Biblioteca Central

Viernes, 5 de abril de 2024. Un día como hoy, hace 68 años, el 5 de abril de 1956, abrió sus puertas a la comunidad universitaria la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria. Por sus características formales, funcionales y plásticas, constituye sin duda uno de los referentes arquitectónicos más relevantes del campus central de la UNAM. Como respuesta a su rigurosa geometría, su organización y funcionalidad resultaba clara y categórica: publicaciones periódicas, préstamo, consulta y reserva, nada más. Fue hasta los años noventa que registró un cambio significativo al integrar salas de cómputo y un catálogo digital.

Pero la Biblioteca Central constituye también uno de los puntos de reunión e interacción más emblemáticos con los que cuenta la comunidad universitaria. Sirve lo mismo para encontrarse con alguien que para buscar interminablemente un libro y encontrar otros; para leer, para intentar leer; para trabajar solo, para hacer el intento de trabajar en equipo; para convocar y mantener reuniones de todo tipo; para tomar café en su acceso principal; para estar sentado horas esperando algo en su sala de lectura; para resguardarse del tiempo, de inclemencias o de responsabilidades; para calcular la hora del día mirando sus celosías de ónix; para hacer planes bajo el susurro de la sala de lectura principal; para conocer personas, para despedirse de personas, para reencontrarse con otras; para fumar y fumar en el patio interno, para fumar y fumar en sus basamentos perimetrales; para disparar una mirada hacia las islas y reconocer a alguien a la distancia.

La Biblioteca Central es, para la comunidad universitaria, una casa. Una impersonal pero entrañable casa donde la vida se entrelaza y transcurre en silencios, murmuros y miradas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario