinador de ese Nueva York marginal y multiétnico (Basquiat de padre haitiano y madre puerto riqueña). Hablamos del artista contemporáneo más joven en competir en subastas con picassos o van goghs. Por su parte, el historiador Irving Sandler sostiene: “Basquiat, quien desde 1980 hasta su muerte alcanzó un éxito y notoriedad nada comunes, al igual que unos años antes había hecho su mentor Andy Warhol, se convirtió en prototipo del genio romántico, atractivo, rebelde y salvaje y, a la vez, en el profesional ansioso de celebridad y dinero, en la última de las estrellas del universo rutilante de Andy Warhol”. Estilísticamente, la obra artística de Basquiat es mucho más complicada de explicar que lo que un análisis superficial puede hacer pensar, y está inspirada en múltiples referencias entre ellas Pollock, Picaso, el Jazz, la cultura africana primitiva o el consumo desmedido de heroína, asociaciones forzadas, violentas pero con mucha fortuna en la crítica y en las subastas. 


1. Profit I
080812

viernes, 21 de septiembre de 2012

Ernesto de la Peña

"Sócrates de silencios y palabras precisas, un Confucio, del que manaban constantes enseñanzas, un hombre bondadoso que se prodigaba en la amistad; un hombre dulce que no imponía su indudable autoridad".

Jaime Labastida, presidente de la AML.


Tras una larga trayectoria como escritor, lingüista, traductor y analista, Ernesto de la Peña falleció el 10 de septiembre de 2012 a los 84 años en la Ciudad de México debido, según fuentes periodísticas, a un paro cardiorrespiratorio. Menos de una semana antes había ganado el Premio Internacional Menéndez Pelayo, por “su gran humanismo” y “su conocimiento polígrafo” de las lenguas clásicas y modernas del mundo. Tras estudiar Letras Clásicas en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde fungió como traductor de latín y griego, incursionó en el sánscrito, el chino y el hebreo, y más tarde se extendió en otras lenguas de forma autodidacta hasta conocer 33 de ellas. En enero de 1993 ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua, y meses más tarde a la Real Academia de la Lengua Española. Ganó los premios Xavier Villaurrutia en 1998, Nacional de Ciencias y Artes en 2003 y Alfonso Reyes en 2008, además de la medalla de oro de Bellas Artes y el Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo en 2009.

Cuando se lee la obra escrita de Ernesto de la Peña, o se le escuchaba hablar ya sea sobre música, religión o cualquier otra manifestación humana lo primero que asombra es la vastedad y al mismo tiempo lo múltiple de sus conocimientos; textos leídos en lenguas que carecen de parentesco entre sí, movimiento constante entre lenguas muertas y lenguas vivas, oscilaciones que van del griego al latín, del árabe al arameo, del español al francés, del alemán al italiano, en suma las preocupaciones de Ernesto de la Peña se ubica un éxodo inacabable, constante por el conocimiento de la cultura universal.

Mi acercamiento a la obra de Ernesto de la Peña no fue directamente por su trabajo escrito, lo fue a través su programa radiofónico sabatino dedicado a la Ópera. Las primeras ocasiones, escuchándolo, advertí pasmado y con asombro la abrumadora pero siempre alentadora magnitud de sus posiciones y opinión, así acostumbré esperar ansioso cada fin de semana bajo la idea de volver a esa atmosfera laberíntica, definida por las conexiones realizadas por Ernesto de la Peña entre lenguas muertas o vivas; culturas cercanas o distantes; entre saltos del Islam al cristianismo, del budismo al judaísmo; entre Schiller, Leonardo, Quevedo, Rulfo, Goethe, Platón, Borges o Cervantes y agrupándolos siempre y de manera dialogante en la idea circular o completa de manifestaciones humanas. Conocimiento si bien inabarcable pero en suma una gesta digna y necesaria de realizar, conciliadora dentro de nuestro inmediato contexto mexicano con la idea de humanidad. 




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"Cuestionario Urbano" realizado a Ernesto de la Peña por Regina Reyes-Heroles para la revista Este País en el 2011.


¿Cuál es su lugar favorito de la ciudad?
Diría una zona, Polanco, que es agradable y, en la medida de lo posible, es poco insegura. Tiene bonitas casas y edificios, buenos restaurantes, y un tráfico de personas muy agradable.

¿Cuál es su lugar aborrecido?
La calle Bucareli, es horrible.

