jueves, 29 de octubre de 2015

El modelo "democratizador"


La semana pasada Bashar al Assad visitó Moscú. Su reunión con Vladimir Putin se centró en reconocer y agradecer el apoyo militar en contra del llamado "Estado Islámico". Se trata del primer viaje que Assad realiza al extranjero desde que inició la guerra civil en 2011. Moscú ha declarado su total disposición a apoyar la lucha contra el terrorismo y a afianzar un proceso político que permita una salida a la cruda situación siria. Por su parte, Estados Unidos y la OTAN, apoyándose con algunos países satélite, árabes, han reaccionado para intentar una contraofensiva "diplomática" y continuar así con el ya evidente objetivo: la destrucción total de Siria. Los países satélite reclaman que Al Assad inicie un proceso de transición democrática y cese la represión y violencia que ha causado, según fuentes occidentales, más de 5000 muertos en el último año.

Recordemos que bajo el sentido anterior, una cantidad de países, medios, instituciones y organizaciones occidentales se sumaron al desprestigio del gobierno Sirio bajo la exigencia de derechos humanos y la democratización del país. Y sí, resulta una obligación tanto el señalar las violaciones que sociedades sufren o padecen en relación a sus derechos humanos elementales por parte de gobiernos (cosa que sufrimos en México), como también es una obligación que exijamos siempre el fortalecimiento de la democracia, lo que no podemos aceptar es que esas exigencias se originen y tengan objetivos sectarios o manipuladores y acosta de la destrucción o la voracidad geopolítica. Ejemplo de lo anterior, y dentro del mismo caso Sirio, sectores señalados progresistas así como las denominadas organizaciones humanitarias, como Amnistía Internacional, Human Rights Watch o Médicos sin Fronteras.

Estas organizaciones asaltaron la opinión pública de una manera grotesca y desproporcionada arremetiendo contra el Gobierno de Al Assad por sus acciones contra la invasión de mercenarios islamistas. Mismo mercenarios que occidente y aliados entrenaron, armaron y financiaron. Paralelamente a su trabajo mediático o informativo, estas citadas organizaciones callaban sobre los atropellos de fanáticos, los cuales eran identificados como revolucionarios o luchadores sociales. Así, con el escenario montado, se solicitaba a Estados Unidos, la Unión Europea y algunos países satélite de oriente medio, intervenir armadamente en Siria e “instaurar un proceso de transición democrática”.

Y sí, se referirán a un proceso similar al implementado en países como Libia, Irak, Afganistán o Egipto, donde lo que queda hoy es solo una estela de destrucción barbarie. El antes citado cinismo es excepcionalmente representado por el exprimer ministro británico, Tony Blair, quien el sábado lamentó los "errores" cometidos en la invasión a Irak. Mismo país que ha sido incapaz de superar la devastación de la invasión con bandera democrática y que únicamente desató un guerra civil intestina. Si algo tiene hoy Irak es polvo y sangre en las calles, no democracia.

Al final, Estados Unidos y aliados accedieron realizar "ataques" contra los Islamistas. Los resultados nunca llegaron, todo se apreciaba como un montaje, una cruda y costosa ficción y confirmaba la sospecha de muchos: La coalición intervencionista encabezada por Estados Unidos tenía un único interés: La destrucción total de Siria. Este esquema se ha desmoronado por la sorpresiva participación de Rusia dentro de escenario de lucha y erradicación de los Islamistas, pero, del lado de Al Assad.

He intentado referirme a un tema complejo, ya que intervienen y se movilizan diversos actores, circunstancias e intereses. Desde nuestra latitud, la latinoamericana, reconocemos y con amplios referentes esos "procesos democratizadores" encabezados por Estados Unidos: Golpes de estado, intromisiones políticas, presiones financieras, imposición de gobiernos títere, creación de conflictos armados, formación militar y dotación de armas y equipo a "disidentes", etc.

martes, 27 de octubre de 2015

La falsa bandera

Como he mencionado en publicaciones anteriores, la escuela pública ofrece el reflejo de un Estado Mexicano colapsado por la incompetencia, la corrupción y por la ignominia, es el reflejo de una crisis política que supera lo educativo y las políticas de educación y se instala en la totalidad de las instituciones de gobierno bajo el ánimo de una profunda falta de interés, de legitimidad, de confianza y de transparencia. ¿Pero, a qué me refiero? Aquí un breve repaso:

Dos mil trece:
· El Gobierno crea el IEPS, Impuesto Especial de Productos y Servicios, aplicable a bebidas endulzadas o alimentos con alto contenido calórico. El argumento era combatir dentro de las escuelas públicas, la obesidad y demás padecimientos causados por el sobre peso y malos hábitos alimenticios, el dinero recaudado se destinaría a la instalación de bebederos escolares.
· La estimación en cuanto a costos para instalar bebederos en las poco más de 153 mil escuelas del país fue del orden de $11,600 MDP.

Dos mil catorce:
· En el primer año de recaudación con el IEPS, se obtuvieron $12,400 MDP, de los cuales únicamente se destinaron $1,300 MDP para la instalación de bebederos escolares. Del recurso asignado, no se cuentan con estadísticas oficiales del número de bebederos instalados.

Dos mil quince:
· Diputados del PRI y PAN presentan iniciativa para reducir en un 50% el IEPS a bebidas endulzadas o alimentos con alto contenido calórico.
· La bandera ficticia, vulgar y politiquera, de la salud de los niños como argumento para implementar el IEPS a bebidas endulzadas o alimentos con alto contenido calórico, se confirma. Ni salud ni bebederos escolares.

viernes, 23 de octubre de 2015

Del fenómeno natural al desastre institucional




Un fenómeno natural perturbador, como el huracán Patricia, por sí solo no es un desastre natural. Únicamente es posible categorizar como desastre natural a un fenómeno natural cuando éste vulnera a poblaciones, asentamientos o grupos sociales y genera altos niveles de destrucción o daños. Bajo el sentido anterior, la ecuación del desastre natural se ofrece como algo simple:

FENÓMENO NATURAL PERTURBADOR + POBLACIONES, ASENTAMIENTOS O GRUPOS SOCIALES VULNERABLES O EN RIESGO = DESASTRE NATURAL

Pero, ¿por qué existen poblaciones, asentamientos o grupos sociales vulnerables o en riesgo? La ecuación de la vulnerabilidad y riesgo, también puede simplificarse:

GOBIERNOS Y/O AUTORIDADES INEFICIENTES O INCOMPETENTES + FENÓMENO NATURAL PERTURBADOR

Es decir, los desastres naturales existen cuando la capacidad institucional del gobierno es insuficiente, marginal o ineficiente para reducir el riesgo generalizado de fenómenos naturales. Los ejemplos más básicos de lo anterior se reflejan en el marco institucional de políticas públicas que permiten o estimulan el asentamiento dentro de zonas de alto riesgo, la inadecuada planificación territorial o la carencia de programas eficientes de prevención, de seguridad, de alerta y de respuesta.