sábado, 28 de abril de 2012

Encrucijada; pedagogía arquitectónica

Siempre es significativo iniciar el análisis de determinado tema con sentencias, y más cuando estas se nutren de cuestiones tangibles, inobjetables; en principio parecería fácil enunciarlas, por lo general implican un cierto grado de cansancio, ira, desprecio o hastió. Las sentencias como ideal, inmediatamente después de ser proferidas perfilan su fuerza condenatoria en un acto de reflexión o acción. Y aun hoy, cuando las más diversas instancias de poder político alimentan sus discursos con sentencias continúo confiando en que estas son un vínculo claro entre una consciencia que aspira a ser develada y entre una profunda voluntad de cambio, trasformación o renovación.

La situación general de la arquitectura en México es una situación crítica; La situación general de la pedagogía arquitectónica mexicana es una situación crítica. Cuestión no solo evidente por la desoladora desatención de los temas centrales que deberían darle sentido y significado, sino también por la incapacidad y tibieza que esta presenta respecto a su propia determinación, gestión y orientación. Las instituciones que en principio deberían brindar certezas y asumir el liderazgo que les compete para su difusión, protección o promoción no operan, y cuando lo hacen solo en el sentido del desconcierto; sea el INBA, CONACULTA, INAH, o instituciones educativas de primera línea; FAUNAM, CIEPFA, IIE, etc.

Esta situación lamentablemente ha permitido la consolidación de instancias que, asumiendo un rol de promotoras del quehacer y cultura arquitectónica han encumbrado a la banalidad, la ambigüedad, el elitismo y el oportunismo, focalizando con ello la idea de diseño, en sus múltiples acepciones, como el problema determinante a cubrir y atender dentro de la escala pedagógica y formativa de la arquitectura. De esta forma y con los anteriores "argumentos" se instauran los ejes rectores de la arquitectura contemporánea mexicana, ejemplo sustancial, la revista Arquine y el sorprendente poder mediático-propagandistico que en ultimos años a adquirido, teniendo como principal nicho de penetración -y ventas- el ámbito formativo de la arquitectura. Naturalmente el cuestionamiento no debe dirigirse exclusivamente al trabajo de la revista Arquine ni de ninguna otra; las preguntas fundamentales que recaigan sobre su naturaleza, condiciones de integridad intelectual o abierta banalidad en sus producciones "o productos" solo nos remitirán a una miopía en los juicios y quizá, por último, a un desperdicio de líneas. El problema real que se plantea, el cual podrá ser motivo de otra entrega en este blog, es porqué nuestras instituciones, ex-profeso creadas no funcionan, no operan?.

En la actualidad la referencia general sobre la arquitectura no es tributaria a la formulación y ponderación de mejores condiciones o problematización alguna respecto a nuestra realidad como seres sociales, inmersos en relaciones altamente complejas, su realidad y suerte referencial es ampliamente distinta; una reiterada cancelación y abolición de los ideales que en principio deberían sustentar su ejercicio y pensamiento, una práctica profesional cargada de ambigüedades, contradicciones y corruptelas, y una pedagogía arquitectónica sumergida en un impresionante simulacro del bien hacer, del bien instruir, del bien aceptar, y no solo en relación con las reales y profundas necesidades que la disciplina requiere para asumir su vinculación en el entramado social mexicano, sino también un simulacro en virtud a las relaciones que la disciplina requiere formular y asumir con otras esferas del conocimiento.

La ambigüedad e incoherencia entre los ideales y la realidad practica, observable en las propuestas y actuaciones confusas e irresponsables que muchos arquitectos tienen respecto a sus valores y su práctica postulan por obviedad, una pedagogía arquitectónica que no cuenta generalmente con procedimientos objetivos para formar estudiantes capaces de afrontar una realidad compleja y desoladora, una pedagogía arquitectónica que reniega o minimiza cualquier sintoma o acto de reflexión o critica, y en cambio se privilegia de manera degenerada y desproporcionada el desarrollo de "proyectos" sin que se cuente con medios intelectuales o herramientas metodológicas para realizarlos o efectuar con ellos una sistemática y cualitativa evaluación.