¿Qué ve cuando piensa en la palabra ciudad? 
Un conjunto organizado en donde intervienen dos ingredientes muchas veces incompatibles pero siempre complementarios: las construcciones y los hombres. Los viejos habitantes de esta ciudad tan sufrida y tan compleja echamos de menos el México del pasado, y no por esa teoría de que los viejos creen que todo tiempo pasado fue mejor, sino porque objetivamente era menos peligroso. En la Ciudad de México de mi juventud y adolescencia podías caminar a cualquier hora del día y la noche sin temor a que te asaltaran. Ahora la ciudad ha crecido fuera de toda razón, el crecimiento es excesivo y ha causado problemas de toda índole. Hay un dato que me aterroriza: diariamente llegan más de mil personas de la provincia a la Ciudad de México. ¿Qué sucede? Creen que esto es la Meca de lo sueldos y el empleo, de la felicidad, en una palabra. Y se equivocan.

¿A qué huele su ciudad? 
La ciudad actual huele a gasolina y desperdicios. La anterior era igual en ese sentido pero, como eran menos vehículos —era una ciudad de dos o dos y medio millones de personas—, entonces era más tolerable. Había un olor que permanece, pero más esparcido, el de nuestros platillos típicos: el de las carnitas o tamales, que para mí era muy agradable. Ahora ya no puedo comer eso, pero yo he sido un gran glotón. 

¿Cuál es el sonido de su ciudad? 
Es un ruido de cláxones, mentadas de madre y enfrenones. Ése es el ruido. Por eso precisamente es que todos buscamos sitios tranquilos, medio “bucólicos”, que no posterguen tanto la calidad del ser humano, y México es despiadado en eso y lo debe ser por la sencilla razón de que es una urbe tremenda y no hay de otra. Algunos de estos sitios que pueden ser bucólicos son las colonias que antes eran la periferia, como Chimalistac o San Ángel. 

¿Por qué parte de la ciudad camina? 
Yo ya no camino, en primer lugar estoy viejo y torpe; en segundo lugar, francamente sí me atemoriza la posibilidad de un asalto, no tengo defensa, nunca he sido hombre de pleitos, todo lo contrario. Por mi condición física no camino, más que en la oficina, en mi casa, en casas de amigos y jardines particulares, pero propiamente en la calle, muy poco. Antes, en mi adolescencia, vivía en la esquina de Lucerna y Milán, muy cerca de Cuauhtémoc y a dos cuadras del University Club. Tenía un amigo que cenaba con mucha frecuencia en mi casa y vivía en la calle de Danubio, atrás de la actual embajada americana, y era lo típico: dos adolescentes llenos de proyectos y tonterías en la cabeza que caminaban por Reforma hasta donde estaba su casa. Ése era mi paseo favorito. 

¿Qué cosas le cambiaría a la ciudad en la que vive? 
Todo. La traza urbana, el desorden de las construcciones. Se puede ver un edificio precioso o una casa señorial y, junto, un puesto de tacos o una vulcanizadora. No hay un diseño urbanístico que la haya regido nunca; por eso es una ciudad cacariza, con zonas muy bonitas, pero pocas en proporción a la enormidad de la ciudad. También haría algo con los franeleros, los acomodadores de coches, los ambulantes y los tianguis pues contribuyen a afear la ciudad, que de por sí es fea, desordenada y arbitraria. 

¿Qué multiplicaría? 
Desde el punto de vista urbanístico: leyes bien pensadas para impedir la constitución de cosas que no van de acuerdo con un estilo. Si hay alguna ciudad armoniosa, es París. ¿Por qué? Por un criterio rígido del humanismo, de la concepción humanística de la urbanística. México es horrorosa. ¿Que haría yo? Aplicar de verdad, y si fuera posible con efecto retroactivo —ya sé que estoy diciendo una tontería—, una ley urbanística precisa: si Coyoacán es zona colonial, que se respete su carácter. Imagina un edificio de veinte pisos en la calle Francisco Sosa, rompería todo lo que es Coyoacán. ¿Que hay gente que tiene el dinero para hacerlo?, pues que construya en otro lugar. “Ancha es Castilla”, dice el dicho. 

¿A qué le teme de su ciudad? 
A los asaltos y la inseguridad, a lo despiadado de los narcotraficantes que disparan y no les importa a quién se llevan entre las patas. Una amiga nuestra —de mi mujer y mía—, una mujer de bien, tranquila y pacífica, iba caminando por una calle de la colonia Condesa cuando hubo un pleito y le tocó un balazo. Sin deberla ni temerla. ¿Por qué? Estamos en la jungla. Y en Acapulco estamos matando al turismo. Le temo a que estamos en poder de los narcotraficantes que no se tocan el corazón para matar a su contrario o a quien va pasando por la calle. A esto es a lo que le temo en la ciudad y por eso no camino en la calle; claro que ahora ya tengo muchos años encima y me sería trabajoso, pero sería un poco menos torpe si pudiera caminar sin sobresaltos unas cuatro o cinco cuadras alrededor de mi casa. 

