domingo, 24 de agosto de 2014

El juego de los Juegos



Hace unos días la agencia de noticias EFE ofreció un foto-reportaje sobre el estado actual de diversas instalaciones utilizadas y construidas para los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. A diez años de la realización de los Juegos, las imágenes únicamente testifican ruinas. Pero éstas no son de mármol o granito, ni tampoco evocan grandes gestas cívicas. Son de derruido metal, concreto y plástico y significan para los griegos el inicio de una pesadilla, la recesión. El caso de Atenas en Grecia no es una situación aislada. México 68, Montreal 76 y Barcelona 92 son otros ejemplos de Juegos Olimpicos con sobre-costes y endeudamientos públicos de décadas. En una escala menor está el caso de los Panamericanos de Guadalajara 2011, a raíz del cual la deuda pública del estado de Jalisco se incrementó en un 250% en solo 4 años.

La organización de eventos deportivos regularmente representa un acontecimiento de alto interés y fascinación para gobiernos de todo el mundo. La clase política no considera al deporte -cuando en escencia lo es- como un medio conveniente para incidir en la mejora de niveles de vida de personas, ya sea en temas de recreación comunitaria, de salud pública, o de cohesión y participación social.

Desde las lógicas del poder político, el deporte es estrictamente un espectáculo que vende. Los gobiernos, los políticos y los inversionistas ofrecen la organización de juegos, en sus múltiples categorías y escalas (locales, nacionales, regionales, continentales o mundiales), como una muy atractiva posibilidad de movilizar grandes cantidades de recursos, muchos o la mayoría siempre de origen público. Estas actividades extraordinarias de movilización e inversión suponen ganancias, que es lo que de fondo justifica y ampara a los promotores, tanto públicos como privados. En los discursos oficiales, las estimaciones de inversión en la creación o rehabilitación de infraestructura para determinados Juegos, promueve la generación de empleos, estimula múltiples sectores productivos e impacta favorablemente en la economía de servicios de las ciudades sede. Los montos de inversión con recursos públicos serán siempre amortizados por la estimada venta de entradas, la participación de patrocinadores, los empleos generados, el impacto en turismo, etc. La inversión será superada por las ganancias, las estimaciones prospectivas manejadas por los organizadores predicen siempre beneficios. Aun con lo anterior, como sabemos, siempre existen riesgos en toda inversión. Por múltiples motivos, los niveles de riesgo son siempre mayores en inversiones realizadas con recursos públicos. El hecho de integrar a Veracruz, México, como variable dentro de un esquema de inversión con recursos públicos en lo que respecta a la organización de un evento deportivo, impacta en el crecimiento estrepitoso de ese riesgo.

En noviembre próximo el estado de Veracruz será sede de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. El Comité Organizador enfrenta severos problemas en la planificación de los juegos. Desde opacidad en el manejo de recursos federales y estatales; el hermetismo total en todo; la toma incorrecta y apresurada de decisiones en lo que respecta a proyectos y obras; los retrasos de éstas; la incapacidad de pago para asumir los costos de difusión; y, por si fuera poco, el reciente y escandaloso anuncio del Comité Organizador en cancelar el contrato de construcción de la Villa Olímpica. Con insistencia las interrogantes se unifican ¿Habrá Juegos Centroamericanos en Veracruz?

A poco más de 70 días para el inicio, no hay flujo de información. No se sabe cómo resolverán el alojamiento de las comitivas deportivas, sabemos que en hoteles, pero ¿No afectará al turismo, que es uno de los nichos más buscados por organizadores dentro de un evento de esta naturaleza y con el cual sustentan las ecuaciones de ganancias?. Igualmente de locura será la cuestión logística, al estar descenctralizada de una villa, las comitivas requerirán diversas atenciones, muchas de ellas casi personales, lo cual supone evidentemente, una tarea muy improbable de ofrecer por parte del comité. Bueno, todo lo anterior en caso de que continúe Veracruz sosteniéndose como sede.

En el semanario proceso, no. 1973, se presenta una nota sobre el caso de los Juegos Centroamericanos Veracruz 2014, un fragmento:

[Pese al cúmulo de problemas, Duarte; el titular de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), Gerardo Buganza; el presidente del Comité Organizador de los JCC, Carlos Sosa, y el secretario de Turismo, Harry Grappa, insisten en repetir un discurso que puede resumirse en tres frases: “Serán los mejores Juegos Centroamericanos de la historia”, “las obras van en tiempo y forma” y “la derrama económica será millonaria”.]




Villa Olimpica; Xalapa. Foto ACP, 2014

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