Viernes, 26 de agosto de 2011. Decidimos dejarnos llevar, acostumbrarnos al miedo, la indolencia y la locura. Si hemos llegado hasta aquí, es sencillo continuar, cómo y quiénes, es secundario.
Pronto empezaremos a tomar conciencia de nuestra vulnerabilidad intrascendente. Aprenderemos a tolerar cualquier noticia de Juárez, Monterrey o Tamaulipas.
Angustiados cuando no haya novedad.
Poco a poco nos sumergiremos en la necesidad de querer más y esperar ansiosos nueva mente, hasta que un día nos habituemos, con aceptación, a no entender nada, a perder el habla y desconocer la vida e ignorar la muerte.
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