Ayer domingo las rejas metálicas instaladas recientemente en el taller Hannes Meyer de la Facultad comenzaron a ser desmontadas definitivamente, ésto por decisión propia de quienes las mandaron construir, rejas que la semana pasada todavía continuaban instalando y que los trabajadores UNAM continúan, al menos ayer aun fabricando. He rechazado someter tal acontecimiento a una cuestión de falta de pericia, de entendimiento, de prudencia, de lógica, de funcionalidad o diseño dado a que nosotros (arquitectos) somos especialistas incuestionables en ello. He considerado apropiado entenderlo como la alusión a una actitud primitiva simbólica, no atada a mayor pretensión que a la de reflexionar sobre lo mucho que como sociedad hemos evolucionado.