Como la práctica profesional de la arquitectura regularmente no corresponde a reflexión, critica o argumentación teórica, y esta predisposición se manifiesta en el común entendido dentro de las escuelas y facultades de arquitectura que la realidad es, a nivel de iluminada ocurrencia, lo que se imagina o lo que se supone, situando de esta forma a la actividad reflexiva y critica en un plano de especulación inútil, enfermiza, abstracta, distante y separada de la realidad; la incoherencia en la enseñanza de la Arquitectura no se ha dado de repente, ha sido un proceso gradual (a la par de la descomposición de las instituciones, instancias y entidades del país) el existir una práctica profesional de la arquitectura deplorable sugiere inequívocamente una pedagogía arquitectónica en igualdad de circunstancias.





Algunas argumentaciones del texto las presenté en charlas del "Taller diecisiete" antecedente primigenio del Cubo, con el titulo "la enseñanza de la arquitectura" 2009.

lunes, 23 de abril de 2012

Ciudad Juárez / The Border of Utopia


La ciudad es un esquema de asentamiento humano enteramente innovador, ha brindado desde hace 10,000 años(1) opciones de relación social altamente complejas las cuales han estructurado nuestra concepción de mundo, incluidas en el, las nociones psico-sociales de occidente u oriente, indistinto a raza o geografía e igualmente determinando hasta la fecha el nacimiento, evolución o mantenimiento de conceptos como cultura, economía, política, ciencias o artes. Dentro de la cultura greco-latína fue recurrente la negativa en llamar ciudad a los agregados construidos sin plaza ni edificios públicos, sin instancias donde la ciudadanía pueda ejercer su participación por medio de la interacción social o política(2). En efecto, dentro de la ciudad griega todo, sea de índole material o inmaterial era parte de una estructuración de procesos colectivos que subyacen a un espacio público. El estar, participar y anhelar colectivos son el origen civilizatorio del espacio público, de la ciudad. En consecuencia, un elemento sustancial y definitorio en el análisis y ponderación de la naturaleza -cualquiera- de una ciudad lo será la connotación y condición de su espacio público.

Al aproximarse desde cualquier ámbito o perspectiva a la particular realidad de Ciudad Juárez nos encontraremos en primera instancia con el inobjetable hecho de saber que se trata de un esquema de ciudad disfuncional, en profunda crisis. Ubicada en la frontera norte del país, Ciudad Juárez se ha caracterizado por una intensa migración (temporal o permanente) desde los años 50, una pujante pero inestable industria maquiladora desde los años 70, una presencia incontrolada del crimen organizado, una violencia sistémica de género, donde la idea de institución moral o política escencia de una sociedad y a la postre configurador de una ciudad se presenta de manera ineficiente, plantea desconfianza, situación que postula penosamente a Ciudad Juárez como una “ciudad fallida” como un gran “fracaso social” sintomático en muchos aspectos del esquema de país que hoy es México.La naturaleza de la situación que se vive en Ciudad Juárez hace evidente incapacidad por parte de las actuales instituciones, programas y presupuestos sociales de los tres niveles de gobierno para hacerle frente. Ciudad Juárez es un ejemplo que habla de la insuficiencia de las estrategias públicas o privadas en torno a la satisfacción de las necesidades básicas, la dotación de servicios de salud, educación, vivienda, recreación, seguridad. Ciudad Juárez sitúa en el plano de la duda al Estado de Derecho y por extensión a los presidentes, gobernadores y alcaldes que han trabajado para el país, para su estado y para su ciudad, por lo menos desde 1993, fecha donde se dan las primeras alarmas contundentes de descomposición social al comenzar las desapariciones y asesinatos (dentro de espacios públicos fundamentalmente) de jóvenes mujeres empleadas en la industria maquiladora. Ciudad Juárez es una entidad muerta que requiere vida, es una ciudad que ha sido masacrada por los grupos de poder. En ella el miedo se ha apoderado de la gente, de toda la gente; salvo para quienes hacen negocio a costa de la muerte, la desesperanza, la ignorancia y el dolor de otros -sean grupos delictivos organizados, empresarios explotadores, políticos indolentes o ciudadanos con patologías antisociales- todos tienen miedo. La desintegración del tejido social y los altos niveles de criminalidad de Ciudad Juárez obedecen a factores de amplia índole incluyendo, entre otros, la confluencia de elementos políticos, legales, judiciales, geográficos, socio-económicos, psicosociales así como la problemática de género. Según la ONU, un requisito indispensable para la formulación de soluciones en lo inmediato tiene que ver con:

