MECANISMO: Abundar sobre la consideración de naufragio es acudir de facto al fantasma del fracaso, la desgracia o la adversidad y en consecuencia sujetarse al anhelo del posible rescate. En este sentido la balsa se constituye -bajo la obviedad- como un genuino mecanismo de salvación o solución ante una situación de contingencia, pero resulta ser igualmente el medio ideal para llegar al infierno. En términos metafóricos la balsa plantea la irreductible resistencia de la esperanza y de la dignidad humana incluso en casos de injusticia extrema. Así mismo la idea de balsa como mecanismo de salvación o solución plantea un dominio conceptual útil en la obtención de consecuencias o hipótesis aplicables a otras instancias, siendo metafóricas u objetivas.
LA MEDUSA: En 1816 el Estado Monárquico regresa a Francia, el “favor” fue hecho por el ejército británico un año antes. La derrota asestada a la Grande Armée y el posterior y humillante exilio a Napoleón fueron los acontecimientos que determinaron la llamada Restauración. Pero el estatus monárquico recién restaurado ya no era el absoluto de antes, fue necesario para la nueva clase gobernante atender una serie de reformas emanadas de la Revolución Francesa. De esta forma la monarquía debía regularse por una constitución misma que sería redactada por un parlamento, así, dentro de la toma de decisiones políticas el rey y los parlamentarios (representantes elegidos por ciudadanos) mediaban fuerzas y en papel deberían de llegar a acuerdos. Dentro de esta particular situación y en señal de apoyo al recientemente establecido Luis XVIII, los ingleses regresan a la corona francesa, bajo un renovado interés en mantener buenas relaciones e inaugurar una nueva fase de colonialismo por todo el mundo, el puerto de St. Louis en el actual Senegal. Luis XVIII, en atención al “noble gesto” y para retomar posesión organiza una pequeña flota de 4 barcos, en ellos serían transportados los nuevos colonos incluyendo soldados, artesanos, familias completas así como el nuevo gobernador del puerto. El grupo de colonizadores partió, La Medusa siendo una antigua fragata de guerra fue modificada para cubrir y efectuar trabajos de transporte de pasajeros, así mismo esta era la encargada de encabezar el convoy de las 4 embarcaciones.
LA MEDUSA: En 1816 el Estado Monárquico regresa a Francia, el “favor” fue hecho por el ejército británico un año antes. La derrota asestada a la Grande Armée y el posterior y humillante exilio a Napoleón fueron los acontecimientos que determinaron la llamada Restauración. Pero el estatus monárquico recién restaurado ya no era el absoluto de antes, fue necesario para la nueva clase gobernante atender una serie de reformas emanadas de la Revolución Francesa. De esta forma la monarquía debía regularse por una constitución misma que sería redactada por un parlamento, así, dentro de la toma de decisiones políticas el rey y los parlamentarios (representantes elegidos por ciudadanos) mediaban fuerzas y en papel deberían de llegar a acuerdos. Dentro de esta particular situación y en señal de apoyo al recientemente establecido Luis XVIII, los ingleses regresan a la corona francesa, bajo un renovado interés en mantener buenas relaciones e inaugurar una nueva fase de colonialismo por todo el mundo, el puerto de St. Louis en el actual Senegal. Luis XVIII, en atención al “noble gesto” y para retomar posesión organiza una pequeña flota de 4 barcos, en ellos serían transportados los nuevos colonos incluyendo soldados, artesanos, familias completas así como el nuevo gobernador del puerto. El grupo de colonizadores partió, La Medusa siendo una antigua fragata de guerra fue modificada para cubrir y efectuar trabajos de transporte de pasajeros, así mismo esta era la encargada de encabezar el convoy de las 4 embarcaciones.
ERROR Y HORROR: El mando de La Medusa fue encomendado a Hugues de Chaumareix, un viejo oficial de la armada que tenía un periodo de inactividad de 25 años y a quien se le atribuyen, entre otras cosas, falta de pericia, inexperiencia, incompetencia e irresponsabilidad grave al mando del navío. Con el interés de llegar en tiempo record al destino final, el capitán de Chaumareix dio órdenes con ligereza, La Medusa tomando una ruta distinta a la habitual incrementó velocidad, prontamente se distanció de las otras embarcaciones. A los 15 días de viaje, estando frente a la costa occidental africana y desconociendo los bancos de arena y arrecife de la zona La Medusa irremediablemente encalló. El capitán de Chaumareix, desestimando los códigos de la marina utilizó los pocos botes salvavidas tanto para sus oficiales de confianza como para las personas mejor posicionadas socialmente dejando al resto de la tripulación a su entera suerte. Un aproximado de 150 personas, en su mayoría soldados, fueron juntándose como pudieron en una improvisada balsa construida en el mismo instante con tablas y cuerdas de La Medusa. La situación rápidamente se degrado a niveles de locura, por la cantidad de personas y por la dimensión escasa de la balsa todos iban parados, mojados por completo a causa del oleaje. Desde el inicio hubo fuertes disputas por la poca agua dulce disponible, muchos por desesperación optaron por el suicidio, más de 30 hombres resultaron muertos en el primer día de naufragio. Manteniéndose en total hacinamiento, sin agua ni alimentos y con un grupo en constante disminución, tanto por sangrientas peleas como por suicidios, los super vivientes se vieron obligados para continuar en guardia anhelando el rescate, al canibalismo. Doce días después la balsa fue hallada, únicamente sobrevivieron quince de ellos. La historia de lo sucedido indignó profundamente a la sociedad francesa de la época y se convirtió en un episodio negro que constató los niveles de brutalidad a los que puede llegar el hombre.
Le Radeau de la Méduse, Théodore Géricault, 1819.
Balsa de la Medusa, recreación según lo narrado por sobrevivientes
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