¿Puede señalarse el inicio de la producción de la Arquitectura Moderna en México? ¿Es posible hacerlo desde una obra? De ser posible, ¿qué deberá decir esta obra para validar tal aseveración?
La noción e interpretación de la Revolución Mexicana tanto en su inicio como desarrollo o sobre su triunfo y fracaso puede llegar a ser múltiple y compleja. La ruptura abrupta del gobierno de Porfirio Díaz en 1910, representa el inicio de un proceso económico-social que determinó el desarrollo de nuevas experiencias en arquitectura mismas que fructificaron desde la necesidad y promoción del estado mexicano post-revolucionario. Los albores de la modernidad arquitectónica en México generalmente son situados entre 1920 y 1925 no fortuita o azarosamente, sino como genuina respuesta a la creación de nuevas instituciones públicas, a la incipiente pero promisoria "estabilidad" política, así como a la reestructuración económica del país tras el triunfo de la Revolución. México, poco antes de terminar la década de 1920´s se presenta a nivel institucional como uno de los países más modernos del mundo, esto por la serie de reformas de carácter social logradas tras el triunfo de la revolución. Es de resaltar cómo, dentro de la misma década de los años 20´s el gobierno post-revolucionario ya se encontraba construyendo obras institucionales o públicas de neto carácter progresista y moderno, marcando un enfático cambio entre las búsquedas nacionalistas y la introducción de esquemas proyectuales de la arquitectura moderna, presentando en un inicio ambiguas preocupaciones por el contenido identitario de lo mexicano desde la arquitectura y los espacios físico construidos, excluyendo la discusión hacia otros sectores del pensamiento y la cultura nacional como en lo pictórico asentado fundamentalmente en el muralismo, la literatura, la escultura etc.
La historiografía de la arquitectura en México nos habla con cierta frecuencia de aquellas obras y autores que forjaron la modernidad arquitectónica en nuestro país dentro de la conciliadora década de los 20´s, documentando y sistematizado su estudio, análisis, difusión y preservación. Dentro de este panorama de autores de la modernidad arquitectónica en México acotado al periodo post-revolucionario destaca el liderazgo de José Villagrán García quien por su rápida ubicación como funcionario público, su notable y superior capacidad teórica-propagandística, didáctica y constructiva, lo situán con facilidad como una de las figuras cimeras del movimiento, asumiendo un rol de portavoz y artífice de la arquitectura moderna en México(1).
El año de 1925 se presenta como una fecha trascendental para los acervos historiográficos de la arquitectura nacional, fijando en él, el “inicio” de la modernidad arquitectónica con la construcción de la Granja Sanitaria de Popotla, naturalmente obra del caudillo-arquitecto José Villagrán García. Sin embargo el 20 de septiembre de 1925, en el mismo año, ante la presencia del jefe máximo de la revolución, Plutarco Elías Calles y dentro de la misma ciudad que albergo en esas fechas a la primera vanguardia intelectual del México post-revolucionario, Los Estridentistas, se inaugura el Estadio Xalapeño, obra del Ingeniero Modesto Rolland(2) el cual postula una visión enteramente innovadora en el diseño de estructuras de concreto armado en el país. Esta obra, que supuso una auténtica innovación en los sistemas de construcción, actualmente conserva su estructura y funcionamiento tal como se proyectó originalmente, encontrando antecedente tipológico pero no en lo constructivo en el hoy desaparecido Estadio Nacional, obra igualmente de José Villagrán García e inaugurado en 1924. Lamentablemente el Estadio Xalapeño, siendo una elocuente obra de ingeniería y arquitectura no ha sido situado en el lugar que le corresponde; La historiografía de la arquitectura moderna en México sistemáticamente lo ha excluido de sus acervos, mayormente supongo, por desconocimiento de la misma obra.
El Estadio Xalapeño es de características singulares, excepcionales no solo por la temporalidad en la cual fue construido, lo es igualmente por el tipo de solución ofrecida para el desarrollo del graderío en relación a una condición topográfica altamente demandante, pero la verdadera “singularidad” radica en la solución de la extensa cubierta volada y en concreto armado del graderío, realizada en la temprana década de los 20´s. No conozco una estructura, ya sea arquitectónica o ingenieril en el país construida en los años 20´s que se aproxime a las cualidades técnico-constructivas empleadas en la cubierta del Estadio Xalapeño misma que es en parte premonición de los paraguas estructurales que Félix Candela realizaría veinte años más tarde y, manteniendo mesura y distancia, el Estadio Xalapeño es nuestro símil del graderío y cubierta laminar en concreto armado del Hipódromo de la Zarzuela en Madrid, solo que este último construido diez años después y siendo diseñada por el visionario ingeniero Eduardo Torroja. El Estadio Xalapeño brinda espacio no solo para análisis en cuanto a su temporalidad y su naturaleza estructural, igualmente brinda espacio para especulaciones: La primera, definida en el nombre de este pequeño articulo y es el concerniente a situar al Estadio Xalapeño como obra genuina y trascendente del primer periodo de la modernidad arquitectónica en México. La segunda, que Félix Candela pudo encontrar estímulo en el desarrollo de su profusa producción de cubiertas ligeras en concreto armado no solo bajo el influjo teórico y práctico del Ingeniero y también mentor Eduardo Torroja, igualmente pudo en México encontrar condiciones, además de las económicas o laborales, de ejemplos de desarrollo estructural en concreto armado, entre ellos el Estadio Xalapeño. Esto último probable por qué Félix Candela en los años 50´s fue conferencista y maestro invitado como muchos de la entonces Escuela Nacional de Arquitectura en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Veracruzana, la cual se encuentra frente al mencionado estadio.
El Estadio Xalapeño, siendo considerado por las autoridades del INBA Monumento Histórico más quizá por su antigüedad que por valorar juiciosamente sus cualidades ingenieriles-arquitectónicas, es sin temor a equívocos una de las obras maestras de la arquitectura moderna mexicana, ya que significó un avance importante desde el punto de vista de desarrollo estructural, así como por el tipo de materiales empleados en su construcción dentro de un contexto tan particular como el mexicano de los años 20´s. Es decir, si existe una obra arquitectónica en México, además de ser plenamente “revolucionaria” por la temporalidad política, totalmente vanguardista dentro del periodo post-revolucionario es, sin temor a equívocos, el Estadio Xalapeño. Es necesario situarlo como una obra importante de la modernidad no únicamente por engrosar o contribuir a la historiografía arquitectónica, lo es igualmente para asegurar su preservación y cuidado.
En el próximo año, 2014, la ciudad de Xalapa y el puerto de Veracruz serán sede de los juegos Centroamericanos y del Caribe, para organizar tales eventos será necesario ampliar, construir, modificar o adecuar las instalaciones deportivas de ambas ciudades, recientemente en medios locales ha circulado la noticia que el Estadio Xalapeño será objeto de trabajos, los cuales sin ser aún específicos sugieren en lo personal temor. Aunado a la intransigente omisión tanto de las autoridades culturales o patrimoniales del Estado de Veracruz, es lamentable que instituciones de primera línea como la Universidad Veracruzana o la misma Facultad de Arquitectura de la UV y su unidad de Posgrado no ofrezcan interés alguno por salvaguardar, difundir y estudiar el Estadio Xalapeño.
(2) Modesto Rolland, Ingeniero. Baja California Sur, 1881- Ciudad de México, 1965. Autor de la Plaza de Toros México.
DOCOMOMO, ver enlace aquí.
Publicado originalmente el 06/04/2012
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