El diseño e implementación de estrategias y políticas públicas consistentes así como una amplia participación de la ciudadanía teniendo como temas centrales de atención lo referente a la calidad de vida, seguridad, desarrollo urbano, mercado de trabajo, vivienda, migraciones y movilidad, salud y educación.(3)

Entender como primer paso y actuar e intervenir como segundo la relación del espacio público y la vivienda en Ciudad Juárez, teniendo a la vivienda como escenario y uso específico de la individualidad y el espacio público como el escenario y uso general de la sociedad, de la colectividad, es dimensionar la relevancia actual del fenómeno de la violencia y la marginalidad urbana y sus implicaciones en la conceptualización del espacio en Ciudad Juárez. En cualquier ciudad del mundo los usos y la utilización de los espacios públicos por parte de la población pueden ser múltiples y modificados desde las individualidades y las colectividades sociales, como también, por medio de los acontecimientos que suceden de manera específica en el lugar. De esta forma es entonces necesario entender al menos dos componentes urbanos fundamentales: en primer lugar la vivienda, y en segundo lugar las calles, las plazas y los parques.(4) La sumatoria de estos dos componentes urbanos pueden configurar barrios, comunas o fragmentaciones(5); éstos a su vez dan pie a la formación de sectores o polígonos habitacionales y así sucesivamente, hasta darle un cuerpo edificado a la ciudad. Se puede entender que son justamente las viviendas las que le dan el valor de lugar a la ciudad, en tanto que en ella, la vivienda, residen sus habitantes; pero como es obvio, en ningún momento la vivienda podrá explicar por sí sola el fenómeno de la ciudad(6), ni mucho menos contextos violentos o marginales a los que se ven sometidos sus habitantes. Por otra parte, el espacio público es la plataforma espacial base de las dinámicas territoriales en donde confluyen y participan distintas dimensiones que configuran lo urbano, incluidos los grupos sociales que en ella habitan(7). Es evidente que todos los elementos que componen a la ciudad están caracterizados por haber sido construidos históricamente y por ser parte inherente de la evolución de la propia civilización a la que pertenecen.

La complejidad de la ciudad, cualquier ciudad, se ve referida a todos los elementos que forman parte de ella, y para el caso que aquí nos ocupa, Ciudad Juárez, se parte de la necesidad de entender la relación existente entre el espacio público y la vivienda dentro de contextos que sufren el impacto de la marginalidad, segregación y violencia urbana y sobre ella iniciar la configuración y determinación de propuestas u opciones que brinden solución. Para tener un primer acercamiento, podemos decir que en la actualidad el espacio público en Ciudad Juárez se encuentra acosado por modalidades de desarrollo urbano inconsistentes e irresponsables, cobijado por políticas flexibles o incapaces de dar el seguimiento y orientación pertinente, esto naturalmente ejerce determinaciones en la conceptualización de núcleos de vivienda. Hay en la ciudad una especie de agorafobia, asedio, rechazo o desprecio hacia el espacio público, al extremo de que la población considera estos sitios como peligrosos y les tiene miedo porque no protegen ni son protegidos. Es un territorio abandonado, incluso de disputa social, su mantenimiento prácticamente no existe o es escaso, la noción de hábitat, como posibilidad de relacionarse se presenta como terror e incapacidad. Producto de lo anterior Ciudad Juárez pierde las posibilidades de construcción y de cohesión social, se reduce la participación, se restringe a la ciudadanía y se ausenta el estímulo a las prácticas de tolerancia.

Los espacios públicos en Ciudad Juárez están enfermos, son disfuncionales. La fragmentación, la segmentación y la privatización como esquemas de desarrollo urbano-arquitectónico impacta a la ciudad en tres de sus condiciones esenciales: reduce el tiempo de la urbe (ciudades y sectores urbanos), disminuye el espacio (lugares por donde no se puede ir) y reduce las posibilidades de ciudadanía (desconfianza, pérdida del sentido colectivo). De allí que lo existente es una población temerosa frente a la ciudad y particularmente de su espacio público, la proliferación de lugares cerrados (áreas habitacionales, comercios), mono funcionales y especializados por un lado motiva la desastrosa situación actual y por el otro es resultado de la misma. Somos testigos de una ecuación desafortunada e inédita.

