Una fundamental característica del sistema económico-social actual, sustentado evidentemente en las lógicas de mercado capitalista, es la intensificación del consumo a través de diversas estrategias vinculadas a plataformas de comunicación emanadas éstas de las teorías de mercadotécnica moderna, las cuales buscan sostener -algo no menor para el mismo sistema- el mercado globalizado. Cantidades de mensajes se generan, adaptan y ofrecen sin descanso, estos constituyen los medios para alcanzar una serie de objetivos. La industria de productos de consumo en todas sus modalidades evidentemente emplea éstos medios. Aun cuando en lo conceptual es de una estructura elaborada, la mecánica de estos medios es elemental: vincular a específicos grupos sociales una serie de productos desde la saturación publicitaria y el manejo indiscriminado de información engañosa o equivoca, generando con ello la identidad entre consumidor-marca/producto y su consecuente e irrevocable compra. ¿Finalidad? -La de asegurar siempre mayores ventas, lucro y rentabilidad.
¿Enfatizar la importancia de particularizar la identidad de las marcas, de generar más vínculo emotivo del ya existente con los consumidores? ¿Qué implica la posibilidad de que encuentres una lata de refresco con tu nombre o el de Luisa, Fernando o Mariana? -No únicamente motiva a comprar desde la satisfacción de identificarte, igualmente a festejar el banal hallazgo. Sorprendente, con esta lógica simple, una de muchas, el sistema económico-social asegura su sustentación y estimula la continuidad de su hegemonía.
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