lunes, 23 de abril de 2012

Ciudad Juárez / The Border of Utopia


La ciudad es un esquema de asentamiento humano enteramente innovador, ha brindado desde hace 10,000 años(1) opciones de relación social altamente complejas las cuales han estructurado nuestra concepción de mundo, incluidas en el, las nociones psico-sociales de occidente u oriente, indistinto a raza o geografía e igualmente determinando hasta la fecha el nacimiento, evolución o mantenimiento de conceptos como cultura, economía, política, ciencias o artes. Dentro de la cultura greco-latína fue recurrente la negativa en llamar ciudad a los agregados construidos sin plaza ni edificios públicos, sin instancias donde la ciudadanía pueda ejercer su participación por medio de la interacción social o política(2). En efecto, dentro de la ciudad griega todo, sea de índole material o inmaterial era parte de una estructuración de procesos colectivos que subyacen a un espacio público. El estar, participar y anhelar colectivos son el origen civilizatorio del espacio público, de la ciudad. En consecuencia, un elemento sustancial y definitorio en el análisis y ponderación de la naturaleza -cualquiera- de una ciudad lo será la connotación y condición de su espacio público.

Al aproximarse desde cualquier ámbito o perspectiva a la particular realidad de Ciudad Juárez nos encontraremos en primera instancia con el inobjetable hecho de saber que se trata de un esquema de ciudad disfuncional, en profunda crisis. Ubicada en la frontera norte del país, Ciudad Juárez se ha caracterizado por una intensa migración (temporal o permanente) desde los años 50, una pujante pero inestable industria maquiladora desde los años 70, una presencia incontrolada del crimen organizado, una violencia sistémica de género, donde la idea de institución moral o política escencia de una sociedad y a la postre configurador de una ciudad se presenta de manera ineficiente, plantea desconfianza, situación que postula penosamente a Ciudad Juárez como una “ciudad fallida” como un gran “fracaso social” sintomático en muchos aspectos del esquema de país que hoy es México.La naturaleza de la situación que se vive en Ciudad Juárez hace evidente incapacidad por parte de las actuales instituciones, programas y presupuestos sociales de los tres niveles de gobierno para hacerle frente. Ciudad Juárez es un ejemplo que habla de la insuficiencia de las estrategias públicas o privadas en torno a la satisfacción de las necesidades básicas, la dotación de servicios de salud, educación, vivienda, recreación, seguridad. Ciudad Juárez sitúa en el plano de la duda al Estado de Derecho y por extensión a los presidentes, gobernadores y alcaldes que han trabajado para el país, para su estado y para su ciudad, por lo menos desde 1993, fecha donde se dan las primeras alarmas contundentes de descomposición social al comenzar las desapariciones y asesinatos (dentro de espacios públicos fundamentalmente) de jóvenes mujeres empleadas en la industria maquiladora. Ciudad Juárez es una entidad muerta que requiere vida, es una ciudad que ha sido masacrada por los grupos de poder. En ella el miedo se ha apoderado de la gente, de toda la gente; salvo para quienes hacen negocio a costa de la muerte, la desesperanza, la ignorancia y el dolor de otros -sean grupos delictivos organizados, empresarios explotadores, políticos indolentes o ciudadanos con patologías antisociales- todos tienen miedo. La desintegración del tejido social y los altos niveles de criminalidad de Ciudad Juárez obedecen a factores de amplia índole incluyendo, entre otros, la confluencia de elementos políticos, legales, judiciales, geográficos, socio-económicos, psicosociales así como la problemática de género. Según la ONU, un requisito indispensable para la formulación de soluciones en lo inmediato tiene que ver con:

El diseño e implementación de estrategias y políticas públicas consistentes así como una amplia participación de la ciudadanía teniendo como temas centrales de atención lo referente a la calidad de vida, seguridad, desarrollo urbano, mercado de trabajo, vivienda, migraciones y movilidad, salud y educación.(3)

