lunes, 9 de abril de 2012

La Casa


Y, ¿desde cuándo? Desde el primer día, desde el primer instante, desde siempre. Antes de que el Cesar fundara ciudades, antes que enterraran a muertos en el peloponeso, incluso antes de ser labrada la piedra la rivera del gran río.

Conozco, por que las he oído, todas las acusaciones; las de orgulloso, falso, melancólico, huraño, pero principal e insistentemente las de loco.

Ya llegará el día, solo falta que me lo proponga, en que sancione ejemplarmente a aquellos que han tomado al desprestigio como opinión.

El que decida permanecer aquí, en mi Casa no es banal o fortuito, no existe impedimento físico alguno para entrar o salir, pero todo lo tengo aquí.

Además, quien quiera puede conocerla. Pero les advierto, no encontrarán en mi casa la bizarra ética y estética de aquello que llaman modernidad. Si la sobriedad y el ánimo para descansar o meditar, para trascender sumergiendose en la belleza y la contemplación, cosa que hoy día no es tan común encontrar.

He escuchado de una Ciudad Luz, igualmente de otra denominada La Ciudad Eterna y una más como La Ciudad Prohibida, aunque no las conozco, advierto la imposibilidad auxiliado con la historia y la arquitectura, de que en ellas se encuentre una casa como la mía.

Mi ciudad, si acaso, sería La Ciudad de los Palacios, en realidad evito denominaciones, pienso son poco acertadas, reduccionistas en la mayoría. El hecho es que soy único como mi Casa.

No me interesa saber o asumir lo que un hombre pueda transmitir a otros hombres. Confieso ser deudor y tributario solamente de un puñado de ilustres; Borges, Platón, Rilke, Rulfo, Goethe.

Lo menor y superfluo sistemáticamente lo repruebo y reprocho, no tiene cabida en mí. Aquí en mi Casa han transcurrido asombrosamente las más variadas historias; de gloriosos días con primigenios templos relucientes, contradicción y asombro de aquellos mundos de ultramar, ha sido escenario de trágicas tardes, de abruptas transformaciones, igualmente de arraigos chillantes y sembrados.

Mi casa es de forma irregular, inconstante, de altura variable; es un edificio heterogéneo. Simultáneamente es ruina, cristal y proyecto, no es fácil tener de la Casa una idea completa y definitiva. Hay partes que están hundidas, aun con el grosor de los muros hay muchos que están cansados y se han inclinado, hay pasillos que conectan otros pasillos, hay muchas partes de la casa hechas con piedras rojas y porosas, grises y negras.

No es exagerar, pero estoy seguro, cada piedra suelta que logres encontrar ya ha pasado por dos o tres componentes de la Casa; muros, columnas, bovedas, que se yo. En otras todo es liso y pintado, hay también partes, en molduras de torres o cornisas algunos arbustos y plantas que no recuerdo haberlos sembrado.

Hay azoteas llenas de musgo desde las que presencio amaneceres o atardeceres, agitaciones, mentirass o masacres.

Sin importar el día o la hora juego a estar dormido, en muchas ocasiones en realidad duermo.

Igualmente es frecuente que, recorriendo mi Casa finja ser un afitrión y que con gran agilidad al visitante muestro: Ahora volvemos al juego laberintico anterior, o ahora desembocamos en un patio porticado bañado por luz amarilla, o bien decía yo que te gustaría la factura del muro, o ahora verás el empedrado del patio, o aquí tenemos una cerámica en las paredes llenas de reflejo casi como el agua estancada, o mira cómo juega el sol con las columnas, o aquí sentiremos vértigo al caminar y mirar debajo de una cúpula, o mira la hechura de esa puerta.

La Casa en suma es del tamaño del mundo, mejor dicho, es el mundo. Sin embargo, aunque ya casi no recuerdo seguramente yo la construí.

En la calle de moneda, Centro Histórico de la Ciudad de México, el sol de la mañana reverberó sobre los tubos cromados de la camilla. El anciano inmóvil es subido enérgicamente a una ambulancia.

El anciano infiere como Casa al primer cuadro de la Ciudad de México, el Centro Histórico.





Cuento presentado como guión literario para cortometraje dentro del concurso reto Panasonic Ficc-México, enero, 2011. Propuesta no seleccionada.
Adaptación de "La Casa de Asterión" de Borges.

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