martes, 14 de octubre de 2014

¿Posible pensar y escribir sobre otras cosas?



Cuesta mucho pensar sobre México, quizá cuesta más escribir. Reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos, solo hace sentir vergüenza, cuesta mucho. Es sumamente complicado redactar algunas líneas sabiendo que éstas son de muy poca utilidad, que no tienen mayor posibilidad o injerencia y más haciéndolo desde la costumbre y la perspectiva disciplinar y profesional en cierto grado acotada, básica y socialmente ornamental de la arquitectura.

Pero más allá de esto ¿Qué es lo que sigue? ¿Qué es ahora genuinamente útil?





Intentar explicar el cómo llegamos a esta situación, la de pertenecer a una sociedad sumergida y abrumada por una corrupción e impunidad institucional voraz, es muy complicado. Igualmente es difícil explicar y más imaginar o sentir lo que es la pobreza, la ignorancia, la marginación, la violencia, la discriminación o el miedo. Todo lo anterior, propiciado por el mismo sistema político atroz, se ofrece como el medio genuino para mantener a una sociedad acorralada y con mordazas. Insisto, es complicado explicarlo quizá porque nos hemos dedicado, en cierta medida, a ocultar y tolerar todo. Hoy muchos no entendemos e incluso no aceptamos la forzada y evidente pregunta ¿Por qué?. 





Dentro de esta espiral trágica donde el Gobierno Federal y los Gobiernos Estatales son incapaces de ofrecer respuestas medianamente aceptables, cuando las hay. En el mayor de los casos callan y encubren. Minimizan a toda costa la crisis institucional actual que han propiciado con sus apetitos e incompetencia. ¿La UNAM, sus dependencias y Facultades, actuarán igual, omitirán la necesidad de su comunidad? ¿Que debe esperarse de la Universidad y sus funcionarios? La UNAM debe hacer pública su posición respecto a la crisis institucional que sufre el país, es necesario que la Universidad extienda lazos de inconformidad hacia la centralidad del poder político mexicano, es una de sus responsabilidades orgánicas e históricas. No es sensible ni prudente el silencio, no es conveniente emular la ignominia. 





Qué queda como elemento clave para señalar cambios en el medio y largo plazo ¿Trabajar por una formación cívica y política, la cual pueda abastecer y sustentar grupos y actores que suplan a la actual clase política empoderada? ¿Es una posibilidad real?.

El buscar modificar la cara al país desde una educación cívica y política puede ser una instancia oportuna que permita superar la tragedia descubierta y expuesta que hoy es México. ¿Es camino buscar la politización de la enseñanza? ¿Es camino que la instrucción profesional integre la formación cívica y política? ¿Es posible y conveniente la formulación de instancias para el establecimiento de ideología, programa y proyecto público, político y social desde las escuelas y universidades?





Pero ¿Qué ideología? ¿Qué programa? ¿Qué proyecto?

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