Entender como primer paso y actuar e intervenir como segundo la relación del espacio público y la vivienda en Ciudad Juárez, teniendo a la vivienda como escenario y uso específico de la individualidad y el espacio público como el escenario y uso general de la sociedad, de la colectividad, es dimensionar la relevancia actual del fenómeno de la violencia y la marginalidad urbana y sus implicaciones en la conceptualización del espacio en Ciudad Juárez. En cualquier ciudad del mundo los usos y la utilización de los espacios públicos por parte de la población pueden ser múltiples y modificados desde las individualidades y las colectividades sociales, como también, por medio de los acontecimientos que suceden de manera específica en el lugar. De esta forma es entonces necesario entender al menos dos componentes urbanos fundamentales: en primer lugar la vivienda, y en segundo lugar las calles, las plazas y los parques.(4) La sumatoria de estos dos componentes urbanos pueden configurar barrios, comunas o fragmentaciones(5); éstos a su vez dan pie a la formación de sectores o polígonos habitacionales y así sucesivamente, hasta darle un cuerpo edificado a la ciudad. Se puede entender que son justamente las viviendas las que le dan el valor de lugar a la ciudad, en tanto que en ella, la vivienda, residen sus habitantes; pero como es obvio, en ningún momento la vivienda podrá explicar por sí sola el fenómeno de la ciudad(6), ni mucho menos contextos violentos o marginales a los que se ven sometidos sus habitantes. Por otra parte, el espacio público es la plataforma espacial base de las dinámicas territoriales en donde confluyen y participan distintas dimensiones que configuran lo urbano, incluidos los grupos sociales que en ella habitan(7). Es evidente que todos los elementos que componen a la ciudad están caracterizados por haber sido construidos históricamente y por ser parte inherente de la evolución de la propia civilización a la que pertenecen.

La complejidad de la ciudad, cualquier ciudad, se ve referida a todos los elementos que forman parte de ella, y para el caso que aquí nos ocupa, Ciudad Juárez, se parte de la necesidad de entender la relación existente entre el espacio público y la vivienda dentro de contextos que sufren el impacto de la marginalidad, segregación y violencia urbana y sobre ella iniciar la configuración y determinación de propuestas u opciones que brinden solución. Para tener un primer acercamiento, podemos decir que en la actualidad el espacio público en Ciudad Juárez se encuentra acosado por modalidades de desarrollo urbano inconsistentes e irresponsables, cobijado por políticas flexibles o incapaces de dar el seguimiento y orientación pertinente, esto naturalmente ejerce determinaciones en la conceptualización de núcleos de vivienda. Hay en la ciudad una especie de agorafobia, asedio, rechazo o desprecio hacia el espacio público, al extremo de que la población considera estos sitios como peligrosos y les tiene miedo porque no protegen ni son protegidos. Es un territorio abandonado, incluso de disputa social, su mantenimiento prácticamente no existe o es escaso, la noción de hábitat, como posibilidad de relacionarse se presenta como terror e incapacidad. Producto de lo anterior Ciudad Juárez pierde las posibilidades de construcción y de cohesión social, se reduce la participación, se restringe a la ciudadanía y se ausenta el estímulo a las prácticas de tolerancia.

Los espacios públicos en Ciudad Juárez están enfermos, son disfuncionales. La fragmentación, la segmentación y la privatización como esquemas de desarrollo urbano-arquitectónico impacta a la ciudad en tres de sus condiciones esenciales: reduce el tiempo de la urbe (ciudades y sectores urbanos), disminuye el espacio (lugares por donde no se puede ir) y reduce las posibilidades de ciudadanía (desconfianza, pérdida del sentido colectivo). De allí que lo existente es una población temerosa frente a la ciudad y particularmente de su espacio público, la proliferación de lugares cerrados (áreas habitacionales, comercios), mono funcionales y especializados por un lado motiva la desastrosa situación actual y por el otro es resultado de la misma. Somos testigos de una ecuación desafortunada e inédita.

