Siempre es significativo iniciar el análisis de determinado tema con sentencias, y más cuando estas se nutren de cuestiones tangibles, inobjetables; en principio parecería fácil enunciarlas, por lo general implican un cierto grado de cansancio, ira, desprecio o hastió. Las sentencias como ideal, inmediatamente después de ser proferidas perfilan su fuerza condenatoria en un acto de reflexión o acción. Y aun hoy, cuando las más diversas instancias de poder político alimentan sus discursos con sentencias continúo confiando en que estas son un vínculo claro entre una consciencia que aspira a ser develada y entre una profunda voluntad de cambio, trasformación o renovación.
La situación general de la arquitectura en México es una situación crítica; La situación general de la pedagogía arquitectónica mexicana es una situación crítica. Cuestión no solo evidente por la desoladora desatención de los temas centrales que deberían darle sentido y significado, sino también por la incapacidad y tibieza que esta presenta respecto a su propia determinación, gestión y orientación. Las instituciones que en principio deberían brindar certezas y asumir el liderazgo que les compete para su difusión, protección o promoción no operan, y cuando lo hacen solo en el sentido del desconcierto; sea el INBA, CONACULTA, INAH, o instituciones educativas de primera línea; FAUNAM, CIEPFA, IIE, etc.
Esta situación lamentablemente ha permitido la consolidación de instancias que, asumiendo un rol de promotoras del quehacer y cultura arquitectónica han encumbrado a la banalidad, la ambigüedad, el elitismo y el oportunismo, focalizando con ello la idea de diseño, en sus múltiples acepciones, como el problema determinante a cubrir y atender dentro de la escala pedagógica y formativa de la arquitectura. De esta forma y con los anteriores "argumentos" se instauran los ejes rectores de la arquitectura contemporánea mexicana, ejemplo sustancial, la revista Arquine y el sorprendente poder mediático-propagandistico que en ultimos años a adquirido, teniendo como principal nicho de penetración -y ventas- el ámbito formativo de la arquitectura. Naturalmente el cuestionamiento no debe dirigirse exclusivamente al trabajo de la revista Arquine ni de ninguna otra; las preguntas fundamentales que recaigan sobre su naturaleza, condiciones de integridad intelectual o abierta banalidad en sus producciones "o productos" solo nos remitirán a una miopía en los juicios y quizá, por último, a un desperdicio de líneas. El problema real que se plantea, el cual podrá ser motivo de otra entrega en este blog, es porqué nuestras instituciones, ex-profeso creadas no funcionan, no operan?.
En la actualidad la referencia general sobre la arquitectura no es tributaria a la formulación y ponderación de mejores condiciones o problematización alguna respecto a nuestra realidad como seres sociales, inmersos en relaciones altamente complejas, su realidad y suerte referencial es ampliamente distinta; una reiterada cancelación y abolición de los ideales que en principio deberían sustentar su ejercicio y pensamiento, una práctica profesional cargada de ambigüedades, contradicciones y corruptelas, y una pedagogía arquitectónica sumergida en un impresionante simulacro del bien hacer, del bien instruir, del bien aceptar, y no solo en relación con las reales y profundas necesidades que la disciplina requiere para asumir su vinculación en el entramado social mexicano, sino también un simulacro en virtud a las relaciones que la disciplina requiere formular y asumir con otras esferas del conocimiento.
La ambigüedad e incoherencia entre los ideales y la realidad practica, observable en las propuestas y actuaciones confusas e irresponsables que muchos arquitectos tienen respecto a sus valores y su práctica postulan por obviedad, una pedagogía arquitectónica que no cuenta generalmente con procedimientos objetivos para formar estudiantes capaces de afrontar una realidad compleja y desoladora, una pedagogía arquitectónica que reniega o minimiza cualquier sintoma o acto de reflexión o critica, y en cambio se privilegia de manera degenerada y desproporcionada el desarrollo de "proyectos" sin que se cuente con medios intelectuales o herramientas metodológicas para realizarlos o efectuar con ellos una sistemática y cualitativa evaluación.
Como la práctica profesional de la arquitectura regularmente no corresponde a reflexión, critica o argumentación teórica, y esta predisposición se manifiesta en el común entendido dentro de las escuelas y facultades de arquitectura que la realidad es, a nivel de iluminada ocurrencia, lo que se imagina o lo que se supone, situando de esta forma a la actividad reflexiva y critica en un plano de especulación inútil, enfermiza, abstracta, distante y separada de la realidad; la incoherencia en la enseñanza de la Arquitectura no se ha dado de repente, ha sido un proceso gradual (a la par de la descomposición de las instituciones, instancias y entidades del país) el existir una práctica profesional de la arquitectura deplorable sugiere inequívocamente una pedagogía arquitectónica en igualdad de circunstancias.
Algunas argumentaciones del texto las presenté en charlas del "Taller diecisiete" antecedente primigenio del Cubo, con el titulo "la enseñanza de la arquitectura" 2009.
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