La distribución espacial de Ciudad Juárez muestra que determinados tipos de zonas son proclives a presentar problemáticas puntuales. Las cercanías a los parques industriales, maquiladoras fundamentalmente junto a los grandes desarrollos de vivienda económica que se han construido en los últimos quince años muestran una mayor concentración de actos delictivos que se han vinculado a distintos factores entre los que destacan el diseño urbano de la vivienda, su tamaño, su ubicación, la falta de equipamiento, etc. El papel que juega la vivienda como parte del sistema urbano físico y su actual dimensión promedio de 60m2 de construcción, empuja a la población, sobre todo a los jóvenes, a salir al espacio público, pero ante la falta de equipamientos y de las condiciones óptimas de los mismos para el desenvolvimiento de las individualidades, se generan actividades “alternativas” como formar parte de pandillas o de grupos criminales, dejando de lado la posibilidad de convivencia, preparación, recreación, participación y productividad. La degradación del espacio público y el incremento en los rezagos del equipamiento y la infraestructura en Ciudad Juárez representan un motivo de deterioro en términos sociales, económicos y de calidad de vida de sus habitantes. Esta falta de infraestructura y equipamiento contribuye directamente a que la estructura urbana no se consolide, por una parte, y por otra, la dispersión física de la ciudad, los altos índices de consumo, el tiempo y distancia de los desplazamientos hacen de Ciudad Juárez un centro urbano de alto costo. Al respecto, el Plan de Desarrollo Urbano(8) en su más reciente actualización establece como futuro probable (o sea, si es que las condiciones no cambian) que: La mancha urbana crecerá a un ritmo difícil de garantizar su ordenamiento. Se acrecentará el círculo vicioso de crecimiento desordenado, de baja productividad urbana, aumentará el déficit, tanto en la provisión, como en el mantenimiento de la infraestructura y los equipamientos. Lo anterior afectará negativamente [aún más] la salud, la educación, la cultura y la atención a los grupos con necesidades especiales: niños, mujeres, discapacitados, personas de la tercera edad, migrantes e indígenas.

El diseño del espacio público a través de la historia se ha venido dando como empresa urbana en las ciudades del mundo, en algunos casos por imposición política, como el caso de la París de Haussman o la Barcelona de Cerdá, en donde los fundamentos centrales eran el dominio y la puesta en escena del poder. En otros casos más actuales, como Curitiba en Brasil y Bogotá en Colombia, el diseño del espacio público ha sido el motor de búsqueda de mitigaciones de índole social, económico o ambiental de zonas marginadas. El espacio público, desde su concepción filosófica, espacial, funcional y estética o económica, social o psicológica tiene como condición ser el espacio de todos y tal vez por esto, es de vital relevancia y trascendencia buscar en él y desde el una posible solución a los problemas de marginalidad, segregación y violencia urbana que actualmente afectan a Ciudad Juárez.*





*Ciudad Juárez / The border of utopia. Fragmento, original presentado para postulación infructifera de beca "Jóvenes Creadores" del FONCA 2011.
(1) Gombrich, E.H., Breve historia del mundo, editorial Península, 2005.
(2) Aristóteles (18º edición, 1999). La política; libro III.Porrúa, México.
(3) Organización de las Naciones Unidas (2005). Informe de la Comisión de Expertos Internacionales. Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, sobre la Misión en Ciudad Juárez, Chihuahua, México. (versión electrónica).
(4) Áreas urbanas no edificadas que deben ser entendidas como espacios públicos y muy diferentes de los terrenos baldíos, los cuales son de propiedad privada.
(5) Colonias y fraccionamientos en México, barrios y comunas en Colombia, favelas en Brasil y villas miseria en Chile; estos dos últimos relacionados con una condición de segregación y pobreza urbana contundente.
(6) Algunos estudiosos de la arquitectura y el urbanismo como Aldo Rossi interpretan el lugar como la esencia misma del territorio, en donde se conjugan las relaciones del ser humano y la sociedad en el espacio.
(7) Peter Saunders propone que el objeto de estudio del urbanismo contemporáneo y otras disciplinas como la sociología ur­bana no es el espacio, ni la organización espacial de la sociedad, sino los procesos sociales inscritos en un espacio determinado.
(8) Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP). Plan de Desarrollo Urbano de Ciudad Juárez. Actualización 2007.

lunes, 9 de abril de 2012

La Casa


Y, ¿desde cuándo? Desde el primer día, desde el primer instante, desde siempre. Antes de que el Cesar fundara ciudades, antes que enterraran a muertos en el peloponeso, incluso antes de ser labrada la piedra la rivera del gran río.