La distribución espacial de Ciudad Juárez muestra que determinados tipos de zonas son proclives a presentar problemáticas puntuales. Las cercanías a los parques industriales, maquiladoras fundamentalmente junto a los grandes desarrollos de vivienda económica que se han construido en los últimos quince años muestran una mayor concentración de actos delictivos que se han vinculado a distintos factores entre los que destacan el diseño urbano de la vivienda, su tamaño, su ubicación, la falta de equipamiento, etc. El papel que juega la vivienda como parte del sistema urbano físico y su actual dimensión promedio de 60m2 de construcción, empuja a la población, sobre todo a los jóvenes, a salir al espacio público, pero ante la falta de equipamientos y de las condiciones óptimas de los mismos para el desenvolvimiento de las individualidades, se generan actividades “alternativas” como formar parte de pandillas o de grupos criminales, dejando de lado la posibilidad de convivencia, preparación, recreación, participación y productividad. La degradación del espacio público y el incremento en los rezagos del equipamiento y la infraestructura en Ciudad Juárez representan un motivo de deterioro en términos sociales, económicos y de calidad de vida de sus habitantes. Esta falta de infraestructura y equipamiento contribuye directamente a que la estructura urbana no se consolide, por una parte, y por otra, la dispersión física de la ciudad, los altos índices de consumo, el tiempo y distancia de los desplazamientos hacen de Ciudad Juárez un centro urbano de alto costo. Al respecto, el Plan de Desarrollo Urbano(8) en su más reciente actualización establece como futuro probable (o sea, si es que las condiciones no cambian) que: La mancha urbana crecerá a un ritmo difícil de garantizar su ordenamiento. Se acrecentará el círculo vicioso de crecimiento desordenado, de baja productividad urbana, aumentará el déficit, tanto en la provisión, como en el mantenimiento de la infraestructura y los equipamientos. Lo anterior afectará negativamente [aún más] la salud, la educación, la cultura y la atención a los grupos con necesidades especiales: niños, mujeres, discapacitados, personas de la tercera edad, migrantes e indígenas.

El diseño del espacio público a través de la historia se ha venido dando como empresa urbana en las ciudades del mundo, en algunos casos por imposición política, como el caso de la París de Haussman o la Barcelona de Cerdá, en donde los fundamentos centrales eran el dominio y la puesta en escena del poder. En otros casos más actuales, como Curitiba en Brasil y Bogotá en Colombia, el diseño del espacio público ha sido el motor de búsqueda de mitigaciones de índole social, económico o ambiental de zonas marginadas. El espacio público, desde su concepción filosófica, espacial, funcional y estética o económica, social o psicológica tiene como condición ser el espacio de todos y tal vez por esto, es de vital relevancia y trascendencia buscar en él y desde el una posible solución a los problemas de marginalidad, segregación y violencia urbana que actualmente afectan a Ciudad Juárez.*





*Ciudad Juárez / The border of utopia. Fragmento, original presentado para postulación infructifera de beca "Jóvenes Creadores" del FONCA 2011.
(1) Gombrich, E.H., Breve historia del mundo, editorial Península, 2005.
(2) Aristóteles (18º edición, 1999). La política; libro III.Porrúa, México.
(3) Organización de las Naciones Unidas (2005). Informe de la Comisión de Expertos Internacionales. Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, sobre la Misión en Ciudad Juárez, Chihuahua, México. (versión electrónica).
(4) Áreas urbanas no edificadas que deben ser entendidas como espacios públicos y muy diferentes de los terrenos baldíos, los cuales son de propiedad privada.
(5) Colonias y fraccionamientos en México, barrios y comunas en Colombia, favelas en Brasil y villas miseria en Chile; estos dos últimos relacionados con una condición de segregación y pobreza urbana contundente.
(6) Algunos estudiosos de la arquitectura y el urbanismo como Aldo Rossi interpretan el lugar como la esencia misma del territorio, en donde se conjugan las relaciones del ser humano y la sociedad en el espacio.
(7) Peter Saunders propone que el objeto de estudio del urbanismo contemporáneo y otras disciplinas como la sociología ur­bana no es el espacio, ni la organización espacial de la sociedad, sino los procesos sociales inscritos en un espacio determinado.
(8) Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP). Plan de Desarrollo Urbano de Ciudad Juárez. Actualización 2007.

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