¿En qué ciudad le gustaría vivir? 
Me gustarían tres y ninguna es la Ciudad de México (y que digan que soy malinchista, me vale gorro): París, Praga y Venecia. Praga es maravillosa, aunque la gente es muy hostil; lo noté hace doce años por primera vez. Los guías de turistas te muestran la ciudad porque es su trabajo, pero siempre lo hacen de jeta. Pero la ciudad es deslumbrante, con los puentes que cruzan el río Moldavia; está en medio de colinas que van bajando y en las orillas hay casas y castillitos de ensueño. Eso no lo tiene París, pero yo tengo una formación francesa; no es que me sienta francés o que tenga algún contacto de sangre con ellos, pero me siento muy a gusto ahí porque hablo la lengua. No hablo checo y no lo he estudiado, eso es una barrera que no me permite interiorizar en lo que dice o piensa la gente. En cuanto a la hostilidad de la gente, eso también lo tiene París. Europa, con toda su grandeza cultural, no deja de ser una serie de pueblos que se hacen la guerra entre sí. Te voy a poner un ejemplo muy ilustre: cuando Francia emprendió las guerras de Italia, en donde resultó perdedora y le fue muy mal, los soldados que regresaron a su país llevaron consigo la sífilis —enfermedad que no se conocía, al menos no oficialmente— y los franceses la llamaron “el mal italiano”. Por su parte, el gran médico del siglo xvi, Girolamo Fracastoro, escribió un tratado sobre la sífilis y, ¿qué subtítulo le puso?: “El mal francés”. 

Su ciudad en tres palabras: 
Amada, contradictoria y perfectible en grado sumo. Porque sí la quiero, aquí nací y he vivido toma mi vida. La quiero mucho. 

Su ciudad en tres colores: 
El gris de la piedra; el rosa mexicano de pocas construcciones, pero que me gusta mucho y da un sabor muy típico a lo nuestro, y el color de la teja roja, cuando hay techos de dos aguas. 

Su ciudad en tres lugares: 
La Condesa, que es típica de la ciudad, una especie de centro emocional; el primer cuadro, que es horroroso, pero históricamente muy importante y del cual tengo recuerdos gratos, y la zona sur, es decir, San Ángel y Coyoacán. 

Su ciudad en tres creaciones: 
La relativa inconsciencia que significó, en su momento, la construcción de la Torre Latinoamericana, porque en un país tan propenso a terremotos y temblores fuertes se levantó un edificio muy alto que probó que sí se podía; el Palacio de Bellas Artes, cursi, charro y mezcla de muchos estilos, pero que tiene un sabor muy nuestro, muy citadino, y el Castillo de Chapultepec, por su sabor también, es algo típico de esta ciudad. No escogería jamás el Palacio Nacional que se me hace horroroso, parece cuartel. 

Su ciudad en tres personajes: 
No es que comulgue con la idea o con la actitud vital de estos personajes, sino que, a mi juicio, representan a la ciudad: Cantinflas, ni modo, no me simpatiza, pero es verdad; Octavio Paz, por lo que escribió de México, y en la actualidad —porque ha cambiado en pocos lugares, pero de manera radical, la fisionomía de la ciudad—, Sebastián Basurto. Ese caballito nuevo me parece una maravilla. 

Su ciudad en un recuerdo: 
Cuando yo era adolescente, en más de una ocasión después de una recepción elegante —yo iba de traje y la muchacha que fuera conmigo, de largo y con joyas—, era muy típico ir a tomar caldos de Indianilla, donde actualmente está la Procuraduría General de la República. Eran unos galerones enormes en la terminal de los tranvías y afuera había unos puestos de caldos que son como un pozole. Muchas veces llegaba con una muchacha, o éramos cuatro o seis y nos sentábamos a comer y junto a nosotros había teporochos que no se metían con nosotros. Eso ya se perdió para siempre. Recuerdo la vieja ciudad, sin peligro, los lugares a los que iba, los cabarets. El Ciro, el Casanova y el Champagne Room, posteriormente el Café de París. Dirás que sólo recuerdo lo noctámbulo pero es un México que conocí y que añoro porque ya cambió y ya soy viejo y no participo en muchas cosas. Pero la vida nocturna es una de las grandes virtudes de esta ciudad, es vívida, llena de actividades. Donde quiera hay gente que improvisa, que tiene conocimientos. La ciudad es extraordinaria en ese sentido, no es una ciudad muerta. 

Si su ciudad fuera un animal, ¿cuál sería? 
Un elefante blanco. 


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