Conozco, por que las he oído, todas las acusaciones; las de orgulloso, falso, melancólico, huraño, pero principal e insistentemente las de loco.

Ya llegará el día, solo falta que me lo proponga, en que sancione ejemplarmente a aquellos que han tomado al desprestigio como opinión.

El que decida permanecer aquí, en mi Casa no es banal o fortuito, no existe impedimento físico alguno para entrar o salir, pero todo lo tengo aquí.

Además, quien quiera puede conocerla. Pero les advierto, no encontrarán en mi casa la bizarra ética y estética de aquello que llaman modernidad. Si la sobriedad y el ánimo para descansar o meditar, para trascender sumergiendose en la belleza y la contemplación, cosa que hoy día no es tan común encontrar.

He escuchado de una Ciudad Luz, igualmente de otra denominada La Ciudad Eterna y una más como La Ciudad Prohibida, aunque no las conozco, advierto la imposibilidad auxiliado con la historia y la arquitectura, de que en ellas se encuentre una casa como la mía.

Mi ciudad, si acaso, sería La Ciudad de los Palacios, en realidad evito denominaciones, pienso son poco acertadas, reduccionistas en la mayoría. El hecho es que soy único como mi Casa.

No me interesa saber o asumir lo que un hombre pueda transmitir a otros hombres. Confieso ser deudor y tributario solamente de un puñado de ilustres; Borges, Platón, Rilke, Rulfo, Goethe.

Lo menor y superfluo sistemáticamente lo repruebo y reprocho, no tiene cabida en mí. Aquí en mi Casa han transcurrido asombrosamente las más variadas historias; de gloriosos días con primigenios templos relucientes, contradicción y asombro de aquellos mundos de ultramar, ha sido escenario de trágicas tardes, de abruptas transformaciones, igualmente de arraigos chillantes y sembrados.

Mi casa es de forma irregular, inconstante, de altura variable; es un edificio heterogéneo. Simultáneamente es ruina, cristal y proyecto, no es fácil tener de la Casa una idea completa y definitiva. Hay partes que están hundidas, aun con el grosor de los muros hay muchos que están cansados y se han inclinado, hay pasillos que conectan otros pasillos, hay muchas partes de la casa hechas con piedras rojas y porosas, grises y negras.

No es exagerar, pero estoy seguro, cada piedra suelta que logres encontrar ya ha pasado por dos o tres componentes de la Casa; muros, columnas, bovedas, que se yo. En otras todo es liso y pintado, hay también partes, en molduras de torres o cornisas algunos arbustos y plantas que no recuerdo haberlos sembrado.

Hay azoteas llenas de musgo desde las que presencio amaneceres o atardeceres, agitaciones, mentirass o masacres.

Sin importar el día o la hora juego a estar dormido, en muchas ocasiones en realidad duermo.

Igualmente es frecuente que, recorriendo mi Casa finja ser un afitrión y que con gran agilidad al visitante muestro: Ahora volvemos al juego laberintico anterior, o ahora desembocamos en un patio porticado bañado por luz amarilla, o bien decía yo que te gustaría la factura del muro, o ahora verás el empedrado del patio, o aquí tenemos una cerámica en las paredes llenas de reflejo casi como el agua estancada, o mira cómo juega el sol con las columnas, o aquí sentiremos vértigo al caminar y mirar debajo de una cúpula, o mira la hechura de esa puerta.

La Casa en suma es del tamaño del mundo, mejor dicho, es el mundo. Sin embargo, aunque ya casi no recuerdo seguramente yo la construí.

En la calle de moneda, Centro Histórico de la Ciudad de México, el sol de la mañana reverberó sobre los tubos cromados de la camilla. El anciano inmóvil es subido enérgicamente a una ambulancia.

El anciano infiere como Casa al primer cuadro de la Ciudad de México, el Centro Histórico.





Cuento presentado como guión literario para cortometraje dentro del concurso reto Panasonic Ficc-México, enero, 2011. Propuesta no seleccionada.
Adaptación de "La Casa de Asterión" de Borges.