Decidimos dejarnos llevar, acostumbrarnos al miedo, la indolencia y la locura. Si hemos llegado hasta aquí, es sencillo continuar, como y quienes es secundario.
Pronto empezaremos a tomar conciencia de nuestra vulnerabilidad intrascendente. Aprenderemos a tolerar cualquier noticia de Juárez, Monterrey o Tamaulipas.
Angustiados cuando no haya novedad…
Poco a poco nos sumergiremos en la necesidad de querer más y esperar ansiosos nueva mente, hasta que un día nos habituemos, con aceptación, a no entender nada, a perder el habla y desconocer la vida e ignorar la muerte.